El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha vuelto a arremeter contra las vacunas contra la COVID-19 y ha señalado que infectarse con la enfermedad es «más efectivo» que inyectarse el fármaco.
En una transmisión en vivo a través de sus redes sociales este jueves por la noche, el mandatario ha matizado que se considera a sí mismo «vacunado», ya que contrajo la COVID-19 en verano de 2020.
«Todos los que contrajeron el virus están vacunados, incluso con mayor eficacia que la vacuna en sí, porque contrajeron el virus de verdad», ha sostenido.
Durante su intervención, el mandatario ha aclarado que será la «última persona» en vacunarse en Brasil. «Estoy dando ejemplo. Después de que la última persona se vacune, yo me vacunaré», ha incidido.
Inmunidad colectiva
- Bolsonaro ha aludido así a la tesis de la inmunidad colectiva, que presupone la superación de la pandemia de COVID-19 gracias al contagio de un elevado número de personas, lo que dejaría inmunizada a gran parte de la población.
- La estrategia, según expertos, no funciona con la COVID-19 porque mucha gente moriría en el proceso. Además, aquellos que ya han tenido la enfermedad pueden volver a infectarse.
No obstante, un estudio de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Sao Paulo, en colaboración con la ONG Conectas Derechos Humanos, ha analizado las decisiones en referencia a la pandemia y la información proporcionada por las autoridades en Brasil y ha concluido que el Gobierno «optó por favorecer la libre circulación del nuevo coronavirus, con el pretexto de que la infección induciría naturalmente a la inmunidad de los individuos».
Una comisión de investigación parlamentaria investiga actualmente la gestión de la pandemia en el país latinoamericano y está centrada en dilucidar la existencia de un «gabinete paralelo» que asesoró a Bolsonaro contribuyó a la adopción por parte del presidente de ideas anticientíficas durante la pandemia y si la inmunidad colectiva fue una de ellas.
Crisis
Hasta el momento, Brasil, el tercer país más golpeado por la pandemia del mundo, ha contabilizado más de 17,7 millones de personas contagiadas, incluidas más de 496.000 víctimas mortales a causa de la enfermedad. En el país el ritmo de vacunación es lento y, por ahora, sólo el 11,3 por ciento de la población cuenta con la pauta completa.