ENFOQUE: A los patos les quitan las escopetas

Gonzalo Marroquín Godoy

El Congreso actual –muy mal calificado–, se esfuerza en ser peor.  La CC suspende el show que un grupo de diputados pretendía montar para asustar con el petate del muerto.

En el Congreso de la República hay un grupo de diputados empeñados en montar shows mediáticos, ya sea para ganar notoriedad, para buscar –según ellos– revancha o simplemente para ejercer el poder que creen tener.  No es algo nuevo, lo hemos visto a lo largo de los últimos cuatro años, cada vez de manera más irracional.

Para respaldar el discurso del don Jimmy Morales ante la ONU, en el que despotricó contra la ONU, la CICIG, Raymundo y medio mundo, sus aliados en el Legislativo se sacaron de la manga la creación de una comisión investigadora de todo lo actuado durante 12 años por la CICIG.

Cuando me enteré del disparate parlamentario, me imaginé de inmediato el dicho que dice ahora los patos le tiran a las escopetas, porque –efectivamente–, varios de los diputados que vociferaron a favor de la investigación, han sido señalados ellos o sus partidos por actos ilícitos, aunque no siempre prosperaron las solicitudes de antejuicio en su contra.

Los diputados ponentes –encabezados por el propio presidente del organismo, Álvaro Arzú Jr.– saben perfectamente que los funcionarios de la CICIG –comisionados y demás personal–, gozan de inmunidad más allá del período de su gestión.  Sin embargo, lo que se pretende no es buscar justicia– –si fuera el caso–, sino más bien armar un show que provocara desprestigio a la labor investigativa de la comisión, algo que favorecería a los procesos sobre corrupción que están en proceso –aún más de lo que ya les favorece el fin de la misión– y, en algunos casos, detener las acciones contra los mismos parlamentarios señalados.

No se trataba de una comisión que tuviera que realizar una investigación seria, sino se creaba una instancia que ya podría tener redactado su informe final, porque sabía lo que tenían que buscar de manera específica, es decir, solo ver los errores que puedan existir, conseguir testimonios ad-hoc y magnificar lo malo, sin contemplar siquiera lo bueno y sacar un balance.

Por supuesto que ese trabajado sucio de los diputados del llamado Pacto de Corruptos –sin un fin noble o constructivo– hubiera beneficiado específicamente a todos los que la Comisión Contra la Impunidad persiguió, pero además, buscaba desacreditar el trabajo realizado por el MP y, en particular, la famosa Fesi, a cargo del fiscal Juan Francisco Sandoval.

Pero ha sido la CC la que ha enmendado la plana a esos diputados –al Congreso, en realidad–, ordenando que suspenda su pretendida investigación.  Es decir, los patos, que querían dispararle a la escopeta que los persiguió durante tres años, se quedaron sin arma para disparar.

Me impresiona la capacidad de los diputados para aprovechar cualquier coyuntura para llevar agua a su molino.  Si no, basta ver la petición que el diputado Fernando Linares Beltranena hace al papa Francisco, para que revoque su decisión de convertir a monseñor Álvaro Ramazzini en Cardenal de la Iglesia Católica, aduciendo que es un activista de izquierda.

¿Será que Linares cree que el Papa hace ese tipo de nombramientos con los ojos cerrados?  Hay que estar claros que el Pontífice conoce al dedillo la trayectoria del ahora Príncipe de la Iglesia.  Ni Francisco ni sus antecesores hacen nombramiento al estilo de los diplomáticos guatemaltecos que, hoy más que nunca, los escogen por compadrazgo.

Linares ya ha tenido protagonismo antes con propuestas descabelladas como construir un cerco fronterizo para impedir la inmigración hacia EEUU, propuso una ley de amnistía que en el fondo beneficiaba a la mayoría de acusados por corrupción, también planteó mejoras a la Ley de antejuicio, con el fin de favorecer a los diputados y así, se adorna a cada rato con iniciativas a favor –o en contra– de sectores específicos o personas.

Por supuesto, es de los patos que le disparan a las escopetas.

Teniendo el país tantos desafíos y problemas agudos, da pena ver que el Congreso sigua empeñado en su lucha por favorecer la corrupción y ampliar la impunidad existente. Promover el desarrollo, aprobar leyes de beneficio para la población en general, son algo que a este grupo de diputados les pela.  Ellos no piensan más que en sus intereses.  Por eso, cuando Linares propuso subir los sueldos a los parlamentarios, nadie lo vio con buenos ojos, sino como un oportunismo más de su parte.

Así como el Papa no perderá siquiera un minuto de su tiempo meditando sobre la petición del diputado chapín –que vergüenza ajena nos provoca–, la famosa y frustrada investigación no tenía posibilidades de castigar a los comisionados de la CICIG –aunque si hubiera dañado la gestión de la Fesi– y era a todas luces un show de mala calidad, creado para favorecer a los corruptos y fomentar la impunidad.