El hombre que mató el pasado viernes a dos personas con un cuchillo en el Puente de Londres antes de ser abatido por la policía es Usman Khan, de 28 años, un exprisionero condenado por terrorismo.
«Este individuo era conocido por las autoridades, había sido condenado por delitos terroristas en 2012. Fue puesto en libertad condicional en diciembre de 2018», anunció en un comunicado el jefe del antiterrorismo británico, Neil Basu. Precisó que se está realizando un registro en un lugar del condado de Staffordshire, en el centro de Inglaterra, donde residía.
Según la agencia de noticias PA, fue condenado a 16 años de prisión por pertenencia a un grupo que quiso cometer un atentado con bomba en la Bolsa de Londres y establecer un campo de entrenamiento terrorista en Pakistán.
Antes del comienzo de una reunión del comité de crisis del gobierno («Cobra») por la noche, el primer ministro Boris Johnson afirmó que «hace mucho» que dice que «es un error permitir que delincuentes violentos salgan de prisión de forma anticipada».
Este ataque, calificado de «terrorista» y cometido en el mismo lugar del atentado de 2017, cuando faltan menos de dos semanas para elecciones legislativas anticipadas en el Reino Unido, mató a un hombre y una mujer.
Tres personas, un hombre y dos mujeres, resultaron heridas. Una se encontraba el viernes por la noche en estado «crítico pero estable», otra en «un estado estable» y una tercera sufría «lesiones menos graves», precisó el jefe del Servicio Nacional de Salud (NHS), Simon Steven.
«Todavía estamos en una etapa precoz de la investigación, pero en este momento no buscamos activamente a nadie más relacionado con el ataque», recalcó Neil Basu.
Sin embargo llamó a la población a permanecer «vigilante» y a «seguir evitando» la zona, donde hay numerosas oficinas y lugares de ocio, que permanecerá acordonada «por un tiempo».
Según la policía, el hombre participó el viernes en una conferencia en Fishmonger’s Hall, un edificio en el extremo norte del Puente de Londres, donde comenzó el ataque. Luego continuó en el puente mismo antes de ser reducido por dos personas y abatido por la policía, cinco minutos después de recibir una llamada a las 13H58 (locales y GMT).
Se interrumpe la campaña electoral
The Times asegura que el hombre llevaba un brazalete electrónico cuando participó en la conferencia sobre la rehabilitación de prisioneros organizada por la Universidad de Cambridge.
El ataque, perpetrado también a falta de pocos días para una cumbre de la OTAN en Londres, ha estremecido la campaña electoral para las elecciones del 12 de diciembre. Los partidos conservador, laborista y liberal-demócrata la han interrumpido temporalmente.
La policía y los políticos aclamaron como «héroes» a los transeúntes que se abalanzaron sobre el atacante y forcejearon con él, según videos grabados por testigos y transmitidos en las redes sociales.
«Hicimos lo posible para tratar de sacarle el cuchillo para que no hiriera a nadie más», explicó a la BBC Stevie Hurst, un guía turístico que fue uno de los que intervino.
Las redes sociales se volcaron con un hombre . En varios videos que circulan en Twitter, se ve como sale de la refriega con un cuchillo en la mano, pidiendo a gritos a otros testigos que retrocedan.
«Algunos de los que estaban sobre (el agresor) eran exprisioneros y todos estaban en Fishmonger’s Hall», según Jamie Bakhit, un agente de mantenimiento de 24 años citado por PA que dijo haber conversado con uno de los que intervinieron.
El Reino Unido ha recibido mensajes de apoyo del exterior, como la Casa Blanca.
Ataque de junio de 2017
En junio de 2017, una furgoneta atropelló a las personas que transitaban por el puente. Luego los tres atacantes a bordo del vehículo salieron para apuñalar a gente que paseaba por el cercano Borough Market. El saldo fue de ocho muertos y unos 50 heridos.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó el ataque, uno de los varios atentados islamistas ocurridos en el Reino Unido ese año.
Desde entonces, la amenaza terrorista parecía haber retrocedido un poco: a principios de noviembre, el nivel de alerta en el Reino Unido se había reducido de «grave» a «sustancial», el riesgo de un ataque se consideraba ahora «probable» y no «altamente probable».