En los primeros siete meses del año se han deportado a 47, 528 guatemaltecos indocumentados desde Estados Unidos y México por parte de las autoridades de dichos países.
Según la Dirección General de Migración (DGM) estas deportaciones son un 25.27% menos que estas devoluciones del año pasado durante el mismo período. Solo Estados Unidos deportó a 18.675, y de estos 16.613 son hombres, 1.944 mujeres y el resto menores de edad. Mientras tanto, las autoridades mexicanas deportaron a 28.853 chapines que buscaban alcanzar el «sueño americano».
Las deportaciones van en descenso si se compara con los últimos años. El 2015 cerró con un total de 31.443 guatemaltecos repatriados de la Unión Americana, contra los 51.157 del 2014.
En Estados Unidos residen un aproximado de 1.8 millones de ciudadanos de origen guatemalteco, de ellos un 60% se encuentra en condición irregular. Por ello el presidente Jimmy Morales ha pedido al mandatario estadounidense Barack Obama, que apruebe el Estatus de Protección Temporal (TPS), sin embargo, hasta ahora no se ha escuchado esta solicitud.
Obama por su parte, ha impulsado una serie de acciones ejecutivas, conocidas como DAPA y DACA, el cual permitía proteger de las deportaciones a los padres y menores de edad. Sin embargo, este programa fue suspendido por la Corte de ese país y se quedó estancada en los órganos de justicia.
La apuesta ahora del gobierno estadounidense parece ser esperar al resultado de las elecciones que se disputarán en un poco más de tres meses. El escenario es complejo, ya que los demócratas no han tomado clara ventaja en las encuestas versus la siempre amenazante promesa de Donald Trump de adoptar medidas severas hacia los migrantes.
Clinton ha prometido impulsar la reforma migratoria en su conjunto, mientras Trump ha anunciado en reiteradas ocasiones la construcción de un muro en la frontera mexicana.
Mientras llega esa fecha, en Honduras, Guatemala y El Salvador se prepara la iniciativa del Plan Alianza Para la Prosperidad que buscará incentivar el desarrollo económico para reducir la migración que no se detiene hacia el país norteamericano.