Décimo en la región: un descuidado Aeropuerto 

Tener un carro moderno, pero guardado en el garaje, sin darle mantenimiento durante años, es quizá el ejemplo más adecuado para calificar al Aeropuerto Internacional La Aurora, un lugar que ha estado descuidado desde los últimos nueve años, y que por ese motivo  ha ido perdiendo competitividad con otros aeródromos de Centroamérica.

Elder Interiano

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Hasta el año 2007, el Aeropuerto era mejor que el de Panamá y Costa Rica, pero solo tuvieron que pasar nueve años para que la situación cambiara y esta terminal aérea, la más importante del país, bajara de los primeros tres lugares.

Hoy en día ocupa el décimo lugar en Centroamérica y el Caribe, mientras que el aeropuerto de Tu2cumán, Panamá, sigue durante tres años consecutivos en el primer lugar de la región, según la consultora Skytrax. En el segundo lugar de la región está el aeropuerto de Costa Rica y en el tercero, El Salvador.

Para algunos expertos, el motivo real del rezago y abandono es porque se ha dejado de implementar un Plan Maestro para modernizar más el Aeropuerto La Aurora, y que, en lugar de administrarlo de forma técnica, lo han politizado; de ahí las consecuencias de la falta de servicios de los cambios políticos de sus autoridades, algunas sin conocimiento del ramo, así como de la falta de presupuesto en varias ocasiones para pagar al personal.

 

No obstante, esta base aérea tiene ventajas sobre otros países centroamericanos, que no se han aprovechado para hacerlo más competitivo; una de estas es su posición geográfica, ya que es uno de los aeropuertos en el mundo que menos horas cierra al año por condiciones climáticas, según comentan pilotos aviadores.

De esta forma, si se continuará con la modernización de la terminal y todas sus instalaciones, más líneas aéreas estarían en Guatemala y vendrían más turistas, igual tendrían que mejorar las tarifas, opina, por su parte, Guillermo Quesada, un migrante que reside en Estados Unidos.

Un aeropuerto certificado

La modernización del Aeropuerto la Aurora solo se ha cumplido en una primera fase, todavía faltan otras cinco para hacerlo más competitivo.

El Aeropuerto Internacional La Aurora está certificado por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y por la Administración de Seguridad del Transporte (TSA, por sus siglas en inglés), este último significa que opera en condiciones de seguridad —el único en tenerlo en la región—, cuyos títulos los adquirió en 2007.

De igual forma, el Estado de Guatemala obtuvo, a través de la Dirección General de Aeronáutica Civil, la categoría uno, otorgada poUntitled-1r la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos  (FAA, por sus siglas en inglés), por haber cumplido todas las normas y regulaciones establecidas por la OACI, correspondientes a la seguridad aérea —aeronaves y su seguridad de vuelo—.

En este contexto, este aeropuerto tiene las certificaciones necesarias para competir a nivel latinoamericano, pero es necesario que se cumpla con ese Plan Maestro que se firmó durante el gobierno de Óscar Berger Perdomo, el cual estaría por terminarse en el año 2047, para tener una capacidad aproximada de 8 millones de pasajeros al año, pues actualmente se tiene la capacidad de 1 millón.

 

 

Un aspecto negativo es que durante el gobierno del Partido Patriota se otorgaron muchos espacios comerciales en áreas que definitivamente no son para comercio, sino para pasajeros, como lo son las salas de espera. En el aeropuerto se cumplió con la normativa de OACI, que dice que se tienen que tener el 70 % de sillas de la capacidad máxima de la aeronave que aparca en esa puerta. Pero hoy en día, debido a que las salas fueron invadidas por locales comerciales, en algunas este porcentaje solo es del 20 % y el problema será cuando llegue a su capacidad máxima de turistas, faltará espacio, comenta un exdirectivo de la DGAC, que prefirió omitir su nombre.

Del plan para expandir la principal terminal aérea internacional de Guatemala, se tenía contemplado terminar tres fases en el 2012, lo cual no ocurrió.

Sin embargo, según especialistas, en tres años se podrían concluir y, con ello recuperar el nivel competitivo del aeropuerto de Costa Rica, la tarea no es difícil, aunque el desafío es pensar en grande, para incrementar el turismo en Guatemala.

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