Tres antiguos responsables del fútbol alemán y el exsecretario general de la FIFA, el suizo Urs Linsi, serán juzgados a partir del lunes en Suiza, en un proceso relacionado con las sospechas de compra de votos para la obtención del Mundial-2006 por Alemania.
Los encausados alemanes ya han anunciado que no estarán presente en la audiencia por diferentes razones, entre ellas el temor a desplazarse en plena epidemia por el coronavirus.
Linsi (70 años), los expresidentes de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) Wolfgang Niersbach (69 años) y Theo Zwanziger (74), así como el antiguo secretario general de la DFB Horst R. Schmidt (78) están acusados de «estafa».
La Fiscalía Federal suiza (BA) considera que estos exresponsables ocultaron a la DFB el verdadero destino de una transferencia de 6,7 millones de euros, pagada en 2005 por el comité de organización al entonces patrón de Adidas Robert Louis-Dreyfus, por intermediación de la FIFA.
En el centro del caso, el expresidente del comité de organización del Mundial Franz Beckenbauer, no ha sido citado en este proceso; su caso ha sido separado debido a su mal estado de salud.
En ausencia de los principales interesados, es poco probable que este proceso permita abordar el fondo del asunto: ¿Sirvió el dinero para comprar votos con el fin de obtener el Mundial-2006, en detrimento de Sudáfrica?
El caso se hizo público en 2015 cuando el semanario de investigación Der Spiegel publicó que Alemania habría utilizado un fondo secreto de 10 millones de francos suizos (6,7 millones de euros en aquella época) para comprar votos y obtener la organización de esta competición, en perjuicio de la candidatura sudafricana, la otra gran favorita a albergar la cita.
La justicia sospecha que Beckenbauer pidió al expatrón de Adidas, el difunto Robert Louis-Dreyfus, alimentar este fondo poco antes del verano (boreal) de 2000, periodo en el que se atribuyó el Mundial.
Louis-Dreyfus habría sido reembolsado por la Federación Alemana de Fútbol con la justificación de unos pagos relacionados con una cena de gala de la FIFA que nunca llegó a celebrarse. En este punto se basa la justicia para acusar a los demandados de estafa.
Paralelamente, la justicia alemana tiene abierto otro proceso que debería acabar en juicio en los próximos meses, aunque centrado más en los aspectos fiscales del caso.