National Harbor, Estados Unidos | AFP |
por Michael Mathes
La estudiante universitaria de Florida Sarah Gibson renovó su membresía a la Asociación Nacional del Rifle (NRA) este jueves en una conferencia de conservadores, días después de que un tiroteo en un liceo de su estado desatara un debate nacional sobre el control de las armas de fuego.
«No creo que las armas sean el problema, de hecho son la respuesta», dijo Gibson, de 20 años. «Cuando hay más seguridad y tienes más personas portando (armas), es disuasorio en sí mismo».
Esta estudiante y miles de correligionarios republicanos convergieron en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), que se celebra cerca de Washington, donde realiza año a año para celebrar sus causas y, en 2018, el movimiento populista que llevó a Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Muchos oradores resaltaron los logros del gobierno, incluyendo una reciente reforma tributaria, la derogación de regulaciones laborales y la designación de jueces conservadores.
«Ha sido un año de promesas hechas y de promesas cumplidas», dijo el vicepresidente Mike Pence en la conferencia, quien también ofreció duros comentarios sobre Corea del Norte y urgió a los republicanos a prepararse para la batalla electoral de noviembre, cuando se renueva el Congreso.
La investigación en curso sobre la injerencia rusa en la carrera electoral de 2016 y sobre si la campaña de Trump coludió con Moscú fue apenas un pie de página en las discusiones de la CPAC.
Pero fue imposible de ignorar la siempre presente tragedia de los tiroteos y el acceso a las armas de fuego, que han enturbiado el ambiente político y puesto a sus defensores y detractores bajo un ardiente foco.
La conferencia guardó un minuto de silencio por los 17 muertos en el tiroteo en la escuela secundaria de Parkland, Florida, y sus oradores no dejaron el asunto de lado. De hecho, muchos fueron a la ofensiva.
El titular de la NRA, Wayne LaPierre, fustigó lo que calificó de «vergonzosa politización de la tragedia» ante las protestas y crecientes reclamos para endurecer las permisivas leyes de tenencia de armas.
En sus primeros comentarios públicos desde la masacre en el liceo de Parkland, que tuvo lugar el 14 de febrero, LaPierre reiteró sus acusaciones de que quienes impulsan un endurecimiento de la legislación para el control de armas buscan acabar con las protecciones constitucionales.
Dana Loesch, la portavoz del la NRA -un poderoso lobby que contribuyó con 30 millones de dólares a la campaña de Trump- fue más allá al señalar que «muchos en los medios adoran los tiroteos».
– Línea dura –
La CPAC es un engranaje que promueve los ideales de libertad, prosperidad económica y valores familiares.
Sus panelistas alaban al icónico expresidente Ronald Reagan, sus afiches afirman que los gobiernos aparatosos «apestan» y sus activistas impulsan plegarias en las escuelas.
También apelan a voces radicales o de línea dura que aprovechan la ocasión para impulsar su agenda a un espectro más amplio.
La CPAC invitó a la francesa Marion Merchal-Le Pen, ex legisladora francesa del ultraderechista Frente Nacional, a hablar en la conferencia, generando preocupación entre algunos republicanos de la conferencia estaba dando la bienvenida a extremistas.
«Al igual que ustedes, nosotros queremos que nos devuelvan el país», dijo la invitada gala, de 28 años, al expresar solidaridad con las políticas nacionalistas de Trump.
En los pasillos de la CPAC, la conversación a menudo regresaba al tema de las armas y, sobre todo, a cómo responder a la última masacre a manos de un perturbado armado.
Kelli Ward, una conservadora de línea dura que se postula al Senado por Arizona en los comicios de noviembre, dijo que el duelo nacional por la tragedia de Florida no tiene fronteras políticas.
«Soy miembro de la toda la vida de la NRA, soy una ferviente defensora de la Segunda enmienda, y mi corazón también está partido por lo que ocurrió», dijo a la AFP.
Pero Ward también señaló que los asistentes a la conferencia se centraron en temas básicos para los conservadores: restringir la inmigración, derogar la reforma sanitaria conocida como Obamacare, y fortalecer a los militares – «no porque queramos la guerra, sino porque queremos la paz a través de la fuerza».
En el hall de la CPAC, Thomas White, de 23 años, ayudaba a un amigo a asociarse a la NRA.
Predijo que Trump recibirá este viernes, cuando pronuncie su discurso ante la conferencia, una cálida acogida pese a su anuncio de que apoyará mayores controles de antecedentes a los compradores de armas, elevar de 18 a 21 años la edad mínima para poder adquirir un rifle y prohibir dispositivos que convierten a los fusiles semi-automáticos en ametralladoras.