Por Eduardo Cofiño K
Muchas veces uno quiere enviar un mensaje directo para que le llegue a la mayoría de las personas y, en este intento, lograr cambiar su manera de pensar. Es casi imposible. Además, lo que he aprendido es que las personas son muy tercas (¿somos?) y, aunque nos demuestren que estamos equivocados, o que hay otro punto de vista mas acertado, nos aferramos a nuestras creencias como que fueran la verdad absoluta.
No poseo la verdad absoluta. Tengo opiniones, eso si. Algunas acertadas, otras equivocadas, otras geniales, de vez en cuando, ¿porqué no?.
Entiendo que científicos de renombre (¿) han calculado que si la humanidad nos se reproduce continuadamente y nacen algo así como uno punto seis seres humanos por cada familia, la humanidad tiende a desaparecer. Oigo y trato de comprender las teorías que están a favor del crecimiento demográfico pero sigo –tercamente, tal vez–aferrado a mi creencia de que somos demasiados, en este planeta, por la situación económica en que se están desarrollando los proyectos de explotación a nivel mundial. Me explico: todo lo que hacemos, cualquier actividad económica tiene como base la explotación de algún recurso, sea este natural, físico o intelectual. Si extraemos los materiales que yacen en las entrañas de la tierra, estamos explotando. Si cultivamos sobre el mismo suelo, estamos explotando. Cualquier actividad productiva es en base a la explotación. Es lo que hacemos los hombres: explotar los recursos a nuestro alcance. Solo así podemos sobrevivir. Producimos comida, vestido y vivienda a partir de los bienes que nos da la naturaleza. No existe nada que sea producto de la generación espontánea.
Esto es innegable.
Y lo que percibo en mi patria es que, de la forma como estamos distribuyendo los beneficios económicos de esa explotación, no alcanza para todos. Hay déficit de vivienda, de comida, de agua, de hospitales, de cárceles y escuelas, por mencionar lo importante.
Como no soy experto en el tema económico, ni pretendo serlo, pero creyendo que la lógica, el sentido común y la experiencia (empresarial, en este caso) suelen ser herramientas excelentes para el análisis de cualquier situación, me atreveré a dar mi opinión. Vaya, mejor le consulté a mis amigos expertos en el tema, para poder explicarles a ustedes, mis poquísimos lectores, mi punto.
Según los datos que me han enviado mis queridos amigos, mas o menos, lo que producimos en Guatemala es casi unos setenta mil millones de dólares al año. Unos quinientos cincuenta mil millones de quetzales. Esto es lo que se llama el Producto Interno Bruto (el famoso PIB). Este dato no toma en cuenta lo que nos cuesta producirlo, por supuesto. Aun así, si esto lo dividimos entre los dieciséis millones de habitantes que somos (mas o menos, quizás mas), nos sale que a cada uno le correspondería unos dos mil ochocientos quetzales al mes. O sea que todos seríamos pobres.
Entonces, mis amigos economistas, industriales, comerciantes y expertos internacionales coinciden en que hay que subir la tasa del crecimiento económico. Pero yo le pregunto a usted, ¿cómo hace uno para vender mas?. Si, a usted, en su taller, en su restaurante, en su tienda, hotelito, distribuidora, importadora, maquiladora, o lo que le haya tocado hacer, le pregunto: ¿No es mas fácil dejar de crecer en el numero de habitantes?
Es lo mismo que en la micro economía familiar: recibir un aumento de sueldo o en las utilidades del negocio es mas difícil que dejar de tener un hijo cada año. Incluso las comparaciones que hacen en cuanto al crecimiento económico versus el crecimiento poblacional son equivocadas. ¿Porqué?. Pues porque estamos comparando manzanas con peras.
Digamos que usted gana un diez porciento cada año, mas que el año anterior. Aparte del fenómeno de la inflación que hace que su dinero tenga un poder adquisitivo menor, o sea que ese diez porciento es en realidad como un cuatro porciento, si usted solo tiene un hijo y este años le nace el segundo, pues el crecimiento demográfico de sus hijos fue del ¡cincuenta porciento!. Los analistas le dirían: Un diez porciento de crecimiento económico no alcanza para ese cincuenta porciento de crecimiento demográfico. Pero es una conclusión falsa pues, para empezar, no se analiza cuánto ganaba, antes del aumento. No se deben comparar estos porcentajes, no nos dicen nada, en realidad. ¿Me explico?.
Lo que si es cierto es que, mientras menos hijos tenga, mas dinero le tocará a cada uno. Lo veo en mi familia: yo soy el que mas hijos tiene y, aun ganando lo mismo en nuestras empresas familiares, pues las oportunidades de los hijos de mis hermanos han sido mejores: mejores universidades, mejores posibilidades económicas y mejor herencia ¿Es esto tan difícil de comprender?
Estoy a favor de las Políticas de Control de Natalidad, Educación para la Paternidad Responsable, Sostenibilidad Familiar o como les quieran llamar. Económicamente no hay otra solución.
Construyamos ciudades intermedias, para paliar el crecimiento poblacional. ¡Que gran estupidez, por Dios!
Y eso que no hemos tocado el tema de la destrucción de la naturaleza…allí si hay una correlación clarísima entre el crecimiento de la humanidad y la desaparición de los bosques, por ejemplo.
Y todos preocupados de erradicar la corrupción.
Cuando al fin la erradiquemos, seremos aquí treinta, cuarenta o cincuenta millones de habitantes. ¡Olvídense!, vamos a comer mierda.
Pero, no se preocupen, no va a alcanzar para todos.