COLUMNA INVITADA: Conviviendo con la enfermedad


Las entidades académicas están inmersas en un accionar continuista, porque no se actualizan, ni introducen al pénsum de estudios temas novedosos como la la odontología holística, la odontología integral, la odontología láser  odontología 3D y otras más.

Dr. Rafael Mejicano Díaz

Resulta increíble que desde siempre exista una tolerancia cómplice de varios actores con respecto a la enfermedad, específicamente con la presencia de las enfermedades bucales. Esta es una tolerancia generalizada que se observa en las autoridades de salud, en entidades privadas, en entidades académicas, entidades gremiales y la misma comunidad. Y es una tolerancia cómplice porque ninguno de los actores señalados hace algo por cambiar la situación, aunque sean parte del problema en mención.

Las autoridades de Salud Pública como rectoras del tema muestran una actitud pasiva, la cual se manifiesta porque no existe ninguna iniciativa de carácter político, técnico y de organización para cambiar la situación de abandono existente, este abandono como bien lo hemos manifestado en otros artículos, ocurre desde siempre porque a la odontología más que un tema de salud, se le considera un tema cosmético accesible para quienes tienen las posibilidades económicas para pagar los servicios.
Las autoridades municipales abandonaron el agregar flúor al agua potable y el Gobierno de la República eliminó la ley que regulaba el agregar flúor a la sal de consumo humano, acciones que disminuyen la incidencia la caries dental.

Con respecto a las entidades privadas prestadoras de servicios dentales, se observa en la mayoría una intención manifiesta de captar y captar más pacientes y entre más logren captar mejor, se han olvidado que las enfermedades bucales al igual que cualquier tipo de enfermedad y desde un punto de vista epidemiológico, sufre una historia natural, en donde existe un periodo pre-patogénico en el cual es posible prevenir la enfermedad, les interesan el período patogénico porque allí es donde se puede realizar cualquier tipo de tratamiento e intervención cosmética, sin ningún control institucional que vele por la calidad del servicio que se presta, lamentablemente a la mayoría de colegas les  interesa más asegurar sus ingresos económicos y no el bienestar del paciente, solamente las compañías distribuidoras de pastas dentales hacen algo por la promoción de la higiene bucal.

Las entidades académicas por su lado no se quedan atrás, están inmersas en un accionar continuista, porque no se actualizan, ni introducen al pensum de estudios temas novedosos como la la odontología holística, la odontología integral, la odontología láser, la odontología 3D y otras más.
Al estudiante se le prepara para trabajar per como se hacía hace 40 años, no se les enseña principios de promoción de la salud, administrativos, financieros y contables que le ayuden a hacer rentable su practica profesional y mejorar la atención.
Y que decir de la ausencia de la formación de personal técnico para la profesión, escasamente hay un sólo curso certificado por el Ministerio de Salud Pública para la formación de asistentes dentales y otro del Ministerio de Energía y minas de capacitación técnica en radiología.
Para ejemplo la Facultad de Odontología de la Universidad de San Carlos tiene casi 30 meses de no atender la práctica clínica de sus estudiantes, en detrimento de la formación académica de la fuerza laboral futura de la profesión.

Las entidades gremiales y científicas no se quedan atrás, se integran por medio de componendas heredadas y sus integrantes han perdido capacidad de hacer propuestas novedosas y se han acomodado en sus cargos, viendo con desinterés la regulación ética de la enseñanza, y del ejercicio de la profesión.

La comunidad, quien debido a la falta de un sistema de educación en salud bucal que funcione permanentemente, considera a las enfermedades bucales como procesos naturales hereditarios y producto de la vejez y que tarde o temprano deberá aparecer y se perderán los dientes, no sabiendo que con una adecuada dieta, disminuyendo el consumo de azúcares y la higiene bucal, la caries y la enfermedad periodontaria se pueden prevenir.

Y que decir que del cancer, que después del fallecimiento del Dr. Román Carlos se habla poco, no digamos de las anomalías de crecimiento y desarrollo, que no se habla de ellas, como tampoco de la desnutrición y su impacto en la salud oral.

Observamos entonces una tolerancia y convivencia cómplice con los problemas bucales, porque nadie de los actores toma la iniciativa en prestar atención a las acciones preventivas, porque para muchos colegas y empresas abastecedoras de insumos dentales, hablar de prevención es como hacerse el jara kiri pues según ellos, la promoción de acciones preventivas dañaría totalmente el flujo de pacientes a la clínica.
Nada de ello es cierto porque en Centro Dental Multimedica y algunas otras pocas organizaciones, hemos crecido y desarrollado gracias a la promoción de las acciones preventivas dentro de un contexto integral de atención de la salud bucal.