El presidente Jair Bolsonaro elogió el lunes a los médicos que recetaron hidroxicloroquina en los estados iniciales de la Covid-19 y aseguró que ese cuestionado medicamento hubiera salvado la vida de muchos de los casi 115,000 fallecidos por el virus en Brasil.
«Ustedes salvaron, a mi entender, millares y millares de vidas en Brasil. Si la hidroxicloroquina no hubiese sido politizada, muchas más vidas podrían haberse salvado«,
dijo Bolsonaro durante el acto en el palacio presidencial de Planalto al presentar el movimiento «Brasil venciendo la Covid-19».
Ese grupo de «médicos voluntarios», que según sus portavoces tiene unos 10,000 adherentes en los 27 estados del país, hizo una vigorosa defensa de la hidroxicloroquina combinada con otros medicamentos en pacientes leves de coronavirus, a pesar de que la eficacia de este antipalúdico para el nuevo coronavirus carece de comprobación científica.
«Nosotros aprendimos (…) que al atacar el virus en la fase inicial, usando medicamentos simples como la hidroxicloroquina, la azitromicina junto con otros medicamentos, la enfermedad es más débil e impide que el estado de la mayoría de los enfermos se agrave«,
afirmó el anastesista Luciano Dias de Azevedo, que lidera el grupo.
«Nuestra linda y bella hidroxicloroquina, puedo decirlo diez veces sin ningún recelo, logra, sí, reducir los daños de la covid-19 (…). Pueblo brasileño no tengas miedo a esta medicación», defendió a su vez la doctora Raíssa de Melo Soares.
Tratamiento
Bolsonaro, de 65 años, asegura que se sometió al tratamiento cuando se contagió del virus en julio pasado, al igual que al menos casi 200 funcionarios de la Presidencia, incluyendo una decena de sus ministros que contrajeron la enfermedad.
El mandatario felicitó al movimiento de médicos, articulado por el mismo gobierno.
«Quiero agradecerles, felicitarlos por la decisión tomada. Una cosa es cierta: la historia jamás recordará a los débiles, los cobardes y los omisos. Nosotros los recordaremos siempre», afirmó el mandayario de ultraderecha.
Bolsonaro llegó a calificar a la covid-19 de «gripecita» y tachó de «dictadores» a los gobernadores que promovieron el confinamiento para frenar la propagación del coronavirus, una medida a la cual achaca los impactos negativos de la pandemia en la economía.
Después de Estados Unidos, Brasil, son 3,6 millones de casos y 114.744 muertes, es el segundo país con mayor número de víctimas del nuevo coronavirus.