O.J. Simpson está listo para salir de prisión, tras recibir libertad condicional en una condena de 33 años por robo y hurto.
El exjugador de fútbol americano –de 70 años y recordado mundialmente por su polémica absolución en 1995 por el asesinato de su exmujer y un amigo de ella- cumplió nueve años de su sentencia en el penal Lovelock de Nevada (oeste).
«Está muy emocionado, optimista», dijo su abogado, Malcolm LaVergne, al canal KTNV-TV.
Desde el 1 de octubre puede ser liberado, pero como cae domingo, su defensa cree que será «un par de días» después.
Lo que sí está claro, añadió, es que al salir disfrutará de los «pequeños placeres» de la vida como comer un filete y frutos del mar, jugar golf y comprar un celular iPhone último modelo.
«Quiere ir a Florida, ver a su familia, abrazarlos fuera de prisión», indicó. «Quiere disfrutar de esos pequeños placeres que no pudo en nueve años».
Simpson fue hallado culpable en octubre de 2008 de robo, asalto, secuestro y otros delitos luego que, junto a cinco cómplices, emboscó a dos coleccionistas de objetos deportivos en un hotel-casino en Las Vegas.
La exestrella de los Buffalo Bills y miembro del Salón de la Fama, argumentó que solo trataba de recuperar recuerdos personales que le fueron robados.
El jurado no compró su versión y fue condenado a una sentencia mínima de nueve a 33 años de cárcel.
– «No nos vamos a esconder» –
En la audiencia de julio para pedir libertad condicional -que le fue concedida por unanimidad-, Simpson insistió en su versión de los hechos, al principio sin mostrar arrepentimiento, y en que había pagado por sus crímenes.
«Asumo total responsabilidad», aseguró. «He cumplido mi sentencia, lo he hecho lo más respetuosamente que he podido (…), en este punto de mi vida quiero pasar tiempo, lo más que pueda, con mis hijos y amigos», expresó.
Simpson, que hizo una carrera en el espectáculo después de retirarse del fútbol americano, dijo en esa audiencia que no veía «ningún problema en lidiar con el público ahora».
Aunque la autoridad penitenciaria de Nevada no quiere correr riesgos y su portavoz Brooke Keast dijo a la AFP que no lo dejarán salir «si hay medios listos para perseguir su vehículo».
«Esto representa un riesgo para la comunidad y no podemos permitir que eso pase. Podemos posponer su salida por semanas si fuera necesario».
Cuando en 1994, se convirtió en el principal sospechosos del asesinato de Nicole Brown y Ron Goldman, Simpson fue perseguido por la policía por horas en una autopista de Los Ángeles, en una operación que fue transmitida en directo y que se convirtió en uno de los fenómenos mediáticos de todo el país.
Su largo juicio, que dividió al país con una línea racial, también fue transmitido por la televisión, acaparando la atención de buena parte del mundo y luego inspirando varios documentales y series de televisión.
«O.J.: Made in America», un documental de casi ocho horas sobre su juicio, ganó el Óscar en febrero, mientras que la miniserie «The People v. O.J. Simpson: American Crime Story», con Cuba Gooding Jr, ganó nueve Emmy en 2016.
El profesor de periodismo de la universidad Quinnipiac, Ben Bogardus, estimó que lo que viene ahora es la «segunda temporada» de su historia. «Las cámaras estarán afuera de su puerta para ver la primera vez que irá de compras, que pone gasolina… será un ‘reality show'».
Y un amigo cercano, Tom Scotto, ya dijo por estos días: «no nos vamos a esconder. Él va a hacer las cosas que siempre hizo».