ENFOQUE: Campañas negras ‘Made in Miami’ o de la TV

Cuando Ángel González –La Sombra de la TV en Latinoamérica– teme ser señalado, responde con ataques y mentiras.

En 1988 fui blanco de una serie de ataques, campañas negras y golpes bajos que venían de parte del señor de los canales, el empresario mexicano Ángel González , porque tuve la osadía de denunciarlo públicamente cuando intentó abusivamente cerrar el telenoticiero 7Días.

Pasaron los años. Su poder en la televisión creció, a tal punto que llegó a completar el monopolio de la televisión abierta, al controlar los cuatro canales disponibles –3, 7, 11 y 13– y lograr que su amigo Alfonso Portillo, bloqueara la posibilidad de que los restantes canales disponibles ­­–5 y 9– pudieran surgir como competencia.

Durante el gobierno de Portillo, González lanzó una campaña negra en contra de Prensa Libre y mi persona –era director de ese medio entonces–, diciendo que Prensa Libre miente, porque el diario publicaba información sobre corrupción del gobierno del FRG y otros abusos que se cometían, incluido, por supuesto, el ataque permanente hacia la prensa independiente para debilitar su credibilidad.

No me dejarán mentir los lectores, pero en los canales del magnate de la TV nunca hubo ataques hacia Portillo, jamás se criticó aquella corrupción, ni siquiera se dio como noticia que el ex mandatario tuvo que reconocer que había lavado dinero, producto de corrupción y de haber vendido la postura de Guatemala ante la ONU a favor de Taiwán, a cambio de aquellos US2.5 millones que recibió el popular pollo ronco.

Lógicamente tuve que soportar esas campañas negras. El efecto, gracias a Dios, fue más bien limitado, porque ya entonces la gente pensante de nuestro país –que es la gran mayoría–, sabía de donde provenían los ataques.

Pues bien, ahora ha principiado una nueva campaña negra en mi contra. maquiavélica, pero muy mediocre y poco creíble. No la han lanzado por medio de sus desprestigiados canales, sino tratan de hacerla por las redes sociales e internet en páginas espurias. Nada nuevo en realidad. Pero eso sí, como siempre hace este oscuro personaje que no da la cara, plagadas de mentiras y más mentiras.

¿La razón del ataque?. La mencionada –por mí en una columna hace algunos días– reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Y no crean que el tema que le preocupa es que se vaya a hablar –como ya ha sucedido– del monopolio de la TV en Guatemala, o de la manipulación política que González hace constantemente en nuestro país y otros en donde controla igualmente canales y hasta periódicos. No, eso no es lo que le preocupa.

Esta vez ha puesto a sus sabuesos argentinos –estrategas de campaña de comunicación política les llama él– Juan Otero y Pablo Santos con la tarea de desprestigiarme, atacar indirectamente a la SIP, y seguramente a otros periodistas independientes que están también a favor de la lucha contra la corrupción que libran el MP y la CICIG.

No es Gonzalo Marroquín el blanco final. Son estos dos entes investigadores, que tendrán papel protagónico en la reunión de la SIP, a los que en el fondo se quiere afectar. Si me golpean a mí y otros periodistas ­–creen los argentinos genios­–, perderá credibilidad el foro, a realizarse en Antigua Guatemala, sobre la importancia de la prensa en la lucha contra la corrupción y la impunidad.

No debiera preocuparse González por este foro. Es mejor que se preocupe por aclarar la situación legal de algunos de sus canales, señalados públicamente de financiamiento ilícito electoral, lavado de dinero y posiblemente otros delitos que han cometido. Suerte tiene de que no se investigue más allá en el pasado, porque no ha habido mayor manipulador de nuestra democracia que él.

Una campaña negra más. Si, pero viniendo de donde viene, una medalla de honor. Lo malo para él, es que los dos argentinos no son capaces de quitar la etiqueta de marca: made in Miami –para ser más específico: Key Biscayne– de donde les llegan las órdenes.