Bolivia inició este lunes su tercera semana de protestas y bloqueos de calles, bajo la amenaza de nuevas acciones de presión de un poderoso comité cívico regional para conseguir que renuncie el presidente Evo Morales.
Tras una distensión en las protestas el fin de semana, los bloqueos de calles arreciaron este lunes en La Paz, mientras la región oriental de Santa Cruz, la más rica de Bolivia y bastión opositor, se mantenía en paro total en demanda de la renuncia de Morales, reelegido para un cuarto mandato en los cuestionados comicios del 20 de octubre.
El jefe del poderoso Comité Cívico de Santa Cruz (derecha), Luis Fernando Camacho, lanzó el sábado un ultimátum para que Morales renuncie antes de este lunes a las 19h00 locales (23h00 GMT) con la amenaza de incrementar las acciones de presión en su contra.
«Vamos a sacarlo (a Morales) con un pueblo movilizado en las calles sin una sola bala», declaró Camacho en un mitin multitudinario el domingo en la noche, en el que propuso que la jueza del Tribunal Supremo de Justicia María Cristina Díaz asuma como presidenta provisional de Bolivia.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, salió el domingo en apoyo de Morales, al afirmar que había resistido con éxito varios ultimátums para sacarlo del poder y auguró que su aliado boliviano saldrá airoso.
«Le dije a Evo: a mí me han dado este año como 10 ultimátums. Maduro, 24 horas, te vas o te tumbamos. Ven y túmbame pues, le digo yo», declaró Maduro en un Encuentro Antimperialista en La Habana.
Camacho también lanzó el sábado un llamado a los militares bolivianos para se colocaran «al lado del pueblo» en esta crisis política, lo que llevó a Morales a afirmar el domingo que sus rivales quieren «muertos».
Las Fuerzas Armadas se han mantenido al margen de este conflicto político.
El ministro de Gobierno (interior), Carlos Romero, dijo el domingo que la oposición estaba preparando «una acción violenta y confrontacional» contra la casa de gobierno este lunes, en coincidencia con el vencimiento del plazo lanzado por el Comité de Santa Cruz.
Bloqueos en calles y puentes
Varias rutas y puentes amanecieron bloqueados este lunes en la zona sur de La Paz, donde viven las familias de clase media alta y alta, mientras las clases en las escuelas estaban virtualmente paralizadas en la ciudad.
En el centro de La Paz, la actividad se desarrollaba con normalidad, pero los alrededores de la casa de gobierno permanecían bloqueados por la policía, con el tránsito vehicular suspendido en las calles aledañas.
La Asociación Nacional de Supermercados explicó que muchos locales afiliados tenían algunas dificultades para abastecerse y atendían en horario parcial debido a los bloqueos.
«Estamos trabajando el doble (para abastecer los supermercados) y estamos asumiendo pérdidas», declaró el presidente de la Asociación, Sergio Weisse, a un canal de TV local, que también indicó que no se han registrado alzas de precios de los alimentos.
Desde que comenzaron las protestas, al día siguiente de la votación, se han registrado dos muertos y unos 140 heridos, según la Defensoría del Pueblo.
La oposición afirma que el mandatario izquierdista ganó la reelección con «fraude», por lo que exige nuevos comicios. El sistema de conteo rápido estuvo paralizado 20 horas y al reanudarse arrojó un drástico e inexplicable cambio de tendencia, según observadores de la OEA.
«La mejor solución a esta crisis, en las actuales circunstancias, es una nueva elección», dirigida por un nuevo órgano electoral imparcial y con observación internacional, declaró el domingo el opositor centrista Carlos Mesa, segundo en los comicios del 20 de octubre, quien gobernó Bolivia en 2003-2005.
Los opositores afirman que Morales está empecinado en mantenerse en el poder a toda costa y recuerdan que desconoció un referendo celebrado en 2016 en el que los bolivianos rechazaron la reelección indefinida. Un polémico fallo en 2017 de un tribunal constitucional afín le permitió ser nuevamente candidato.
Rechazo a auditoría de OEA
Morales viene denunciando desde la semana pasada que la oposición intenta derrocarlo mediante un «golpe de Estado», por lo que ha llamado a sus seguidores a «defender la democracia y los resultados» electorales del 20 de octubre.
En tanto, una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) desarrolla una auditoría de los comicios, tras sufrir un revés el viernes con la sorpresiva renuncia de su jefe, el mexicano Arturo Espinosa, quien admitió que había publicado artículos críticos sobre Morales.
La oposición boliviana rechaza de plano la auditoría de la OEA, pues afirma que se trata de «una maniobra distraccionista para mantener a Morales en el poder».