Diez años sin JULIO CÉSAR CHÁVEZ

Para muchos mexicanos, el ¡sí se puede!, nace en las batallas en que Julio César Chávez, golpeado por su adversario, sacaba fuerza de flaqueza y, con la gran calidad que tenía, volvía al cuadrilátero para ganar una pelea. Hoy, el más grande boxeador mexicano de la historia, disfruta de su retiro.
Peter Rodríguez
Tijuana – Tuvo una carrera de 25 años plagada de gloria, pero su retiro llegó al terminar una pelea en que salió derrotado y con la mano fracturada. No era un justo adiós para quien había ganado a base de puños el título de mejor boxeador mexicano de la historia y uno de los grandes del boxeo mundial.
Su poderosa pegada, combinada con una agresividad que hacía que necesitara poco de buena defensa de manos, hizo que Julio César Chávez dominara los cuadriláteros en las categorías Superpluma, Superligero y Walter, entre las décadas de los años 80 y 90. Pero no supo retirarse a tiempo.
Su nombre garantizaba importantes bolsas en cada pelea, lo que sumado a una vida desordenada, le obligaba a mantenerse activo en el boxeo, hasta terminar con una foja de 115 combates, de los cuales ganó 107 (86 por nocaut), perdió 6 y empató 2, nada mal para un peleador que no respetaba las noches cuando salía farra.
Su carrera profesional la inició a los 19 años en su natal México –nació en Ciudad Obregón, Sonora (1962)–, y pronto Julio César alcanzó cartel internacional, algo que le permitió escalar. Se hablaba del joven de pagada fuerte, que tuvo su primera oportunidad de corona al disputar el vacante título Superpluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), el 13 de septiembre de 1984. Otro mexicano, pero más famoso en aquel momento, Mario Azabache Martínez, salió como favorito en aquella pelea en el Coliseo de Los Ángeles.
Chávez destrozó a los apostadores y al propio Azabache, que tuvo que conformarse con vivir entre las sombras de aquel boxeador que comenzaba a escribir una leyenda, que ahora intenta prolongar su hijo Julio César Chávez Jr., pero sin la mística y pegada de su padre.
En el mundo del boxeo se le reconoce su calidad, pero también se lamenta que la sombra del alcohol y las drogas haya mermado su capacidad. Hoy, a los 53 años, no teme hablar de sus grandes peleas, pero tampoco rehúye reconocer que la batalla más difícil que he tenido en la vida, la sigo librando día a día.

julio cesar chavez

Noche tapatía
Una anécdota de su fuerza, determinación y popularidad, se dio en 1993, cuando Greg Haugen, boxeador estadounidense, se mofó de él diciendo que su récord de 82-0 lo tenía porque sus oponentes han sido 82 taxistas de Tijuana que hasta mi madre hubiera podido noquear, además del comentario de que no hay 130.000 mexicanos que puedan pagar el boleto de entrada para la pelea entre ambos, que tendría lugar en el Estadio Azteca del Distrito Federal.
Haugen se tuvo que tragar sus palabras a golpes. Desde el primer asalto, Chávez salió a destrozarlo, sin encontrar siquiera respuesta de su oponente, que en el quinto asalto no pudo continuar por el castigo recibido. Ahora ya sabes que no peleo con taxistas, le dijo a su oponente, quien aún supo responder: Han de haber sido taxistas muy rudos. Pero también la afición mexicana le respondió a Haugen, porque esa noche el Azteca tuvo un ingreso récord de 132.274 personas que pagaron boleto.

Las entrevistas
Julio César ha sido recordado en ocasión de los 10 años de su retiro -septiembre del 2014-. Por supuesto que no han faltado las entrevistas, las anécdotas de recuerdo, ni las comparaciones, principalmente con Óscar de la Hoya, a quien enfrentó dos veces y no pudo vencer (derrota y empate). Pero son sus declaraciones las que hablan del hombre que sigue luchando contra los vicios, que en buena medida llegaron porque tuvo demasiado poder y dinero en su época de oro. Esta es una recopilación de frases suyas a la cadena ESPN, a medios mexicanos y a corresponsales de agencias noticiosas:

Sobre su retiro y su larga trayectoria: Fueron muchos años peleando, creo que debí haberme retirado antes, así hubiera tenido menos derrotas. Mi mejor momento lo viví entre 1980 y 1994, cuando tuve un récord de 90 peleas sin perder (un empate). De no haber sido por mi vida desordenada, seguramente hubiera podido alcanzar la marca de 100 peleas invicto, un récord inimaginable que hubiera sido difícil que alguien lo alcanzara.
Creo que en algunas de mis derrotas me hizo falta más compromiso, prepararme mejor, tomar más en serio lo que estaba haciendo. Todo eso producto de esa vida que llevaba y que entonces no comprendía.

Algunos de sus rivales: Cuando me preguntan sobre mis rivales, vienen a mi mente varios nombres, pero en realidad enfrenté a grandes boxeadores, como Óscar de la Hoya, Frankie Randall, Roger Mayweather, José Luis Ramírez, Mario Martínez, Héctor Camacho y Greg Haugen, pero hubo varios más. Por cierto, Haugen descalificaba a mis rivales diciendo que eran taxistas, y retó a los mexicanos para que llenaran el Azteca. ¡Por supuesto que se llenó!, y lo vieron perder por nocaut técnico en cinco asaltos. Con de la Hoya fueron dos peleas muy duras y difíciles, pero la verdad, me hubiera gustado enfrentarlo antes, en mejores condiciones mías. La diferencia de edad (10 años) pudo ser un factor. Recuerdo cada pelea como si hubiera sido hace poco tiempo.

Su lucha contra las drogas:
La pelea más dura de mi vida la he librado estos diez años. Ha sido luchar día a día contra esta enfermedad: el alcohol y la droga, porque es una enfermedad que llevamos por dentro. Si me descuido tantito, vuelvo a caer, y no quiero dar ni un paso hacia atrás. Estos han sido 10 años de contrastes. He tenido tiempo para estar con mis hijos y con mi familia. Pero también he visto que mis hijos a veces se descuidan y hacen cosas que no debieran. Han sido 10 años de complicaciones, pero también de alegrías, eso debo reconocerlo. Yo trato de que mis hijos y las demás personas, sobre todo los jóvenes, comprendan que acercarse a las drogas no trae nada bueno. Pero también entiendo que las adicciones son una enfermedad y, como tal, debe ser atendida y comprendida.

El mejor mexicano
Chávez fue el primer tricampeón mundial en la historia del boxeo mexicano. Decirlo parece sencillo, pero México es un gran productor de boxeadores. Los registros muestran que este país, al sur de Estados Unidos, ha convertido el boxeo en uno de sus deportes favoritos. Cuenta con 204 campeones mundiales a lo largo de la historia, y ocupa el primer lugar entre los países con más campeones del mundo en todas las categorías. Solamente México ha tenido campeones en todas las categorías reconocidas actualmente. Pero si los expertos reconocen a Chávez como el mejor boxeador mexicano de todos los tiempos, sus compatriotas también lo hacen, y así se refleja en encuestas realizadas en ocasión de los diez años de su retiro. Nadie ha sido más grande que él, y en el firmamento no aparece aún una estrella que pueda competir con la luz que tuvo… más allá de sus sombras.
Luego de 10 años de retiro, ahora dice que libra la pelea más importante de su vida.