La heredera y diva de la moda Gloria Vanderbilt murió a los 95 años

Nueva York, Estados Unidos

La heredera estadounidense Gloria Vanderbilt, diseñadora, artista, ícono de la moda, empresaria, murió el lunes a los 95 años tras una batalla contra el cáncer de estómago, anunció su hijo, el periodista de CNN Anderson Cooper.

Vanderbilt, quien creció en Francia «sin saber nada del dinero que heredaría a los 21 años», fue «una mujer extraordinaria que amaba la vida y vivió a su antojo», indicó Cooper en un homenaje difundido el lunes en CNN. 

«Qué madre tan extraordinaria, qué mujer tan extraordinaria», afirmó.

La tataranieta del magnate ferroviario Cornelius Vanderbilt se convirtió en el centro de atención por ser «la pobre niña rica» cuando quedó en medio de una sensacionalista batalla por su custodia en la década de 1930, antes de alcanzar la fama por su trabajo en el diseño de su propia línea de pantalones vaqueros y moda para mujeres.  

«Fue pintora, escritora, y diseñadora, pero sobre todo una increíble madre, esposa y amiga. Tenía 95 años, pero pregúntale a cualquiera cercano a ella y te dirán que era la persona más jovial, más genial y moderna que han conocido».

Artística y glamorosa, Vanderbilt también fue conocida por su turbulenta vida amorosa que incluyó cuatro matrimonios y un montón de famosos pretendientes como Frank Sinatra, Gene Kelly y Marlon Brando.

Nacida como Gloria Laura Madeleine Sophie en Manhattan, el 20 de febrero de 1924, hija del aristócrata Reginald Claypoole Vanderbilt y Gloria Laura Mercedes Morgan, se quedó con un fondo multimillonario cuando era bebé después de que su padre -descendiente de adinerados empresarios de la navegación y el transporte ingleses y holandeses- muriera por su adicción al alcohol aproximadamente un año después de su nacimiento.

Su madre, Gloria Laura Mercedes Morgan, conocida por su inestabilidad y quien llevaba las riendas de su fideicomiso, llevó a Vanderbilt a París para que la criase una niñera, mientras ella y su hermana melliza se pasaban de fiesta en fiesta.

Pero la tía artista y filántropa de Vanderbilt, Gertrude Vanderbilt Whitney, fundadora del famoso Museo Whitney de Arte Estadounidense, pidió a la justicia su custodia en 1934.

Ganó tras un publicitado juicio en el cual por momentos la niña lloró y gimió, con sórdidos testimonios de codicia y desenfreno cuando la mayoría de los estadounidenses sufría bajo la Gran Depresión.

Una versión femenina del hombre renacentista

De regreso a Estados Unidos, Vanderbilt creció mimada por sirvientes, choferes y tutores en las mansiones de su tía en Nueva York y Long Island.

La futura «socialite» hizo una inmersión en el mundo del arte, el modelaje, la poesía y la actuación, tratando de construir una identidad propia más allá de su inmensa herencia. Deseosa de crecer rápido, se casó por primera vez a los 17 años con un socio del jefe mafioso Charles «Lucky» Luciano.

«Cuando era adolescente trató de evitar las cámaras, pero los periodistas y fotógrafos la seguían a todas partes», dijo Cooper. «Estaba determinada a hacer algo con su vida, determinada a ser alguien, y a encontrar el amor que necesitaba tan desesperadamente», añadió.

Habitué de las listas de las mujeres mejores vestidas y de las columnas de chismes, Vanderbilt se codeaba con Charlie Chaplin y Truman Capote, quien se dice se inspiró en la esbelta heredera para su icónico personaje de Holly Golightly para su novela de 1958 «Desayuno en Tiffany’s».

Sus múltiples emprendimientos artísticos llevaron a la revista Life a describirla en 1968 como «una versión femenina del hombre renacentista».

Hizo olas en la moda en los años ’70 con una línea de vaqueros de diseño que llevaban su firma en el bolsillo trasero, que modelaba ella misma y promovía en giras nacionales.

Su marca se expandió para incluir varias prendas de vestir, perfumes y ropa de cama, tornándose en un negocio de 100 millones de dólares al año.

Después del fracaso de su primer matrimonio se casó tres veces más, primero con el director de orquesta Leopold Stokowski, con quien tuvo dos hijos, y luego con el director de cine Sidney Lumet.

De su último casamiento con Wyatt Emory Cooper en 1963 tuvo dos hijos más, Carter Vanderbilt Cooper and Anderson Hays Cooper.

Sufrió grandes tragedias personales: su último marido murió en una cirugía cardiaca en 1978 y uno de sus hijos, Carter, se suicidó 10 años después.

La familia Vanderbilt ha dicho que Carter sufría de depresión y puede haber experimentado un episodio psicótico debido a la medicación que estaba tomando.

El joven, que tenía 23 años cuando murió, se despertó en la mitad de la noche, aparentemente confundido, y saltó al vacío. Vanderbilt casi no hablaba de la tragedia.

«Su persona privada, real, era más fascinante y encantadora que todo lo que mostraba en público», dijo Anderson Cooper.

Era abierta sobre sus numerosos amoríos con hombres solteros y casados, que detalló en un libro de memorias publicado en 2005.

También escribió poesía, cuentos y novelas, incluida literatura erótica ya pasados sus 80 años.

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