París se mantenía en alerta ante la crecida del río Sena que se espera alcance su nivel máximo la noche de este domingo al lunes, aunque lejos de su récord histórico, antes de que empiecen a bajar las aguas muy lentamente.
El nivel de este río, que bordea museos tan famosos como el del Louvre y el de Orsay, además de monumentos y ministerios, está previsto que suba de 5,85 a 5,95 m, lo que significa más de cuatro metros por encima de lo normal, indicó el organismo que monitorea estos fenómenos.
Este aumento del nivel del agua es menor que el alcanzado en junio de 2016 (6,10), cuando se registraron serias inundaciones en París, y ni se aproxima al temido récord de 1910 cuando el Sena alcanzó los 8,62 m.
«El aumento ahora es lento y el nivel máximo de la crecida debería ocurrir en la tarde o en la noche», subrayó el prefecto de, París Michel Delpuech, este domingo en una conferencia de prensa.
Precisó que el nivel que alcanzará el Sena rondará de 5,80 a 5,90 o un poco más, «pero no pasará» de esa marca.
El agua alcanzó este domingo los muslos de la célebre estatua de un guerrero zuavo en el puente del Alma, que sirve de referencia a los parisinos para medir las crecidas del río.
– Barcos anclados –
No muy lejos de ese puente, cerca de la Torre Eiffel, los barcos turísticos están anclados tras la prohibición de navegar.
Las orillas del Sena, frecuentadas por peatones y ciclistas, así como los muelles, que algunos sirven para ingresar a restaurantes flotantes, están bajo agua y apenas sobresalen señalizaciones, una estructura de algún juego infantil o basureros a la deriva.
Tras un incidente, el sábado, cuando dos personas fueron descubiertas navegando a bordo de una canoa hinchable, las autoridades recordaron que está prohibida la navegación y sobre todo insistieron en alertar del peligro que supone bañarse o abordar cualquier tipo de embarcaciones en las condiciones actuales.
Aguas arriba de la capital, la situación mejoraba poco a poco, aunque unas mil personas tuvieron que ser evacuadas en la región parisina en los últimos días.
El descenso de las aguas podría ser «muy, muy lento», advirtió a la AFP Colombe Brossel, adjunta en el departamento de Seguridad de la alcaldía de París.
«Volver completamente a la normalidad va a tomar semanas», estimó por su parte el jefe de los servicios del Estado encargado del Medioambiente en la región (DRIEE), Jérôme Goellner.
Con respecto al transporte público, siete estaciones parisinas del tren RER C (de cercanías), una de las líneas más frecuentadas de la capital, permanecen cerradas hasta nuevo aviso.
Las crecidas que afectan a diferentes regiones de Francia se produjeron tras precipitaciones extraordinarias en suelos que ya estaban saturados de agua.
Según el centro de meteorología nacional, el periodo de diciembre a enero ha sido uno de los más lluviosos desde que comenzaron a recopilarse datos en 1900.
El nivel de precipitaciones se ha multiplicado por dos en algunas partes del país, incluyendo París, donde han caído 183 milímetros de lluvia desde el 1 de diciembre.
Los pronósticos para esta semana anuncian menos lluvia.