El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó a la baja las expectativas de crecimiento económico para Latinoamérica y el Caribe en 2022, desde un 3% hasta un 2.4%, según consta en la última actualización de su informe de proyecciones macroeconómicas mundiales.
En lo que se refiere a 2021, el Fondo estima que el Producto Interior Bruto (PIB) de la región creció un 6.8%, un incremento de 0.5 puntos con respecto a la última proyección de octubre. Para 2023, el organismo ha corregido al alza en una décima la previsión de crecimiento para la región, pasando de un 2.5% hasta un 2.6%.
Entre los motivos que explican el enfriamiento del crecimiento para este año se encuentran la aparición de la nueva variante ómicron, las presiones inflacionistas, los problemas en las cadenas de suministro y el alza en los precios de la energía o en las materias primas.
Brasil y México, las dos principales economías de la región, se anotarían este año un crecimiento del 0.3% y del 2.8%, respectivamente. En ambos casos la previsión supone un descenso de 1.2 puntos en comparación con el informe de octubre de 2021.
Para 2023, el organismo liderado por Kristalina Georgieva estima un crecimiento de 1.6% en Brasil –0.4 puntos menos que la última previsión– y del 2.7% en México –0.5 puntos más que en el último informe–.
La última corrección en las previsiones del organismo con sede en Washington para la región latinoamericana se suma a la realizada recientemente por otros organismos. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas (Cepal) proyecta un crecimiento del 2.1% en 2022, mientras que el Banco Mundial prevé un crecimiento del 2.6% para este año.