ENFOQUE: De Elliot Ness a Juan Francisco Sandoval

Gonzalo Marroquín Godoy

Si no hay apoyo institucional del MP, es difícil realizar una lucha frontal eficiente contra las poderosas mafias de corrupción y combatir la impunidad.

Sobre él se han escrito novelas, inspiró una serie de televisión muy famosa, allá por los años 60-70, y una película de gran éxito en 1987.  Su nombre era Elliot Ness, un incorruptible agente estadounidense, quien se hizo famoso por perseguir –y encarcelar– a uno de los más temidos mafiosos de Estados Unidos, Al Capone.

Ness logró su cometido, pero tenía dos fuerzas básicas detrás: sus jefes, que le brindaban apoyo y, los alguaciles, llamados Los intocables, que le acompañaron en la guerra declarada a Capone, un poderoso capo que no se dejaba atemorizar y era fácil para asesinar a cualquiera de sus enemigos. Sin el respaldo institucional y sin su equipo de valientes agentes federales, nada hubiera podido hacer.

Comento esto para hacer una analogía entre Elliot Ness y nuestro fiscal anticorrupción, Juan Francisco Sandoval, quien ha recibido la difícil tarea de perseguir a las mafias y estructuras criminales que operan dentro del Estado, tan poderosas como lo era Capone y con tentáculos tan largos que alcanzan a controlar jueces, magistrados y hasta la silla más importante del Ministerio Público (MP).

Esa es precisamente la gran diferencia entre Ness y Sandoval.  Al primero lo apoyaban con toda la fuerza posible sus superiores, mientras que al fiscal guatemalteco lo trata de entorpecer nada menos que su jefa, la Fiscal General Consuelo Porras, quien justifica el acoso al que somete a los fiscales de la FECI, con el argumento de que nadie es superior a la ley.

Por supuesto que el argumento es más que válido, pero cuando ella le da trámite a denuncias espurias y, para colmo de descaro, nombra a una fiscal especial, que representa a las mismas mafias que Sandoval persigue, pues no quedan muchas dudas sobre lo que se pretende.  Ya usé antes el ejemplo de que es fácil deducir que, si tiene pico y plumas, camina como pato, caga como pato y hace cuac cuac, ¡es pato!  Pues la Fiscal Porras dice que apoya a Sandoval –es decir, niega ser pato–, pero todas sus acciones muestran lo contrario –tiene pico, plumas, camina y caga como pato y hace cuac cuac–: ¡Está a favor de los corruptos! Si, quiere quitar de en medio de la lucha anticorrupción a nuestro Elliot Ness chapín. ¡Es pato! No hay nada que permita pensar lo contrario.

No hay que olvidar que desde Washington le mandaron un mensaje claro:persiga a los corruptos, no a sus fiscales.

Presencié la manifestación #21N y se veían algunos carteles en contra de la fiscal Porras, pero luego el clamor aumentó en la protesta #28N y sigue en crecimiento, como se mostró en el mensaje de los 48 cantones de Totonicapán.  Su nombre está ahora a la par de los de Alejandro Giammattei, Allan Rodríguez o Gendri Reyes.  No se trata de repudiar a las personas, se repudian las acciones que los muestran como parte de un sistema que se niega a poner fin a los dos grandes males que agobian a Guatemala: la corrupción y la impunidad.

Sandoval no está solo.  Tiene a fiscales que le son fieles en su unidad, tiene el respaldo de la comunidad internacional –que se ha manifestado puntualmente– y cada vez es más fuerte el respaldo popular.  La pregunta del millón: ¿Se atreverá la fiscal Consuelo Porras a desafiar esas fuerzas y persistirá en la persecución de Sandoval?  Elliot Ness no claudicó y no creo que lo haga Juan Francisco Sandoval, sobre todo porque se sabe respaldado, ¡y lo está!