El FC Barcelona ganó este miércoles al Ferencváros (0-3) en el Puskás Aréna, en la quinta jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, en un festín exprés de apenas media hora con el que sentenció, si bien no pudo festejar, por el triunfo de la Juventus, el liderato matemático.
Necesitaba ganar el Barça para forzar a la Juventus a hacer lo propio. No falló el Barça, que en el minuto 28 ya ganaba por 0-3 en Budapest, pero tampoco falló la ‘Vecchia Signora‘ y, ahora, el liderato se lo jugarán ambos contendientes en la final del Camp Nou.
En su feudo, precisamente, había ganado por 5-1 el Barça al Ferencváros. En esta segunda vuelta, otro resultado abultado que no tuvo premio extra, pero que sí permite al equipo seguir sonriendo, seguir mejorando y, además, rotando y dando descanso a hombres clave.
Funciona la versión B de este Barça bien engranado en Europa. En la primera parte se hicieron los deberes, siendo alumnos destacados Martin Braithwaite, con ocasiones, gol y penalti provocado, así como Ousmane Dembélé y Antoine Griezmann, también goleadores.
Dembélé, en concreto, fue el mejor al asociarse muy bien con Jordi Alba en la primera parte y, en la segunda, ya sin el de L’Hospitalet, buscándose la vida en largas carreras donde demostró que, con buen tono físico, es imparable e inalcanzable en el regate en velocidad. Tuvo grandes ocasiones, aunque le faltó repetir gol. Falló hasta una bella vaselina final sobre el portero, fuera por poco.
Ronald Koeman dio minutos a Carles Aleñá y Riqui Puig, como refresco, y a Óscar Mingueza, como central titular junto a Clément Lenglet, que pasó de ser duda a ser titular. Y, además, gozó de 10 minutos Konrad De la Fuente, dando descanso al goleador Braithwaite, con cuatro tantos en los tres últimos partidos.
Abrió la lata Antoine Griezmann en el 14′, aunque buena parte del gol fue de Jordi Alba y Ousmane Dembélé, que se asociaron bien. El lateral puso un buen centro que Antoine Griezmann, en estado de gracia, mejoró rematando de espuela engañando a su marcador y al portero Dibusz. Tres partidos seguidos marcando para el ‘7’ blaugrana.
Poco después, Dembélé recibió rápido de Jordi Alba, de nuevo, y arrancó una carrera imposible para Botka y se la puso, por delante y algo adelantada, a un Martin Braithwait que tiró de recursos de delantero centro puro para, estirándose, meter la bota y enviar un tiro cruzado que fue el 0-2, en apenas 21 minutos.
Y, un penalti sobre Martin Braithwaite, lo tiró a gol Dembélé a los 28 minutos para cerrar el partido. Tuvo más ocasiones el Barça para ampliar el marcador y cerrar una goleada, pero se fue relajando, siempre con el control del partido y del balón, con alguna ocasión esporádica para los locales.
Sin duda, Ousmane Dembélé fue el mejor, aguantando todo el partido y siendo el imán para los balones ofensivos culés. Eso sí, perdió el 0-4 cuando quiso asistir a un Riqui Puig que ya pensaba que el galo la metía dentro. Demasiada generosidad que, de ser eliminatoria, habría puesto de los nervios a Koeman.