El director general (CEO) del FC Barcelona, Ferran Reverter, explicó este miércoles los resultados de la ‘Due Diligence’ encargada por el club para saber la situación financiera en marzo de este año, cuando entró una Junta Directiva presidida por Joan Laporta que se topó con 1,350 millones de euros de deuda y una situación de quiebra, con posibilidad de haberse disuelto el club de haber sido una SAD.
«Encontramos patrimonio neto negativo, situación de quiebra contable. Si fuera una SAD, situación de disolución. También un flujo de caja operativo nulo, con dificultad para pagar las nóminas. Una deuda de 1,350 millones de euros, incumplimientos de compromisos con bancos, ‘ratios’ de Liga y UEFA y de los Estatutos, y tuvimos problemas para inscribir a nuestros jugadores«, resumió Reverter, en rueda de prensa.
En lo que calificó de «ejercicio de transparencia pocas veces visto«, fue desgranando esa ‘Due Diligence’ para dar al socio y aficionado un mapa de la situación económica que se encontraron en marzo, y que han intentado empezar a cambiar desde entonces.
No obstante, más allá de lo explicado, falta por tener el resultado de un ‘forensic’ que analizar más en profundidad todavía los pagos del ‘Espai Barça’, pagos a intermediarios en fichajes y la fracturación de varias facturas para eludir el control interno del club.
«Hemos encontrado una serie de actividades en las que hemos tenido que profundizar, con ciertos indicios por falta de información en que tuvimos que dar un paso más e hicimos un ‘forensic’ que no está acabado, será en días o semanas, y a partir de entonces tomaremos decisiones», auguró. Pero ese ‘forensic’ es dificultoso por haberse borrado correos electrónicos, por parte de la Junta saliente, y por la pérdida de información al tener los anteriores directivos portátiles personales, no del club.
De momento, avanzó que han detectado indicios de irregularidades. «Hasta que no terminemos ese ‘forensic’, no se podrá decidir si esos indicios se pasan a legal, y los servicios jurídicos decidirían acciones a emprender. Nos tienen que decir si hay motivos o no para ir a tribunales, y para ello hay que esperar al ‘forensic’. Y esa falta de información lo está haciendo todo muy complicado«, lamentó.
«No sé si lo peor está por salir o no. Pero ya hemos explicado muchas cosas para entender lo que ha pasado en el Barça estos años. Si saldrán más cosas no lo sé y habrá que esperar», se sinceró el CEO del club.
La ‘Due Diligence’ financiera fue encargada por el FC Barcelona a la firma Deloitte con el objetivo de analizar los resultados del club durante las temporadas 2018/19, 2019/20 y los nueve primeros meses de la temporada 2020/21, y para tener los detalles de la situación económica y financiera hasta marzo de este año, cuando la actual Junta Directiva tomó posesión del cargo.
«La nueva Junta Directiva encuentra una situación económica y financiera marcada por un patrimonio negativo y en situación de quiebra contable y una deuda y compromisos futuros cifrados en 1.350 millones de euros», comunicó el director general.
En su exposición, añadió que se toparon con una necesidad urgente de refinanciación, un flujo de caja operativo nulo y con dificultad para pagar las nóminas por incumplimientos generalizados de los ratios financieros, limitando la inscripción de nuevos jugadores y la toma de decisiones.
También lamentó el estado de unas instalaciones «deterioradas» y un Camp Nou en situación «precaria», con un proyecto ‘Espai Barça’ «infravalorado y con graves carencias» y una falta de gobernanza y control interno, que dificultaba el control y la gestión de la entidad.
«Puedo constatar en estos momentos es que hubo una gestión nefasta de la anterior Junta, sin ningún tipo de planificación. Había improvisación total al lanzarse a la inversión más importante de la historia, el ‘Espai Barça’, al mismo tiempo que compraban jugadores con una gran inversión. Gestión nefasta«, recalcó.
Los resultados de las últimas cinco temporadas (entre la 2016/17 y hasta el 17 de marzo de la 2020/21) reflejan una reducción gradual del resultado neto y del flujo de caja operativo. Estos resultados estuvieron impactados por operaciones no recurrentes, como ventas de jugadores extraordinarios, operaciones de intercambio de jugadores y el impacto de la COVID-19, aunque sin pandemia «habría habido pérdidas» igualmente.
Entre los motivos de ese crecimiento de la deuda y de las pérdidas, cuatro puntos clave. El primero, el incremento del 61% de la masa salarial, originada por los nuevos fichajes y por las renovaciones de jugadores. Si hubiera continuado la misma plantilla esta temporada 2021/22, la masa salarial habría ascendido a 835 millones, un 108% sobre los ingresos recurrentes.
Por otro lado, el impacto de la COVID-19 provocó unas pérdidas de 43 millones en la temporada 2019/20 y de 65 millones durante se primeros nueve meses del ejercicio 2020/21. «Por lo tanto, sin el impacto de la COVID-19, los resultados habrían sido negativos igualmente en los dos ejercicios», defendió Reverter.
En cuanto a la deuda, se ha incrementado en 514 millones (de 159 en junio del 2018, a 673 millones en marzo de 2021), debido a la inversión neta realizada en la compraventa de jugadores, cifrada en 306 millones; de las obras del Espai Barça, con un coste de 92 millones; otras inversiones en activos operativos, por un importe de 45 millones; y del incremento de costes financieros, por un total de 71 millones.
En ese total de 1,350 millones de euros el pasivo a marzo de 2021, destacan los aplazamientos de salarios con jugadores, cifrados en 389 millones (147 aplazados la temporada 2020/21 por la mesa colectiva y 238 en concepto de loyalty bonus, signing bonus y primas fin de contrato), los litigios en curso con riesgo probable, por un total de 91 millones, los compromisos relacionados con el Espai Barça, por un importe de 56 millones y, finalmente, ingresos anticipados por una parte de los derechos audiovisuales de la próxima temporada por valor de 79 millones.
Medidas tomadas o a tomar para revertir la situación
Entre las principales acciones impulsadas a lo largo de estos últimos meses para la nueva Junta Directiva figuran la obtención de un crédito transitorio de 80 millones de euros o una operación de refinanciación de 595 millones de euros para hacer frente a los compromisos a corto plazo con una serie de entidades estadounidenses.
En septiembre, el club obtuvo el llamado ‘rating BBB negativo’, una calificación que significó una buena noticia para la Entidad, ya que apoyaba el proyecto económico y era un paso previo imprescindible para poder cerrar la operación de refinanciación, lo que se ha hecho con un tipo de interés medio del 1,98% a 10 años.
Todo ello en un Plan Estratégico 2021-2026 basado en incrementar los ingresos del club, establecer control de costes salariales deportivos y de gestión, y alcanzar una situación económico estable, siguiendo con la reducción de la masa salarial hasta llegar al objetivo de 155 millones de euros.