Bloqueo a petróleo ruso impactará precios y cadena de suministros, según expertos

Tomás Guevara

Voz de América

El anuncio de Estados Unidos de prohibir las importaciones de petróleo ruso tendrá impacto en la economía doméstica del país, pero expertos creen que el mayor golpe lo sentirán las economías que dependen al 100% de compras de hidrocarburos.

El anuncio este martes de que Estados Unidos prohibirá las importaciones de petróleo ruso era esperado, después de días en que se barajó que Estados Unidos y la Unión Europea estudiaban la posibilidad de cerrar el chorro de petróleo y gas que compran a Rusia como otra medida para frenar la maquinaría bélica rusa que mantiene en asedio a Ucrania en una invasión que se encamina a su segunda semana.

El presidente Joe Biden sostuvo este martes -en conferencia de prensa en la Casa Blanca- que la medida se toma al estar claro que “no seremos parte de subsidiar la guerra de [Vladimir] Putin”, contra Ucrania.

El alza en los combustibles se siente ya con fuerza en Estados Unidos y en el resto del continente americano.

Con ello el mandatario consuma la prohibición de llegada de barcos rusos con petróleo a los puertos estadounidenses, como parte de las medidas bipartidistas para debilitar el poder ruso. Aunque reconoció que esto tendrá costos en la economía y sacrificios, el mandatario cree que el país entero apoya las medidas tomadas.

El analista económico Isaac Cohen, ex responsable de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas, explicó a la Voz de América que con la recuperación económica en la segunda etapa de la pandemia de COVID-19 ya se había comenzado a calentar la economía y producto de ello, los precios de petróleo iban en aumento, en parte por la demanda, pero al mismo tiempo, la inflación comenzó a subir a nivel mundial, con las cadenas de suministros actuando como un cortocircuito.

Con esas proyecciones, “la economía para esta año vaticinaba una contracción”. Ahora que se incluye el elemento de la invasión a Ucrania y estas sanciones de bloqueo al petróleo ruso, las previsiones cambian radicalmente porque se han activado todos los factores, dijo.

Y si se transfiere a un terreno tan vulnerable como América Latina, la situación corre a dos bandas en “los países que producen petróleo y los que no lo producen: para los que no lo producen -como los países de Centroamérica, algunos países del Caribe y para algunos sudamericanos- va ser muy duro el golpe porque esto significa que se va encarecer la factura petrolera y habrá que usar más divisas para pagar”, explica Cohen.

Y para los productores como Venezuela, Ecuador, Colombia, Trinidad y Tobago, entre otros, esos países se beneficiarán con la subida de los precios. “La situación es tal que Estados Unidos, que no tiene relaciones diplomáticas con Venezuela, ha enviado una misión a Venezuela para persuadirles a que aumenten la producción”, comenta el experto.

En este sentido, el senador republicano Rick Scott, en declaraciones a la Voz de América, se mostró muy crítico con el viaje de la delegación estadounidense a Caracas este pasado fin de semana para abordar, entre otros temas, la «seguridad energética», según reconoció la Casa Blanca el lunes.

«Todos hemos visto las violaciones de Derechos Humanos y el daño que Maduro le ha causado a los venezolanos por muchos años. Tenemos que entender que el régimen de Maduro es una amenaza para la estabilidad de América Latina y la seguridad nacional de los Estados Unidos», opinó Scott. «Maduro es un tirano genocida como Putin. No podemos cambiar la dependencia de un dictador asesino por otro».

Fuego interno con petróleo en las manos

El presidente Biden dijo que se adoptó la decisión en consulta con los socios europeos que en este momento no están en condiciones de desconectarse del suministro de hidrocarburos ruso, ya que para algunos países como Alemania y Francia representa hasta el 60% de dependencia de gas licuado y otros combustibles.

Para Biden la medida es parte de una “estrategia a largo plazo” para reducir la dependencia energética rusa y de paso restarle márgenes de maniobra al Kremlin.

No obstante, desde el ala del opositor Partido Republicano cuestionan los movimientos de la administración demócrata para encontrar cortapisas a la situación.

El congresista Mario Díaz-Balart publicó este martes en sus redes sociales que “comprar petróleo de sangre de Rusia, Irán, Arabia Saudita y Venezuela es imprudente y absolutamente peligroso para la seguridad nacional de Estados Unidos”.

Y agregó que el presidente Biden “debe poner fin a su guerra contra la independencia energética estadounidense”.

Por su parte, el senador demócrata Tim Kaine avaló la decisión tomada por el presidente Biden y dijo que “una prohibición inmediata de las importaciones de energía rusa ayudará a garantizar que no estemos contribuyendo de ninguna manera a financiar la guerra no provocada e injustificada de Rusia contra Ucrania”, señaló en un comunicado.

Otras luces para ver el problema

Con la puesta en marcha de este nuevo marcador en las sanciones que podrían afectar la economía estadounidense, aún quedan espacios de maniobra, según el profesor experto en economía de Columbia University, Christopher Sabatini, en declaraciones a VOA.

“La prohibición estadounidense sobre el petróleo y el gas rusos afectará a la economía estadounidense al aumentar los precios del petróleo y el gas, pero no provocará escasez. De hecho, EE. UU. solo depende de un pequeño porcentaje, 8 a 10% de sus importaciones de petróleo y gas de Rusia”, explica el experto.

No obstante, en los mercados mundiales de hidrocarburos la situación puede ser aún más compleja. “Las percepciones y los temores a menudo impulsan los precios más que la oferta y la demanda reales”, agrega.

Para el caso de Europa, la prohibición tendría un efecto mayor por la alta dependencia del petróleo y el gas procedente de Rusia. Por ahora, dice Sabatini, la dinámica tiende a robustecer a los productores en otras regiones, incluido Estados Unidos, para hacer frente a la alta demanda, aunque esto llevará tiempo.

“Los picos temporales de precios serán una consecuencia inevitable en ambos casos, mayores en el caso de Europa. Y esto afectará las cadenas de suministro y el crecimiento económico. Pero a largo plazo, este es un precio que el mundo debe pagar”, puntualizó Sabatini. “El éxito gratuito de Rusia en su agresión contra Ucrania amenaza la estabilidad y la paz mundial a largo plazo de una manera mucho mayor que los aumentos temporales de los precios del petróleo y el gas y las posibles interrupciones”.

Y Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas (AS/COA), centro de análisis económicos en Washington DC, comenta a VOA que la escalada de precios a partir de la subida del precio del petróleo ya está pasando factura en vastas regiones del continente americano.

Con lo que la nueva sanción de Estados Unidos al petróleo ruso es un paso más que ahondará en los precios de los productos básicos, que “incluidos la energía y los alimentos, están aumentando en todas partes como resultado de la invasión rusa de Ucrania. Para países exportadores de materias primas, como algunos sudamericanos, al menos para los productores”.

Pero sumado a la inflación y las débiles redes de protección social dejadas por efecto de la pandemia de Covid-19 esta nueva remecida económica “puede llevarlas al punto de ruptura”, pronostica.

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