Sumida en la recesión económica, Argentina celebra este domingo unas elecciones primarias obligatorias que servirán de ensayo para las presidenciales de octubre, en las que el mandatario liberal Mauricio Macri buscará la reelección frente al peronista de centro-izquierda Alberto Fernández.
Las candidaturas fueron definidas de antemano por consenso en las coaliciones políticas, por lo que estas primarias adquieren el valor de una presidencial anticipada.
La votación comenzó a las 8H00 locales (11H00 GMT) y los centros electorales permanecerán abiertos hasta las 18H00 (21H00 GMT). Se espera que los primeros resultados se conozcan tres horas después del cierre.
Las primarias permitirán constatar el nivel de polarización, que algunas encuestas estiman hasta en 80%, y será capital el margen de diferencia entre Macri y Fernández, este último el favorito de los sondeos y a quien acompaña como aspirante a la vicepresidencia la exmandataria Cristina Kirchner (2007-2015).
Como tercera opción se presenta la fórmula del exministro de Economía Roberto Lavagna con el gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, del peronismo de centro.
En total, hay diez fórmulas presidenciales y 34 millones de electores.
Los mercados
Agobiados por la inflación, que con 22% en el primer semestre es de las más elevadas del mundo y una pobreza que alcanza a 32% de la población, a los argentinos se les presentan dos proyectos antagónicos: el de Macri, que lleva adelante un plan de ajuste respaldado por el Fondo Monetario Internacional, y el de Fernández, a quien los mercados ven con desconfianza.
Fernández (60) fue jefe de gabinete del ya fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), época en la que Argentina se alejó del FMI tras cancelar 9.600 millones de dólares que aún adeudaba al organismo, que dejó de realizar visitas e informes sobre el estado de la economía.
También fue jefe de gabinete de Cristina Kirchner hasta 2008, durante su primer año de gobierno.
«Vamos a elegir entre dos modelos que ya conocemos. Sería muy difícil remontar una diferencia de más de cinco puntos, porque debido a la polarización no hay margen de donde sacar votos», comentó a la AFP el analista político Raúl Aragón.
Sorpresivamente, la bolsa de Buenos Aires dio una señal el viernes pasado cuando en medio de una caída bursátil global cerró con un alza de 8% en un ambiente de optimismo que los analistas atribuyen a mejores proyecciones de votación en las primarias para Macri (60) y su compañero de fórmula, el peronista de centro-derecha Miguel Angel Pichetto.
Campaña negativa
En el contexto de la recesión, la campaña se ha desarrollado poniendo el acento en las debilidades del contrario. Sobre Macri pesa su dificultad para abatir la inflación; y sobre Fernández la percepción de que depende de Cristina Kirchner, una figura controvertida que le lleva torrente electoral pero a la vez es la de mayor rechazo.
«Fernández tuvo que hacer una tarea inicial de ‘deskirchnerizarse’. Fue trabajoso. Después puso el acento en la economía, que es el tema que el gobierno rehuye», explicó Aragón.
Macri resalta las obras públicas construidas durante su gobierno y ataca al anterior de Cristina Kirchner, encausada ante la justicia en varios procesos por presunta corrupción.
«Es una campaña donde se busca trabajar sobre los aspectos negativos del otro candidato. Es una elección entre el temor y la decepción: el temor de que vuelva al gobierno Cristina Kirchner, con toda su cuota de corrupción, o la decepción de que siga una economía como la de Macri, que en términos sociales no da resultados», consideró el analista político Rosendo Fraga.