París, Francia |
El juicio contra el venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos, acusado de haber perpetrado un atentado con granada en la capital francesa en 1974 que causó dos muertos y decenas de heridos, se abrió este lunes en París.
Carlos, de 67 años, también conocido como «El Chacal», será juzgado durante quince días por un tribunal de lo penal competente para juzgar «actos de terrorismo».
Vestido con una elegante chaqueta negra y un pañuelo rojo de bolsillo, Carlos ingresó a la sala de audiencias sonriente, saludando con un beso en la mano a su abogada, Isabelle Coutant-Peyre, con quien contrajo matrimonio religioso en 2011, antes de lanzar un beso a los periodistas.
El legendario líder del terrorismo internacional de los años setenta y ochenta se presentó ante los jueces, en francés, como un «revolucionario de profesión». Cuando el presidente le preguntó su edad, Carlos, ahora con el pelo completamente blanco, respondió con su habitual socarronería: «Tengo 17 años, más al menos cincuenta».
Encarcelado en Francia desde que fue capturado en 1994 en una operación del espionaje francés en Sudán, este antiguo adepto del marxismo cumple ya dos condenas a cadena perpetua por un triple homicidio en 1975 en París y cuatro atentados cometidos en Francia hace 30 años.
Este lunes se sentó nuevamente en el banquillo de los acusados, esta vez por un atentado con granada cometido el 15 de septiembre de 1974 contra una tienda en pleno centro de París que se saldó con dos muertos y 34 heridos.
Procesado por cargos de «asesinato e intento de asesinato, daño de propiedad y transporte de material de guerra, en relación a una empresa terrorista», se enfrenta a una nueva condena a cadena perpetua.
Sentado tras un cristal blindado, acompañado de tres policías, Carlos intervino en numerosas ocasiones, denunciando la «falta de democracia en Francia», en comparación a su país, Venezuela, donde, afirmó, existe «con la revolución bolivariana, una verdadera democracia participativa».
– Larga batalla legal –
Este juicio se abre al término de una larga batalla legal tras la cual la justicia francesa rechazó la prescripción invocada por la defensa al considerar que este atentado, «conectado» con otros casos, se inscribía «en la perseverancia de un compromiso terrorista».
«Las víctimas esperan desde hace mucho tiempo que Carlos sea declarado culpable y condenado, sus heridas nunca se cerraron», declaró Georges Holleaux, quien representa a 18 de las 30 partes civiles del juicio, entre ellas las viudas de los dos fallecidos.
La abogada de Carlos, Isabelle Coutant-Peyre, denunció por su parte un juicio «extravagante». «¿Qué interés tiene celebrar este juicio tantos años después de los hechos?», manifestó.
La letrada señaló además que «El Chacal», apodo ligado a la leyenda negra de este hijo de un acaudalado abogado marxista al que se le imputan numerosas operaciones sangrientas, niega estar implicado en este atentado.
La defensa, que espera como en cada uno de los casos anteriores que se demuestre la culpabilidad de su cliente, denunció además pruebas «contradictorias y ficticias».
En una entrevista publicada a finales de 1979 en la revista Al Watan Al Arabi, Carlos reconoció haber lanzado la granada que estalló a las 17H10 en el almacén Drugstore Publicis, ubicado en el bulevar Saint-Germain de París.
Sin embargo, durante la instrucción, este venezolano que cometió varios atentados en nombre de la causa palestina, negó haber dado esa entrevista.
Para la fiscalía, la investigación estableció que el atentado de París estaba conectado con una toma de rehenes en curso en la embajada de Francia en La Haya.
Un comando del Ejército Rojo Japonés, grupo ligado al Frente de Liberación de Palestina (FPLP), realizó esta toma de rehenes y exigía la liberación de uno de sus miembros detenidos en París.
Ramírez Sánchez, presuntamente implicado en la planificación de esta toma de rehenes, habría tomado la iniciativa de cometer el atentado en París para doblegar al gobierno francés.
La acusación se basa también en los testimonios de antiguos camaradas del venezolano y en el origen de la granada utilizada en el atentado. Esta última formaba parte del mismo lote que las usadas por los secuestradores de La Haya y la descubierta en París en el domicilio de la amante de Carlos.
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