Vicepresidente ve «errática gestión» en el manejo de la pandemia
El vicepresidente Guillermo Castillo se ha pronunciado sobre el Estado de Calamidad aprobado ayer por el presidente Alejandro Giammattei en Consejo de Ministros y explica las razones por las que ha sido el único que votó en contra de lo aprobado, por considerar que las medidas no responden a las necesidades para atender la crisis sanitaria que vive el país a causa de la pandemia por covid-19.
Castillo, quien solicitó y no recibió información sobre lo que se discutiría en la reunión de este viernes por la tarde con los ministros, dice por medio de un comunicado que las medidas fueron aprobadas «sin dar tiempo a que se realizara un análisis de las mismas y conocer sus implicaciones y efectos».
Sobre la situación existente en el ramo de Salud, Castillo expone que ha existido una «errática gestión en el manejo de la pandemia, evidenciado y calificado así por por diversos sectores», a la vez que critica el contrato de compra de las vacunas rusas Sputnik V.
Luego expone que «no es restringiendo las garantías constitucionales», como se debe combatir la pandemia, sino más bien «a través del masivo y serio proceso de vacunación a toda la población». Además recuerda que la mayoría de vacunas con las que cuenta el Gobierno, son producto de donaciones y no por la gestión eficiente de las autoridades.
«En consecuencia, estas medidas, disfrazadas de auténtica preocupación por la salud, además de tardías, lo único que logran es afectar la ya deteriorada economía y condiciones sociales de los guatemaltecos y promueven la desconfianza de la población, que ha denunciado falta de transparencia en las compras del sector público».
Finalmente dice Castillo que ha solicitado en el mismo Consejo de Ministros, que el presidente de la República, Alejandro Giammattei, «ordene inmediatamente la cancelación de todas las compras y preparativos para la conmemoración del Bicentenario en Guatemala», por considerar que las condiciones económicas,sociales y sanitarias «no privilegian que el Gobierno distraiga atención y recursos» en esta celebración, que además es rechazada por otros sectores de la sociedad, principalmente los pueblos indígenas.