A un mes de la votación, 3 candidatos fuera y 3 luchan por los dos primeros lugares

  • Sandra Torres, Edmond Mulet y Zury Ríos encabezan preferencia del electorado dentro de un proceso en el que la transparencia no ha sido la nota destacada y muchas dudas flotan en el ambiente

Más de 9 millones de guatemaltecos están convocados para votar en un mes y elegir a presidente, vicepresidente, diputados al Congreso de la República, corporaciones municipales y diputados para el Parlacen, como punto culminante de una contienda electoral que ha mostrado la falta de independencia de las instituciones en un complejo sistema político marcado por el multipartidismo.

El balance a un mes de las elecciones, es que tres aspirantes presidenciales quedaron fuera de la contienda electoral por resoluciones del Tribunal Supremo Electoral (TSE), la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y Corte de Constitucionalidad (CC), mientras que las encuestas muestran que solamente tres de los candidatos inscritos llegarán con posibilidades de hacerse de un lugar para disputar la presidencia en segunda vuelta.

La última encuesta divulgada, realizada por la firma CID-Gallup muestra que en este esfuerzo final van codo a codo Sandra Torres con 23 por ciento de intención de voto, Edmond Mulet con 21 por ciento y Zury Ríos, con 19 por ciento. La misma encuesta, que midió antes de su salida a Carlos Pineda, le colocaba en primer lugar.

Las posibilidades de que Pineda pueda participar parecen remotas, toda vez que el propio partido que lo postula, Prosperidad Ciudadana, retiró la apelación al amparo que había interpuesto para que se respetara su inscripción por parte del Registro de Ciudadanos del TSE.

Edmond Mulet, que ha denunciado la corrupción, la falta de respeto a la libertad de prensa, y la impunidad imperante en el país, asegura que Torres y Ríos «son dos candidatas del oficialismo» y recuerda que sus respectivas bancadas votaron durante tres años en común acuerdo, como parte de la alianza oficialista.

Sandra Torres trata de presentarse de manera más moderna que en campañas anteriores.

Según el estudio de Cid-Gallup, Mulet sería el candidato que absorbería a más simpatizantes de Pineda, como lo explica el informe de la firma encuestadora: «Con el anuncio de que Carlos Pineda está inhabilitado para participar en estos comicios, la mayor parte de sus seguidores se muestran indecisos con respecto a quien brindar su apoyo. No obstante lo anterior, entre quienes sí indican que respaldarían a otro aspirante, el más beneficiado es Edmund Mulet, al pasar de 16 puntos a 21 puntos de apoyo».

Pineda surgió de las redes sociales y rápidamente se posesionó entre los electores como alguien «antisistema» –muy critico ante la corrupción–, lo mismo que sucedió en 2015 con Jimmy Morales. Ambos eran desconocidos en el mundo de la política y se presentaron críticos al oficialismo a a los políticos tradicionales, aunque en el caso de Morales, pronto mostró ser parte del mismo sistema que antes criticó.

Mulet se presenta como un candidato ajeno al sistema de corrupción e impunidad que impera en el país. Califica a sus dos principales contendientes, Sandra Torres y Zury Ríos, como «candidatas oficialistas».

Más que en los medios convencionales, la campaña electoral se ha centrado esta vez con más fuerza en las redes sociales, aunque las reglas nunca estuvieron del todo claras por parte del TSE.

En los primeros días de junio se espera la encuesta de Prensa Libre, considerada como una de las que marca el camino que se sigue en las contiendas electorales, desde principios del siglo XXI, cuando el diario principió a hacerlas periódicamente en cada una de las campañas electorales, con aciertos bastante próximos a la realidad, tomando en cuenta que no se hacían en la última semana antes de las votaciones, cuando muchos de los indecisos escogen por quién votar.

Los tres candidatos que han quedado excluidos de la carrera presidencial son el propio Pineda, junto con los cientos de candidatos a diputados y corporaciones municipales, ya que al ser impugnadas sus asambleas generales y departamentales, no podrían presentar candidatos en las papeletas.

Además, hoy vence el plazo para que la CC resuelva el amparo presentado por Roberto Arzú, quien ha denunciado al sistema, al Gobierno y al sector empresarial por estar inmersos en la corrupción. A diferencia de Pineda, los candidatos de Podemos sí pueden estar en las papeletas y lo mismo sucede con los del Movimiento de Liberación de los Pueblos (MLP), aunque su candidata presidencial Thelma Cabrera no puede hacerlo, también por decisiones arbitrarias de las autoridades.

Tanto Arzú como Cabrera aparecían bien posesionados en las encuestas realizadas a finales de año e inicios de 2023, hasta que el TSE tumbó ambas candidaturas con argumentos pooco sólidos. En el caso de Arzú, por haber realizado campaña electoral anticipada, aunque hacía lo mismo que Ríos, torres, Manuel Conde y la mayoría de aspirantes.

La candidatura de Aldana fue detenida por una denuncia que el Procurador de los Derechos Humanos interpuso en contra de Jordán Rodas, candidato a la vicepresidencia. Luego, el TSE argumentó que no tenía finiquito, aunque el mismo fue presentado en el momento de la inscripción por parte del MLP.

Arzú y Cabrera siguieron la ruta de los amparos por la CSJ y la CC, sin lograr hasta ahora que se reviertan las resoluciones. Ambos denuncian que es un «fraude electoral» fraguado por el oficialismo.

El TSE ha sido severamente criticado por estas desiciones y la falta de transparencia que ha tenido en la contratación de las plataformas informáticas, sus decisiones antojadizas y, en general, por la forma en que ha llevado todo el proceso electoral. Incluso han sido cuestionadas la integración de las juntas electorales, en donde aparentemente han aceptado influencias de algunos partidos.

Las criticas han llegado de todos los sectores. Observadores internacionales, observatorios nacionales y partidos políticos no vinculados a la alianza oficialista. No han faltado las manifestaciones que advierten sobre la posibilidad de que se esté fraguando un fraude electoral para favorecer a algunas de las candidaturas que son afines al oficialismo.