Alguien sacó del “baúl de los recuerdos” un video de Alejandro Giammattei cuando era candidato y, adivinen qué: se pinta como político del montón.
Gonzalo Marroquín Godoy
¿Dónde está el dinero? ¿Hay mejores carreteras? ¿Hay más salud? ¿Hay mejor seguridad? ¿Hay menos pobreza? ¿Hay menos desnutrición? ¿Dónde está el dinero?
Con estas preguntas principia Alejandro Giammattei una charla con estudiantes universitarios, cuando era candidato presidencial por el partido Casa (2011), en el segundo de cuatro intentos por llegar a la Presidencia. Como puede verse, todas son preguntas muy lógicas y actuales –en aquel entonces y hasta la fecha–, porque muy poco o nada ha cambiado en el país.
El afanado y expresivo presidente explica como se utiliza el dinero del presupuesto –en aquel entonces y ahora es igual– y luego añade lo siguiente: Tenemos un gobierno demasiado grande, demasiado oneroso. Tenemos al segundo presidente del continente americano mejor pagado. Tenemos al presidente latinoamericano mejor pagado. Tenemos a un presidente que si se le rompen las zapatillas, las pagamos nosotros. Si se le ocurre chupar un contenedor de Johnny Walker Azul, se lo pagamos nosotros. Es el dueño del país y eso no se vale. ¿Porqué no vive con sueldo? ¿Por que tiene cinco compañías de fusileros en una guardia presidencial, mientras a la gente la matan todos los días?…
Es un video demoledor de tan solo 1.24 minutos. ¿Por qué demoledor?
Seguramente en aquel momento sabía que no ganaría las elecciones y que podía decir cualquier babosada y hacer promesas de cualquier tamaño. Luego les habrá dicho a los universitarios que sí el ganaba cambiaría esa realidad nacional. Pero el mundo da vueltas. Giammattei insistió y la coyuntura lo puso en la Casa Presidencial. Ahora, muchos sectores de la población le han preguntado desde la Plaza Central, ¿Dónde está el dinero?.
En su defensa, se podría decir que no ha tenido tiempo para cambiar nada y que la pandemia por el covid-19 lo ha tenido ocupado, pero la verdad es que no hay indicios de que él, desde su alto cargo, quiera hacer algo por cambiar aquella realidad que criticaba ante los estudiantes.
Sigue siendo uno de los presidentes mejor pagados de América. Nunca ha hablado de bajarse el sueldo, ni siquiera en medio de las crisis sumadas de este año –covid y Eta–. Sigue siendo un presidente mantenido, porque todo lo que toma y chupa, se le paga por medio de la SAAS, que, dicho sea de paso, sigue vivita y coleando después de diez meses de asumir, luego de que prometiera que la eliminaría. Esa dependencia y la guardia presidencial son las encargadas de su seguridad, de sus alimentos, de sus zapatillas, de su ropa y demás gustos. Seguramente por eso ya no pensó en disolver ese cuerpo de seguridad.
¿Un gobierno demasiado grande y demasiado oneroso? Lo primero que hizo fue crear una secretaría para su amigo más íntimo, Miguel Martínez, quien a su vez contrata o coloca a sus amigos en puestos públicos.
Un video demoledor. ¿Qué pensará al verlo el presidente Giammattei? ¿Qué pensarán aquellos jóvenes, hoy seguramente profesionales? Preguntas sin respuestas, de ese video que se convierte en bumerán contra el presidente Giammattei.