ENFOQUE: La burda farsa de la alianza oficialista por retener el poder (Caos)


Hoy como nunca para Guatemala, cobra actualidad la frase de la cantante Joan Baez: Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella.».

Gonzalo Marroquín Godoy

Viendo los mensajes de los aliados del oficialismo en redes sociales, me parece inverosímil que haya oscuros personajes que salen diciendo que el partido Semilla hizo fraude en las pasadas elecciones, como si los guatemaltecos fuéramos una partida de idiotas y no supiéramos que el fraude solamente pueden realizarlo quienes tienen acceso o control sobre el TSE, sus autoridades y dependencias.

Lo que no están sopesando es que Bernardo Arévalo y Semilla lograron un meritorio segundo lugar con 654,534 votos, que posiblemente no hubieran llegado nunca al pequeño partido socialdemócrata, si no fuera porque se ha visto como una opción para enfrentar a la corrupción y la impunidad que son la mente, corazón y cuerpo de la alianza oficialista, que incluye partidos políticos, mafias, militares, magistrados, y empresarios, todos ellos manipulando a los tres poderes del Estado.

A eso hay que sumar que, por primera vez en nuestra historia democrática, el voto nulo ha superado al logrado por la candidata que resultó ganadora (Sandra Torres).  Entre votos nulos y en blanco se superó la suma de los 1.4 millones de sufragios.

Si en 2017 se desnudó por primera vez el llamado Pacto de corruptos, hoy tenemos que reconocer que con este intento por irrespetar el voto popular ha alcanzado su máxima expresión.  Hay que advertir de que se trata de un intento que podría llegar, incluso, al rompimiento del orden constitucional. 

En la guerra, como en el caos, se sabe cómo o por qué se inicia, pero es imposible anticipar lo que sucederá. 

El Departamento de Estado de los Estados Unidos ha advertido de las consecuencias que esto podría traer al país en el plano internacional.  Destaca en un comunicado que hay esfuerzos de interferir en los resultados de las elecciones del 25 de agosto, y mira que estas acciones del oficialismo amenazan la legitimidad del proceso democrático. Ya sabemos que el voto nulo, más el blanco y el voto a favor de Semilla, se pueden considerar un rechazo al sistema de corruptela e impunidad que nos han impuesto.

Ahora se anuncia el envío de una misión de la OEA para observar toda esa patraña del recuento de los votos, aunque en realidad, verán todo el entorno que está creando este caos.  El temor de organismos internacionales y algunos analistas, es que el oficialismo pueda estar fraguando alguna jugada de espanto, como la que han sostenido por más de tres años con la permanencia inconstitucional de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

Primero se lanzaron con una campaña de desprestigio para confundir a los incautos y conservadores.  Como aquel pastorcillo mentiroso del cuento infantil, salieron a gritar ¡comunistas!, ¡pro aborto!, ¡pro gay! La campaña incluye decir que van tras la confiscación de tierras y que le quitarán a los ricos para dar a los pobres.  Bla…bla…bla. Cómo si todo esto se pudiera realizar con un Congreso que seguirá siendo controlado por las mafias.

Cuando se dieron cuenta que la campaña de desinformación no estaba pegando y que seguía subiendo la opción de Arévalo y Semilla para la segunda vuelta, se sacaron de la manga estos amparos interpuestos por los partidos satélite, con Vamos (¿hacia dónde?) a la cabeza del movimiento oficialista. 

La resolución de la CC no es clara y siembra muchas dudas en el ambiente. Los magistrados de una corte títere (CC) le pasaron la braza a la otra de magistrados marionetas (CSJ).  Esto es lo que ha provocado el caos, pues el temor es que se intente evitar la segunda vuelta, en donde Arévalo pueda ganar la Presidencia y terminar con el control absoluto de los poderes del Estado.  No quieren perder la vaca lechera, esa que se llama Estado de Guatemala, que ordeñan tanto funcionarios como diputados, magistrados y alcaldes, pues la corrupción campea en toda la administración pública.

No somos solo algunos periodistas y analistas los que decimos que esto está sucediendo en el país.  Lo dicen gobiernos de países amigos, lo señalan organismos internacionales, lo denuncian ONG que trabajan por la transparencia en el mundo y son reconocidas por su labor. En conclusión, es algo tan evidente, que tan sólo los que están ciegos porque no quieren ver, lo ignoran.

El mensaje ciudadano ha quedado claro.  Hay repudio hacia el sistema de corruptela e impunidad que la alianza oficialista ha impuesto en el país.  De hecho, es importante que vayamos cobrando conciencia de que se requiere de muchísimo esfuerzo para erradicar ese enorme cáncer que han implantado en Guatemala.

Por eso, termino con la misma frase que principié esta columna, porque es contundente y nos debe llevar a reflexionar a la ciudadanía en general: Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella.

Así de sencillo es… o estás en contra y luchas por cambiar el país, o estás del lado de los corruptos, de las mafias, de quienes no quieren que el país progrese.  No es cuestión de ideologías, como los corruptos que nos gobiernan en alianza infernal quieren hacernos creer para generar confrontación.  Ojalá me equivoque, pero son tan ciegos, que han creado un caos que todavía puede empeorar y crear mayor peligro en todo sentido.

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