Un cohete Atlas V despegó este viernes desde Cabo Cañaveral, Florida, con el objetivo de poner en órbita a la nueva cápsula de Boeing, Starliner, en una misión de prueba crucial para que Estados Unidos retome los vuelos espaciales tripulados desde su suelo.
Solo un maniquí llamado Rosie y un peluche de Snoopy están a bordo de esta misión de ocho días.
Los primeros minutos del vuelo, iniciado poco después de las 11H36 GMT, transcurrieron normalmente, con una separación exitosa de la primera etapa, según las imágenes retransmitidas por la NASA. Seis minutos después del lanzamiento, el cohete viajaba a más de 19.000 kilómetros por hora, más de 160 km sobre el nivel del mar, según la sala de control.
Starliner debe adosarse a la Estación Espacial Internacional (ISS) aproximadamente 25 horas después del lanzamiento.
La NASA no ha tenido ningún medio de transporte para sus astronautas desde que retiró sus transbordadores espaciales, en 2011. Actualmente, la agencia espacial estadounidense depende de los cohetes rusos Soyuz para los viajes de ida y vuelta a la ISS, una dependencia de la que Washington quiere librarse.
Boeing y SpaceX han recibido miles de millones de dólares en contratos de la NASA para desarrollar cada nuevo vehículo y transportar un total de 48 astronautas para 2024.
SpaceX ya realizó la misión de prueba de su cápsula Crew Dragon, con otro maniquí a bordo, en marzo.