La IX Cumbre de las Américas culminó el viernes en Los Ángeles con los compromisos adquiridos por los países para afrontar retos urgentes como la migración irregular. La ausencia de varios dignatarios fue un traspié desde el comienzo del evento organizado por el gobierno de EEUU.
WASHINGTON DC — El cónclave de mandatarios del Hemisferio Occidental ha concluido con discusiones a fondo y propuestas de solución para encarar los principales problemas que aquejan a la región como la migración irregular, una problemática que golpea a Estados Unidos y alcanza dimensiones continentales.
La IX Cumbre de las Américas a la que no asistieron los presidentes de Guatemala, México, Honduras, El Salvador y Bolivia y Bolivia -aparte de los vetados al evento por parte de Estados Unidos: Cuba, Nicaragua y Venezuela- ha dejado altibajos por las notorias ausencias.
Las críticas a Estados Unidos por las exclusiones de los tres gobiernos mencionados fueron parte del discurso de varios de los mandatarios caribeños que participaron en la sesión vespertina del viernes.
“Lamento que las invitaciones a esta novena cumbre no fueron extendidas a todos los jefes de Estado”, dijo el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, quien además rechazó el embargo comercial a Cuba que tiene más de seis décadas de vigencia, al calificarlo de “una barrera a la paz y la amistad en este hemisferio”.
A estos dos reclamos también se unieron los líderes de Bahamas, Philip Davis y de Barbados, Mia Mottley.
Analistas consultados manifiestan que estos hechos muestran que el continente se encuentra en un momento “disfuncional, ideologizado y resentido”.
Así lo resume el politólogo mexicano Leonardo Curzio, quien afirma que en esta edición de la Cumbre organizada por la administración de Joe Biden han salido a relucir las fracturas de una región “incapaz de articular esfuerzos hemisféricos”, como los postulados dejados por la cumbre.
Curzio sostiene que la IX Cumbre de las Américas ha dejado al descubierto al menos tres elementos fundamentales que van desde la estatura de los liderazgos de la región, pasando por el “ensimismamiento de nuestros países en sus dinámicas internas”, así como la “disfuncionalidad” del sistema interamericano.
La Declaración de Migración de Los Ángeles
El documento conocido como la Declaración de Migración de Los Ángeles, fruto de esta cumbre, es una hoja de ruta para que los países acojan a un gran número de migrantes y refugiados.
El texto es el resultado del trabajo conjunto de Estados Unidos y los países de la región. Incluye un compromiso de todos los gobiernos -a lo largo de la ruta migratoria– para establecer y fortalecer un programa de asilo en cada uno de sus respectivos países.
Al cierre del importante evento, Biden resaltó la importancia de la cooperación a nivel regional para frenar el enorme flujo migratorio.
“Tenemos que poner fin a las formas peligrosas de migración”, destacó el mandatario y apuntó a la guerra rusa en Ucrania y “la agitación política de los regímenes autocráticos de la región” como causantes de “niveles récord de migración” en el hemisferio.
La Declaración de Los Ángeles finalmente fue firmada por todos los gobiernos participantes y contiene puntos importantes para la integración de políticas migratorias.
uscar apoyo financiero de fuentes tradicionales o no, a fin de apoyar a los países receptores de migrantes; darle un nuevo aire a los mecanismos regionales de integración «para la cooperación en el cumplimiento de la ley», «fortalecer y expandir las vías de migración laboral temporal» y mejoras en los servicios públicos a los migrantes en los países de acogida, entre otros.
Esta hoja de ruta fue posible gracias a lo que los participantes han definido como el compromiso con la institucionalidad democrática para el abordaje del espinoso tema de la migración irregular proveniente de la región hacia EEUU.
Expertos consultados coinciden en que este documento con objetivos y acciones concretas sería el principal logro de la IX Cumbre de las Américas, pese a la ausencia de líderes clave, como el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y varios líderes de países del norte de Centroamérica, que lideran la lista de los principales emisores de migrantes irregulares hacia Estados Unidos.
Los mandatarios ausentes delegaron en sus cancilleres la discusión del tema y de los compromisos asumidos en el encuentro, que concluyó este viernes con la rueda conjunta de mandatarios después de sesiones especiales y donde además fluyeron eventos paralelos como la Cumbre de la Sociedad Civil y el encuentro del sector privado del hemisferio.