El socialismo, el partido único y la elección indirecta permanecen, pero algunas estructuras cambian: Cuba estrena este jueves un sistema de poder repartido en varias manos, que releva a la generación histórica de 1959.
La Asamblea Nacional (Parlamento) elegirá entre sus actuales 599 diputados al presidente de la República, un cargo que desapareció en 1976, así como al vicepresidente y al jefe del Parlamento.
Hasta ahora, la principal figura era el presidente de los Consejos de Estado y Ministros, puesto que ocuparon Fidel (1976-2008) y Raúl Castro (2008-2018), quienes además tenían el cargo de primer secretario del único y gobernante Partido Comunista de Cuba.
En abril de 2018 Miguel Díaz-Canel, ahora con 59 años, sucedió a Raúl (88), aunque este, su mentor político, mantendrá el liderazgo del PCC hasta 2021, cuando espera jubilarse próximo a los 90 años.
Se espera que Díaz-Canel pase a ser el presidente de la República y se rodee con sus contemporáneos, siempre bajo la atenta mirada de los líderes históricos.
«Es de esperar una renovación generacional», dijo a la AFP el jurista Julio Fernández Estrada.
El gobernante tiene la tarea de acelerar la lenta reforma económica de la isla, en un contexto adverso.
Washington refuerza el bloqueo que desde 1962 aplica contra la isla, y la acusa de apoyar militarmente al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. Ahora sanciona a los barcos que transportan petróleo desde Caracas, lo que ha ocasionado escasez de combustible en Cuba.
La estructura de gobierno surge de una nueva Constitución aprobada a inicios de año y criticada por el jefe de la diplomacia estadounidense Mike Pompeo, para quien Cuba consolida su sistema socialista sin «garantizar al pueblo cubano libertades fundamentales».
Nueva generación con internet
«Llega al poder una nueva generación de líderes, con un marco institucional de dirección mas colectiva, y un mandato de reforma» de una economía de corte soviético, comentó a la AFP el académico cubano Arturo López-Levy, de la Holy Names University de California.
Pero «la selección del personal ha pasado por los viejos líderes partidistas, que han actuado con importantes poderes de veto», añadió.
La nómina fue elaborada por una comisión de candidaturas, tras consultas con los diputados, y solo se conocerá en el momento de la elección, que es indirecta.
En las vísperas «no sabemos quiénes son los candidatos», agregó Fernández Estrada.
«Hay una franja de población, que está entre los 16 y 30 años, que manifiesta en las redes sociales su desacuerdo con la elección indirecta», prevista en la Constitución aprobada en abril, sostuvo.
En diciembre llegó el 3G a Cuba, abriendo espacio a una sociedad civil crítica pero no necesariamente opositora, que le habla de tú a tú a sus autoridades en Twitter.
Parlamento y primer ministro
El presidente de la República será el jefe de Estado y en diciembre designará a un primer ministro, otra figura que vuelve a la estructura política. Según Fernández Estrada, el éxito de esta dupla «depende de las relaciones personales» entre ambos.
«El país será gobernado por las mismas personas, pero, quizás en algunos asuntos, lo hagan de manera más contemporánea con el presente y menos atada a preconceptos que actúan como limitantes autoimpuestas», comentó por su parte el politólogo Jorge Gómez Barata.
En la misma sesión, el Parlamento debe renovar su mesa directiva. Esteban Lazo, (75), que ocupa la presidencia desde 2013, podría ser sustituido, siguiendo la tónica actual de funcionarios que no rebasan los 60 años de edad.
Homero Acosta, un jurista de 55 años, actual secretario del Consejo de Estado, es para muchos cubanos el hombre idóneo, toda vez que dirigió la redacción de la nueva Constitución, con una relevante presencia pública.
Aunque su perfil también lo proyecta como primer ministro.
El Consejo de Estado, hasta ahora con 31 miembros incluyendo seis vicepresidentes, se reducirá a 21 y será liderado por el jefe del Parlamento, con un solo vice.
Entre los actuales vicepresidentes está el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés (87), el más relevante del núcleo duro de los históricos. De salir, mantendrá su permanencia en el selecto Buró Político del PCC, hasta 2021.
«Es de esperar cierto rejuvenecimiento de los líderes, mayor energía para implementar cambios ya decididos, pero todo eso dentro de los limites del slogan ‘somos continuidad'» que Díaz-Canel proclama, dice López Levy.