La piel tiene memoria y los efectos nocivos del sol se acumulan con el tiempo. Cuidarla bien hoy significa salud para mañana. Siguiendo unas sencillas pautas, podrás protegerla adecuadamente.
1. Evita la exposición solar en las horas centrales del día
Los rayos son más fuertes y perjudiciales entre las 12 y las 16h. También la altitud y algunos tipos de nubosidad aumentan su peligrosidad.
2. La sombra, tu mejor aliada
Resguárdate bajo los árboles o usa sombrilla, aunque no olvides que su protección no es total, porque algunos tipos de superficies –agua, arena, nieve, hierba- reflejan las radiaciones solares.
3. Protégete también en el automóvil
Los cristales más eficaces son los laminados tintados de gris, y si no los tienes, puedes colocar películas plásticas sobre ellos.
4. Consulta los índices ultravioleta (IUV)
Antes de la exposición al sol o una actividad al aire libre, conviene informarse sobre la intensidad de las radiaciones: a partir de 6, el riesgo es alto.
5. Protege tu cuerpo con la ropa adecuada y usa sombrero
Los colores oscuros protegen más que los claros y en los tejidos, el nailon, la lana, la seda y el poliéster.
6. Utiliza gafas de sol para evitar los daños oculares
Es necesario que las gafas tengan una protección 100% frente a los rayos UV que estén homologadas por la Unión Europea.
7. Utiliza un fotoprotector adecuado a tu fototipo y a las circunstancias de la exposición
Nunca te apliques factor de protección inferior a 30. Las personas de fototipos claros (I y II) deben usar siempre un SPF muy alto (50+). Póntelo media hora antes de exponerte al sol y reaplícalo cada dos horas y tras el baño.
8. Educa a tus hijos sobre la necesidad de protegerse del sol
Los niños menores de un año nunca deben ser expuestos directamente al sol y, cuando tienen 2 o 3 años, sus padres deben protegerles con prendas de vestir, gorros y gafas de sol, así como aplicarles fotoprotectores específicos para niños con SPF 50+ y el símbolo.
9. No bajes la guardia después del verano
Las radiaciones solares son peligrosas durante todo el año, no solo en verano. Y cuando practiques deportes de invierno, recuerda que la nieve refleja un 80% los rayos de sol, por lo que debes usar fotoprotectores con un SPF mayor de 50.
10. Mucho cuidado con las salas de bronceado.
El bronceado artificial no protege frente al fotoenvejecimiento y conlleva un riesgo de cáncer de piel, según la OMS.