Los Juegos Olímpicos se inspiraron en los organizados por los antiguos griegos en el siglo VIII a. C. Las primeras olimpiadas modernas se llevaron a cabo en Atenas en 1896. Desde entonces solamente en tres ocasiones no se celebraron (1916, 1940 y 1944), a causa de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Su historia está llena de anécdotas y datos curiosos.
Nardo Gimaraes
Río Janeiro – En Río de Janeiro no se habla más que de deportes en estos días. Los Juegos Olímpicos son el acontecimiento del momento, pero los aficionados a los diferentes deportes no siempre conocen las anécdotas que han rodeado al mayor evento deportivo del mundo.
Por eso es bueno conocer todo lo que ha rodeado y se ha vivido en las olimpiadas. Bueno, al menos las más interesantes:
La simbología olímpica —bandera y logotipo— fue propuesta por el fundador del olimpismo, el Barón Pierre de Cubertein, en el año 1914. Los cinco aros simbolizan la unión de los cinco continentes y los colores —azul, negro, amarillo, verde, rojo y el blanco del fondo— fueron elegidos de tal manera que todas las banderas del planeta encontraran sus colores en ellos.
En los primeros juegos modernos, Amberes 1896, no había medallas de oro. El ganador recibía medalla de plata, el segundo, medalla de bronce y el tercero solo un reconocimiento.
Los Juegos Olímpicos más largos fueron los de Londres 1908. Principiaron en abril y terminaron en octubre, para un total de 157 días.
Londres es la única ciudad que ha albergado los juegos en tres ocasiones: 1908, 1948 y 2012.
La primera vez que se transmitieron los Juegos Olímpicos en televisión a color fue Tokio 64, y solo Japón y Estados Unidos pudieron ver la competencia así. El resto del mundo debió esperar cuatro años.
El primer registro escrito de vencedores en olimpiadas antiguas data del año 776 a. C.
En esos juegos, la prueba estelar era el pentatlón, que quiere decir, cinco ejercicios. La primera prueba era el dromos —carrera de 200 m— la segunda el halma —similar al salto triple—, luego el discobalia —lanzamiento de disco— y el akontismo —lanzamiento de jabalina—. La quinta prueba solo se disputaba si había empate, y era la lucha.
El ganar o no medallas ha traído también algunas anécdotas:
La ganadora más joven de una medalla de oro en la historia de los Juegos, ha sido la estadounidense Bárbara Jones, quien con tan solo 15 años participó en el equipo de relevos 4X100 que ganó la prueba en Helsinki 52.
Cassius Clay ganó la medalla de oro en boxeo a los 18 años. Volvió orgulloso a su natal Louisville con la presea, pero por ser negro no fue atendido en una cafetería a pesar de tener colgada al cuello la medalla. La ira que desató aquel incidente le llevó a lanzar la medalla al río Ohio.
Para los Juegos de Melburne 56, los organizadores temieron que los caballos de los atletas pudieran ser portadores de una enfermedad contagiosa, y las pruebas tuvieron que celebrarse en Suecia.
En Berlín 36, Adolfo Hitler se retiró del Estadio Olímpico para no premiar a Jesse Owens cuando ganó la prueba de salto largo. El atleta de color estadounidense ganó cuatro medallas de oro —además en los 100 y 200 m y relevo 4 X 100 m—. Owens destruyó el mito que los nazis querían imponer de ser una raza superior.
Los juegos de Alemania fueron también los primeros que se transmitieron en vivo por la televisión local. La audiencia alcanzó 150 000 televidentes.
La maratón original se fijó en 40 km, porque fue la distancia que recorrió Filípides de Maratón a Atenas para avisar la victorias sobre los persas. Sin embargo, en Londres 1908, para que la reina de Inglaterra no se mojara, se extendió la prueba a 42 km, como quedó desde entonces oficialmente.
El maratonista Abebe Bikila se convirtió, en Roma 60, en el primer atleta africano en ganar una medalla de oro. ¡Y lo hizo corriendo descalzo!
Ahora queda por ver si alguna anécdota se suma a esta lista de curiosidades en Río 16.