Un total de 79 prisioneros fallecieron este martes en Ecuador como consecuencia de cuatro motines registrados en cárceles del país a raíz de un enfrentamiento entre bandas.
Líder de Los Choneros
El Gobierno ecuatoriano consideró que la acción fue «concertada» por organizaciones criminales con el objetivo de «generar violencia». Según informa la prensa ecuatoriana, el incidente tiene sus orígenes en la muerte del líder de la banda ‘Los Choneros’, conocido como ‘Rasquiña’, en diciembre de 2020, que dejó un vacío de poder entre la organización criminal dentro de los centros penitenciarios entre las diferentes bandas.
«Esperábamos una reacción inmediata (tras el deceso de ‘Rasquiña’), pero ha demorado hasta hoy», enfatizó el director del Servicio de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), Edmundo Moncayo, según recoge El Telegráfo.
- Las autoridades confirmaron incidentes en cuatro cárceles en los centros Regional Guayaquil, Penitenciaría del Litoral, Turi y Cotopaxi
- y el despliegue de grupos tácticos de la Policía para contener la violencia.
- También se desplegaron militares en las inmediaciones de los centros para apoyar las operaciones.
Moncayo confirmó que entre las bajas no hay policías, pero sí entre los heridos. En la cárcel de Turi, en Cuenca, hubo 34 víctimas mortales entre los presos, en la de Guayaquil, 31, seis más en Latacunga, capital de la provincia de Cotopaxi, y ocho en la Penitenciaria del Litoral, también ubicada en Guayaquil.
Aunque parecía que la Policía había logrado controlar los incidentes y ya se retiraba de las instituciones, la violencia se volvió a reactivar.
Bandas delictivas
Moncayo explicó en rueda de prensa que el sistema penitenciario del país cuenta con unos 38,000 encarcelados que pertenecen a diferentes bandas delictivas, entre las cuales están algunas de las responsables de los motines de este martes, como ‘Los Choneros’, ‘Los Lagartos’ o ‘Los ChoneKillers’, detalla ‘El Comercio’.
Una de estas organizaciones criminales, según Moncayo, se habría adelantado a los intentos de una de las bandas rivales a sus planes de atentar contra ellos golpeando primero, lo que habría desencadenado una reacción en cadena en varios centros penitenciarios.
Horas antes, el ministro de Gobierno, Patricio Pazmiño, informó a través de su cuenta de Twitter de que estos actos violentos eran «acciones concertadas de organizaciones criminales para generar violencia en los centros penitenciarios del país».
En esos términos también se expresó el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, quien subrayó las palabras de Pazmiño y responsabilizó a las «organizaciones criminales» de estos hechos.
Horas después, el mandatario ecuatoriano incidió en que, debido a los hechos en estas tres prisiones, «dispuso al Ministerio de Defensa a ejercer un estricto control de armas, municiones y explosivos en los perímetros exteriores de los centros penitenciarios».
Por su parte, el expresidente de Ecuador Rafael Correa reclamó, a través de una publicación en su perfil de Twitter, la renuncia de Moreno ya que su Gobierno «suprimió el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y el Ministerio Coordinador de Seguridad, debilitando la institucionalidad y la coordinación encargada de la seguridad del país».
Asimismo, se refirió a que el Gobierno de Moreno «repartió los cargos de directores penitenciarios». «Existen estructuras de corrupción al interior de las cárceles que permiten ingreso de celulares y armas a la vista de todos. Aquí están las trágicas consecuencias. Ecuador no aguanta un día más», aseveró.