El talón de Aquiles que hizo perder a Evo Morales

Crónica Internacional

En una década, Evo Morales fue a las urnas cinco veces y jamás perdió.  Esta vez, hizo un llamado para que por medio de un referéndum se le permitiera presentarse nuevamente como candidato presidencial para un cuarto mandato y, aunque por estrecho margen, recibió una negativa que limita su mandato al 22 de enero de 2020.

Redacción de Crónica

El presidente de Bolivia,  Evo Morales, nunca había perdido en las urnas, y por eso esperaba confiado el resultado del referéndum del pasado 21 de febrero.  Las cosas no salieron como esperaba y el NO (51.30 por ciento) a una nueva reelección suya superó al (48.70 por ciento) por estrecho, pero suficiente margen.

Este país sudamericano, que había tenido un pasado político marcado por la inestabilidad de cinco gobiernos entre 2001 y 2005, encontró en el aún popular Evo, un factor de estabilidad y ha logrado superar las crisis que enfrentó, pero finalmente parece que el desgaste del poder le alcanzó, cuando aspiraba a modificar la Constitución y tener una nueva oportunidad de reelección.

Al igual que sus aliados de Venezuela, el fallecido Hugo Chávez, y de Ecuador, el presidente Rafael Correa, el mandatario boliviano se acostumbró a triunfar en las urnas y retar a sus opositores para que mostraran por la vía electoral la fuerza que tenían.  Finalmente lo lograron.

Como en anteriores ocasiones, Morales confió en su impresionante aparato de medios de prensa afines para promover la reforma constitucional, pero esta vez no fue suficiente.

Algunas causas

Al hacer un análisis sobre lo sucedido, Le Monde Diplomatique, destaca que una de las causas de la derrota es que Morales  se metió solo a defender su referéndum, mientras que la oposición logró unir muchas voces en contra de su intento por reelegirse para un cuarto mandato.

El presidente intentó ubicar a quienes pedían el No como neoliberales y vendepatrias, mientras que estos  vendieron esta vez su campaña como un movimiento ciudadano a favor de la democracia.

La prensa extranjera que dio cobertura al evento desde semanas antes de la votación considera que el resultado no se puede atribuir únicamente a los partidos o grupos de derecha ni a las élites que le han odiado durante la última década, porque hubo corrientes de izquierda que también se manifestaron en contra.

Esta vez hubo líderes y pensadores de izquierda, grupos juveniles, sindicalistas y otros políticos que se sumaron a la campaña contra el presidente Morales, se destaca en un análisis de la prensa europea, particularmente.

En contraposición, en las entrevistas y noticias que la prensa oficialista o progubernamental, se destacó que la figura de Morales es irreemplazable.

Entre las causas más fuertes que influyeron en el electorado boliviano, está el intento del presidente por prolongar su mandato indefinidamente, pero también hay otros factores, como casos de corrupción que han involucrado a exministros, parlamentarios oficialistas y dirigentes del partido de Gobierno, así como a la exnovia del mandatario, Gabriela Zapata Montaño.

A lo interno de la izquierda, aún no le perdonan que haya abandonado la defensa de la madre tierra para optar por una política de explotación minera que consideran tendrá efectos ambientales para el país.  Esa ha sido una de sus políticas económicas más exitosas según fuentes cercanas al propio Evo.

Algunos de los que ayudaron a crear en 1995 el movimiento para refundar Bolivia estuvieron esta vez en el bando opuesto.  Uno de ellos, Román Loayza, declaró a la BBC, que la actitud de Morales, siempre ha sido la de convertir en obedientes a sus aliados. Como él, muchos de sus antiguos compañeros políticos y líderes sectoriales, se han alejado por sus actitudes autoritarias y poco democráticas a lo interno del Gobierno.

Hemos perdido una batalla, pero no la guerra, fue una de las frases que Morales utilizó para reconocer su primera derrota en las urnas.  De esta manera anticipa que puede haber nuevos intentos para promover cambios, o bien que está dispuesto a entregar la banda presidencial a un nuevo presidente, pero que espera sea de su misma corriente.  Lo que sí se puede prevér es que no será fácil que integre equipo para buscar esa victoria que debería llegar a finales del 2019.

Controversial mandatario

Sin título

Morales ha transitado en medio de polémicas, pero sin duda ha logrado cosas importantes para Bolivia.  Lo primero es que terminó con la inestabilidad política de inicio del siglo XXI.  Claro, lo malo es que se pasó de un cambio continuo de Gobierno, a un período sin alternabilidad que cuando él se retire, será de más de 14 años.

En los aspectos positivos, no se puede negar que el Gobierno de Evo ha impulsado grandes obras.  La Paz es un ejemplo, con el moderno y eficiente sistema de teleférico. Como nunca antes, Bolivia ha logrado captar la inversión de multinacionales asiáticas, especialmente de Corea  del Sur, pero algunas están dirigidas a la explotación petrolífera, lo que le abre frentes en uno de los sectores que le apoyaeon en el pasado.

En 2005, Bolivia captaba unos US$600 millones anuales en inversión extranjera, mientras que el pasado año alcanzó US$7.200 millones y para este se espera que se superen los US$8.000 millones, lo que resulta excepcional.

La salud y educación son otras cartas de presentación importantes entre los logros de Morales.  La Unesco declaró a Bolivia como país libre de analfabetismo en 2008, y todos los índices de salud han mejorado durante sus mandatos.

En contraposición, se le critica su política ambiental por el apoyo a las explotaciones extractivas, y en el tema de la estabilidad política, la falta de una apertura democrática auténtica para permitir el libre juego de ideas y la participación política, así como su casi absoluto control sobre la información.

La estrategia ha sido presionar y acusar a la prensa independiente, lo que ha provocado no solo la autocensura, sino que varios de los medios bajo presión, fueron vendidos a empresarios amigos, los que reciben millonarios contratos publicitarios de instituciones del Estado.

Se estima que entre un 80 y 90 por ciento de los medios está a favor del Gobierno. Esto se pudo apreciar con claridad en las tres semanas previas al referéndum, cuando casi todas las entrevistas a Morales  eran en realidad publicidad que se presentaba como información periodística.

¿Y la corrupción?

En los primeros años todo parecía indicar que sí había escándalos o casos de corrupción, estos no partían de la Presidencia de Evo Morales.  Eso ya era un paso adelante en un país en el que los políticos perdieron su credibilidad, en buena medida, por la forma en que se aprovechaban del Estado.

Sin embargo, el caso de Zapata Montaño golpeó antes del referéndum y ahora cobra visos de que se convierta en un culebrón que arrastre la imagen del mandatario indígena.

Aquí hay dos aspectos diferentes.  Uno es el escándalo de corrupción y el otro, la falta de transparencia de Evo sobre el hijo que tuvo con su ahora exnovia o pareja, quien se habría beneficiado con el tráfico de influencias a favor de la empresa china, CAMC Engineering Co. Ltda. para la que trabaja como gerente comercial.   Esta compañía ha recibido contratos con el gobierno por más de US$600 millones.

El problema se agravó cuando Morales y Zapata negaron su relación, pero tiempo después tuvieron que aceptar que existió y que fruto de ella habían tenido un hijo que –se dijo oficialmente– había fallecido.

Ahora la bomba explota, porque la prensa descubrió que el hijo está vivo y el escándalo cobra visos de crisis política, además de afectar decisivamente la credibilidad del derrotado mandatario.

Juan Ramón Quintana, ministro de la Presidencia, dijo que todo el escándalo es provocado por Estados Unidos.  Zapata no quiso comparecer ante la prensa.  Una ley aprobada por Morales autoriza a las compañías públicas a contratar compras y servicios por cualquier monto sin tener que recurrir a la anterior Ley de Compras y Contrataciones, lo que ha facilitado que CAMC gane contratos con el Estado.

Y el escándalo con visos de culebrón que envuelve al presidente sigue complicándose: la tía y la abogada de su exnovia Gabriela Zapata, afirmaron que el niño que esta tuvo con el presidente, y que hace un par de semanas Morales informó que había fallecido, se encuentra vivo y bien.

La parte de Zapata reaccionó así, a la detención el pasado viernes de la mujer y a su procesamiento por los delitos de tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito. El Gobierno respondió que si el niño se encontrara vivo, entonces, Zapata habría mentido al presidente, al informarle de su fallecimiento en 2007.

Morales comunicó al público que su hijo había muerto al día siguiente de que un periodista revelara un certificado de nacimiento del niño, del cual, hasta el momento, el país desconocía la existencia.

También señaló que desde la muerte de este, ya no había tenido relaciones con Zapata, que en ese momento se desempeñaba como gerente comercial de CAMC, una empresa china de ingeniería que aparte de tenercontratos con el Gobierno boliviano, y también hacía lobby a favor de otras empresas de la misma nacionalidad.

El presidente argumentó que se trataba de un asunto personal y que la antigua relación no había comprometido la imparcialidad del Gobierno al conceder estos contratos. Como parte de la investigación que el caso animó, se descubrió que Zapata mandaba cartas a funcionarios públicos para reclamar ventajas y proponer negocios con los chinos.

Detención e investigación

El Gobierno ha intentado despegarse de la acusación de favorecer a CAMC, sancionando a esta empresa con una multa de US$96 millones por el incumplimiento de un contrato para construir un ferrocarril y, pocos días después del referendo, arrestando a Gabriela Zapata por las cartas que envió y otros indicios de tráfico de influencias.

A partir de su detención, Zapata no ha declarado nada, pero su tía y su abogada defensora afirmaron que el niño que tuvo con Morales no murió. El Gobierno ha exigido que el niño sea presentado a un juez, mientras afirma que en tal caso, procesará a Zapata por mentirle al presidente.

Evo Morales tuvo otros tres hijos con tres mujeres distintas, uno de los cuales, no quiso reconocer por algún tiempo. Cuando tuvo el romance con Zapata, él tenía 46 años y ella 19.

 

Por primera vez en una década, la mayoría de bolivianos dio la espalda a Evo Morales.