Caso de defraudación aduanera avanza:
Desde que se supo que Salvador Estuardo González, alias Eco, sería colaborador eficaz en el caso de La Línea, los implicados y sus abogados temían que su versión les pusiera finalmente la soga al cuello. Hicieron todos los esfuerzos para impedir su testimonio, sin lograrlo. Si había dudas, se disiparon y ahora las piezas de esta estructura caen una a una, y habrá más.
Redacción de Crónica
Salvador Estuardo González, fue primero hombre de confianza de Roxana Baldetti en negocios oscuros. Así, llegó con el presidente Otto Pérez Molina y se integró a la estructura de La Línea para ser una pieza clave que conocía al detalle la operación de defraudación aduanera, en la que adoptó el nombre de Eco para identificarse en las conversaciones telefónicas.
Tras su captura y primera declaración, se supo que Eco se convertiría en colaborador eficaz. Juan Carlos Monzón, ex secretario privado de Roxana Baldetti, también intentó cambiar de bando, pero su petición llegó tarde y fue González el escogido por el Ministerio Público (MP) para recibir la información que hacía falta en el rompecabezas judicial que ahora se prepara para ir a juicio.
Después de su declaración el pasado martes, cuando confirmó totalmente la tesis de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el MP sobre la forma en que operaba La Línea, pocas dudas quedan sobre el siguiente paso que se confirmará muy pronto: irán a juicio los 32 implicados en este caso de corrupción, que provocó que por primera vez un presidente y vicepresidente terminaran en la cárcel durante su período de gobierno.
Vanos resultaron los esfuerzos de los demás implicados en el caso y de sus abogados, quienes intentaron impedir que Eco declarara con una lluvia de recursos, que, finalmente, —y de manera correcta— fueron desestimados por el juez Miguel Ángel Gálvez, quien más adelante decidirá si el caso se abre a juicio.
Las pruebas que se aceptaron en la audiencia resultan contundentes, pero, según ha trascendido en fuentes cercanas a González, él tiene más información sobre Baldetti, que podría servir en caso de que sea acusada por otros delitos y/o hechos, ya que se trasladaba dinero, proveniente de cadenas de corrupción, para negocios.
Tanto el presidente Pérez Molina, como Baldetti, temen que Eco pueda implicarlos en otros casos, sobre todo, porque él tuvo acceso a información financiera de la vicegobernante, quien, en pocos años, se convirtió en multimillonaria, con inversiones inmobiliarias, hoteleras, y de otro tipo, todo producto de operaciones de blanqueo de dinero.
Eso explica la intensidad con la que actuó y expuso el abogado Mario Cano, quien defiende a la ex vicepresidenta. Él intentó, por todos los medios, que no se aceptaran las pruebas de la audiencia del martes, precisamente, porque Eco y la información que tiene, pueden terminar de hundir a Baldetti, implicada, hasta este momento, en dos acciones de corrupción: el caso La Línea, y el burdo engaño conocido como La limpieza de Amatitlán con agua mágica.
En las próximas semanas se podrá conocer el alcance que tendrá el testimonio de González, quien antes de declarar ante el juez Gálvez, denunció ante la prensa que en el pasado recibió amenazas de muerte de parte del presidente Pérez Molina, razón por la cual tuvo que enviar al extranjero a su esposa e hijos.
Se supo también que para hacer legal todo el papeleo, debió casarse oficialmente, ya que, aunque vivía desde hace mucho tiempo con su pareja —con la que formó familia—, no habían celebrado matrimonio civil. Ya efectuado el matrimonio, su esposa salió del país por las amenazas.
Eco delata
La audiencia de anticipo de prueba se suspendió, a eso de las 16:50 horas de la tarde el pasado Martes, luego que Mario Sanler, un abogado cubano de nacimiento e integrante de la Defensa Pública Penal, que defiende a Juan Carlos Ávila Morán —técnico aduanero en la Portuaria Quetzal—, sufrió, aparentemente, un desmayo. Sin embargo se reinició al siguiente día.
Eco echó de cabeza a toda la estructura de defraudación aduanera y corroborado la investigación de la CICIG y el MP.
Contó al juez Gálvez que sostuvo reuniones con Claudia Méndez Asencio, exintendente de Aduanas, para hablar sobre cambios en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) y que le envió el cinco por ciento que le correspondía en efectivo producto de la actividad criminal en una caja de regalo, que ella le confirmó de recibido a través de un mensaje telefónico. Ella me contestó que recibió la correspondencia y una carita feliz, señaló el colaborador eficaz.
Detalló que del dinero producto de la defraudación aduanera se entregaba el 50 por ciento a Baldetti y Pérez Molina, el cuatro por ciento para Monzón, el cinco por ciento para la SAT y que a él, le daban un dos por ciento.
Había desconfianza de Baldetti y empecé a llevar un control, ya había aceptado participar y pregunté si estaba regulado, me dijeron que no; entonces era ilegal, cuando Juan Carlos me dijo que era para Baldetti y Pérez, no quise poner nombres, decidí poner uno para el presidente y dos para la vicepresidenta, afirmó Eco al contar cómo identificaba a los exgobernantes en el control que llevaba del dinero que repartía, fruto de la defraudación aduanera.
Baldetti y empresas de fachada
El colaborador eficaz narra que Monzón lo contactó para que le llevara la contabilidad a unas empresas de fachada vinculadas a Baldetti y en las que ella no aparecía como accionista.
Por este trabajo González indicó que se acordó un pago mensual de US$10 mil —unos Q76 mil 900—. Llegue a tener siete empresas, donde Baldetti no era accionista pero si tenía control de ellas. Me hizo firmar un convenio de confidencialidad, hasta ahí me cuenta qué tenían pensado hacer, terminé haciendo cosas de aparente legalidad que no lo eran, afirmó Eco.
Narró que en otra ocasión, Monzón volvió a hablar con él, y esta vez, para proponerle que se hiciera cargo de Siglo 21. Luego agregó, ya habíamos hecho un estudio a la empresa para permitirnos conocer el estado, esto se hizo con el salvadoreño Fidel López, lo presentamos a Monzón y a Edín Barrientos, acepté la presidencia y propuse a Fidel para que quedara en la gerencia.
Captura y desaparición de evidencias
Cuando habían transcurridos pocos días de su captura, contó Eco, fue visitado por un enviado de los exvicegobernantes para preguntarle si ellos tenían algo de qué preocuparse.
Llego el licenciado —Ricardo— Grijalva y me dijo: ¿Dicen los jefes que de qué se pueden preocupar?, le dije que de los correos electrónicos y les di las direcciones y las claves, uno de los correos era irve06@gmail.com, estaba grabado en mi computadora, ahí les mandaba los correos, ella me escribía a mi chat muchas preguntas y, entre ellas, sobre la SAT, a veces le decíamos las tres letras, otras veces la zona 9, recuerda el colaborador eficaz.
Esos correos electrónicos fueron borrados luego de que él les entregara las claves de acceso. Cuando quise volver a entrar ya estaban vacíos… logré entrar, pero borraron los correos electrónicos, desafortunadamente, enfatizó Eco.
Con el interrogatorio de los abogados de la defensa y del Ministerio Publico, termina la audiencia de anticipo de pruebas que viene a confirmar la declaración que Eco brindó como colaborador eficaz. Esta servirá como parte de las pesquisas que el MP y la CICIG utilizarán para enviar a juicio a los 3
A casi un año del destape de La Línea, el expresidente Otto Pérez Molina y la ex vicepresidenta Roxana Baldetti, se reunirán en inicio de le etapa intermedia programa para el Lunes 17 de Marzo por disposición del Juez Miguel Gálvez.