ENFOQUE: En el país de las noticias agobiantes

Gonzalo Marroquín Godoy

En una conversación familiar ayer por la mañana, una de mis hijas planteaba la necesidad –desde su punto de vista– de que la prensa publique “buenas noticias” y cosas positivas, sin destacar tanto lo que muchos consideran “malas noticias”. La verdad es que comprendo que en un país como Guatemala, leer periódicos o medios electrónicos, escuchar o ver noticias por radio y televisión, puede resultar agobiante, pero finalmente es reflejo de nuestra realidad.

Yo expuse que la función principal de la prensa es informar y, sobre todo, dar a conocer aquello que de una u otra forma nos afecta como personas, familias y sociedad pues, de lo contrario, los problemas no se pueden resolver. Por supuesto, comprendo que hay que mostrar la fotografía completa para hablar de “realidad nacional”, pero vivimos en un país en donde la corrupción, la impunidad, la ineficiencia en la administración pública y los abusos de la “clase política” nos mantienen sumergidos en un mar de fango y dominan el escenario noticioso.

AGOBIO: Sensación de ansiedad o inquietud intensa; preocupación, problema o dificultad; causar o sentir…

Apenas el fin de semana estuve en el bello paraje de Atitlán y tuve la oportunidad de visitar San Juan La Laguna, uno de los coloridos pueblos a orillas del lago, con la particularidad de sus pujantes cooperativas de mujeres y pintores de gran talento.

Ese tema era el escogido para esta columna, pero los acontecimientos políticos que se están dando me obligan a relegarlo para el día sábado.

Nos guste o no, lo urgente –el día a día–, relega a lo que es igualmente importante.

Antes de escribir este ENFOQUE, reviso las noticias en elPeriódico y los demás medios, y compruebo que el ambiente político no ha cambiado casi nada entre 2017 y 2018 –tampoco ha sucedido nada más que el cambio de calendario, como para esperar algo diferente–. Las noticias siguen siendo agobiantes.

Un diputado, ex asesor del presidente Jimmy Morales, Herber Melgar, tiene movimientos bancarios “sospechosos” por más de Q15 millones. ¿Tendrá un negocio tan exitoso que le permita amasar esa fortuna en pocos meses?. El diputado de FCN-Nación se suma a varios parlamentarios que están bajo la lupa de la justicia.

Peor aún, el titular que dice que en 2017 se registró al menos la muerte de 111 niños por desnutrición. Noticia alarmante, agobiante y reveladora. El Estado sigue siendo incapaz de combatir la pobreza, que es la principal causa de este tipo de muertes.

Son 111 niños que no han tenido derecho a la vida y, si hubieran sobrevivido, seguramente serían candidatos futuros a emigrar hacia Estados Unidos, porque en su país, Guatemala, se les niega oportunidad de superación a la mayoría de personas, condenadas por falta de educación, salud y oportunidades de trabajo.

Mientras el dinero se despilfarra en plazas fantasmas, proyectos sin ton ni son o pago de sueldos a “amigos” inútiles de funcionarios, el Mineduc registra que solamente un 1.7 de su presupuesto se invierte en tecnología, cuando todos sabemos que sin ella –la tecnología–, cualquier estudiante hoy en día no tiene la debida capacitación para enfrentar el mundo moderno. Producimos analfabetas tecnológicos y, por ende, la educación que reciben es insuficiente.

¡Ah! pero eso si, el presidente Jimmy Morales, siendo uno de los tres presidentes con mayor sueldo en Latinoamérica, intentó incrementar en Q50 mil mensuales sus ingresos el año pasado y solamente porque se descubrió la jugarreta devolvió el dinero. A eso sumemos todos los jugosos “bonos” que se reparten en casi todas las dependencias del Estado.

Por último, está el tema de la “advertencia” del embajador Luis Arreaga a los diputados, a quienes les ha recordado que la Junta Directiva por elegirse, debe estar comprometida con la lucha contra la corrupción. Hasta Washington llega la preocupación de que algún diputado de los del famoso “Pacto de Corruptos”, llegue a la presidencia del Organismo. A ver si con esta acción el presidente Jimmy Morales desiste y apaga la candidatura de Manuel Conde o de otros que igualmente añoran la impunidad.

Escenario agobiante. Lo bueno es que al conocerse todo esto, los ciudadanos pueden decidirse a luchar para que las cosas cambien. Las noticias no son malas en sí, lo malo es que este tipo de cosas sucedan. Las noticias nos recuerdan que es hora de promover –de alguna manera– el cambio que el país necesita.