Burkini, polémica política en Francia por un traje de baño utilizado en piscinas públicas

  • Lo contrario al topless, provoca una polémica política

El verano político se ha adelantado en Francia con la aprobación por parte de la ciudad de Grenoble del uso del ‘burkini’ -el traje de baño integral para musulmanas- en las piscinas públicas, una medida que el Estado considera una agresión a su ideología laica.

La decisión fue adoptada por escaso margen de votos por los concejales de Grenoble, a propuesta del partido ecologista que lidera el alcalde. El debate del burkini está presente en Francia desde el verano de 2016, cuando varios alcaldes de la costa mediterránea trataron sin éxito de prohibirlo en las playas. Tras el voto del consistorio de Grenoble, el presidente de la región anunció que congelará los fondos públicos a la ciudad. Por su parte, el prefecto dijo que presentará un recurso ante la Justicia para anular la norma.

El uso del burkini, que en Latinoamérica no provocaría controversias, ha desatado una polémica en Francia, cuando ya es de uso bastante común, principalmente entre mujeres musulmanas.

Gran parte del arco político, en particular el que respalda al presidente Macron, acusó al alcalde de Grenoble de utilizar el burkini para «comprar el voto del islam político».

En opinión de los detractores, tanto el velo musulmán en el ámbito de la escuela pública como el burkini en las piscinas constituyen -por su simbología religiosa para el islam- una agresión contra el concepto de laicidad francés, a medio camino entre la separación de Iglesia y Estado y el laicismo militante y antirreligioso. Los defensores del modelo francés estiman que si el Estado republicano cede respecto al velo de las niñas en las escuelas o el burkini, la presión del islam francés (en torno al 4 por ciento de la población) levantará otras banderas, como la dieta ‘halal’ en las escuelas, o las festividades musulmanas.

Por su parte, los ecologistas del alcalde de Grenoble aludieron a la ‘libertad religiosa’ que el Estado garantiza. Este concepto está menos claro en el caso de las niñas musulmanas, presionadas por su familia a portar el símbolo del islam, el velo, pero parece más evidente en el caso del burkini en las mujeres ya mayores de edad. Más aún si las normas en las piscinas públicas permiten el uso del topless sin oposición alguna.