- Para analizar la gestión de José Alejandro Córdova al frente de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), nada mejor que la voz de un experto en la materia.
- La entrevista con Nery Rodenas transmite la frustración provocada por un funcionario ausente y silenciado en la defensa de los derechos humanos de los guatemaltecos.
Gonzalo Marroquín Godoy
Cuando el Congreso de la República eligió en 2022 a José Alejandro Córdova como Procurador de los Derechos Humanos, se cerraba un círculo de cooptación de instituciones que debieran velar por la justicia y el respeto de las libertades individuales y colectivas de los guatemaltecos, garantizadas en la Constitución.
Los grupos pro-derechos humanos recibieron con escepticismo esta elección, partiendo del perfil seleccionado –un abogado sin trayectoria y puestos burocráticos intermedios–, quien además era considerado como alguien que podría estar cercano al entonces llamado pacto de corruptos.
En un país en donde el sistema de justicia es cuestionado por su falta de independencia, las necesidades –en aquel momento y ahora–, apuntaban claramente a un Ombudsman que asumiera el rol que tuvieron varios de sus antecesores y enfrentaran a los poderes del Estado que atentaran contra los derechos ciudadanos.
Recientemente y de manera sorprendente, la Comisión de Derechos Humanos del Congreso cuestionó al llamado magistrado de conciencia por su evidente falta de acción ante sonados casos que han ameritado, claramente, su intervención.
Varios diputados llegaron a pedirle cara a cara su renuncia y el tema parece expuesto para ser debatido públicamente.
Crónica ha entrevistado a un experto en el tema. Nery Rodenas es director ejecutivo de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG) y una de las personas más versadas en el tema en el país. Profundo y claro en sus apreciaciones, Rodenas concluye que Córdova, no merece una calificación más allá que un opaco 3 sobre 10, que resume todo. Esta es la entrevista con el experto defensor de derechos humanos guatemalteco.
La Constitución de la República crea en 1985 la figura del PDH. ¿Qué inspiró a los constituyentes a crear una figura e institución de esta naturaleza? : Los antecedentes los encontramos en los defensores del pueblo u ombudsman que iniciaron en los países nórdicos y que poco a poco se fueron propagando en varios países, como un funcionario público cuya función es la de velar por los derechos de los ciudadanos, Guatemala se adelanta a muchos países en América Latina, su creación se consideró importante ya que luego de un conflicto armado interno de más de 36 años en donde se cometieron graves violaciones a Derechos Humanos contar con un funcionario con ese perfil, era esencial.

¿Sigue siendo necesaria la figura de un Ombudsman en la Guatemala actual… por qué?: Si es necesario, siempre existen ámbitos que necesitan observación, pronunciamiento y resolución especialmente Guatemala en donde aun se registran altos niveles de abusos y corrupción. Aunque nuestra democracia fuera más perfecta como en otros países que también lo tienen, se hace necesario estar corrigiendo las actitudes de los funcionarios y empleados públicos para evitar abusos.
¿A quién beneficia que el Procurador de los Derechos Humanos no actúe, no sanciones moralmente a funcionarios públicos y mucho menos inicie procesos contra quienes violen flagrantemente los derechos de los guatemaltecos en lo colectivo o individual?: Claramente a los violadores de los Derechos Humanos, corruptos, sectores poderosos que gozan de privilegios. Nuestra constitución tiene previsto equilibrios democráticos, pero cuando todos estos se encuentran cooptados por estos grupos les da privilegios e impunidad, por lo que se vuelve importante para estos grupos anular cualquier tipo de verificación.
La lista de los Procuradores desde 1985 incluye a destacados profesionales que cumplieron a cabalidad con su función. ¿Puede hacer una breve reseña histórica de la PDH para que los más jóvenes sepan del pasado de la institución?: La Constitución Política de Guatemala hace innovación con esta figura con periodos de 5 años, estrenándola Gonzalo Menéndez de la Riva en 1987, le sigue Ramiro De León Carpio (1989) pero en 1992 no pudo concluir con su periodo debido a que luego del exilio del entonces presidente Jorge Serrano Elías asume como presidente de la República, Jorge Mario García La Guardia (1993), Julio Eduardo Arango Escobar (1997), Sergio Morales quien estuvo en dos periodos ocupando el puesto desde 2002 a 2012, Jorge Eduardo De León Duque (2012), Jordán Rodas (2017) y actualmente Alejandro Córdova (2022) quien debería concluir su periodo en 2027.
¿Qué nivel de incidencia política puede tener un PDH efectivo, eficiente, firme y valiente?: Puede realizar cambios históricos en la administración pública y nacional e incidir si su función cumple con lo previsto en las leyes, debido a que nuestro país es de mucha debilidad democrática, el papel del PDH es vital, aunque limitado, ya que únicamente se queda con sanción moral, sin embargo, sabiendo usar las herramientas puede procurar el cambio de la situación.
¿Qué opinión le merece la gestión del PDH, José Alejandro Córdova tras tres años de gestión?: Muchos le señalan por estar ausente en los casos más importantes de violaciones a los derechos humanos en el país. Su gestión hasta la fecha es de 3 años, pero se advierten ausencias en muchos temas, en personas criminalizadas y privadas de libertad por razones políticas, posicionamientos en evidentes violaciones a derechos humanos como se situaciones a nivel rural, propuestas concretas para mejorar la prevención a los derechos humanos.
Cuando el Congreso anterior elige a José Alejandro Córdova, alguien sin trayectoria, se dijo entre analistas que era para poner en el cargo a alguien que no fuera incómodo para funcionarios y fuera una especie de comparsa para un sistema de justicia cooptado. ¿Qué opinión le merece esto?: Comparto dicha opinión, aunque él ya había concursado en otras oportunidades, ahora se advierte el avance del pacto de corruptos en la cooptación en varias instituciones del estado y considerando que el papel del anterior procurador Jordán Rodas fue bastante agresivo y molesto para este pacto, había que aprovechar para poner a una persona que pudiera bajar el nivel de participación a nivel nacional de la institución lo que fue evidente desde los primeros días al interponer una denuncia en contra de su antecesor buscando con ello la criminalización del Licenciado Jordán Rodas, obstaculizándole su participación política. Esto fue visto como una venganza del pacto de corruptos por sus acciones cuando fue Procurador de Derechos Humanos y una excusa para no inscribir como candidato a vicepresidente en las elecciones de 2023 lo que obstaculizó la participación de la candidata Thelma Cabrera.
Hay casos emblemáticos en los que el PDH ha estado “invisible” o “silenciado”: Libertad de prensa (caso Zamora y persecución a periodistas), criminalización a líderes indígenas, estudiantes universitarios, exfiscales y exjueces, etcétera. ¿Qué sensación tienen los auténticos luchadores por el respeto a los derechos humanos?: Frustración por la ausencia en sus funciones. Con anteriores procuradores la coordinación y el dialogo con la sociedad civil era constante, sin embargo, la sensación que se tiene en las organizaciones vinculadas con la defensa de los derechos humanos es de falta de acción al perder una institución vital en el equilibrio democrático del país.
En contraparte a todo lo que no ha hecho el PDH. ¿Podría destacar alguna resolución, censura o acción positiva en algún caso relevante –aunque sea una sola– en los últimos tres años?: Lo único que se recuerda es su participación en las protestas sociales de 2023 cuando propuso una mesa de diálogo para solucionar esa problemática, pero desde el punto de vista de otras personas también pudo haber sido una acción que podría disminuir o anular esas acciones ciudadanas, además la otra cara se ha hecho visible fue el dictamen que permite el traslado de reos de alta peligrosidad cuando no se ha realizado en otros casos. (Se refiere a la reciente resolución de la jueza Lisbeth Mireya Batún Betancourt, quien ordenó el traslado a una cárcel de menor seguridad de Aldo Duppie Ochoa Mejía, alias “El Lobo”, peligroso pandillero)

La comunidad internacional, así como organismos que defienden derechos humanos, la libertad de prensa o la independencia judicial, coinciden en señalar que la falta de independencia de la justicia pone en riesgo o debilita la democracia. ¿Piensa igual?: Sí. Si una institución tan importante pierde su naturaleza, es decir de defender y promover los derechos humanos pasa a omitir pronunciamientos, posicionamientos ante las violaciones a los Derechos Humanos pasa a ser una caricatura, un cascaron de lo que debería de ser.
¿Es optimista de cara a las elecciones del próximo año (CC, TSE, fiscal general y rector de la USAC)?: Parcialmente, creo que es una oportunidad, pero se observan ya acciones para que el pacto de corruptos de querer recuperar terreno perdido en algunos espacios como el Ejecutivo o el del Colegio de Abogados, la mayoría de las instituciones que se relacionan en las comisiones de postulación y en las decisorias se ven las negociaciones. En ese sentido, las personas con sentido democrático deben tener un papel más protagónico y saber jugar las piezas también.
¿Qué se podría hacer para mejorar las posibilidades de que la justicia no siga cooptada por fuerzas ocultas como ha sucedido en los últimos años?: Mas participación política y ciudadana, alentar a los buenos cuadros que se encuentra dentro del sistema para poder generar más fuerza, los espacios importantes se encuentran en los movimientos indígenas y rurales que están tratando de anular con la criminalización, pero también en las zonas urbanas con una sociedad civil mas consciente de su papel, una comunidad internacional que puede ser un garante de estos procesos.
Para terminar una pregunta con respuesta corta: En una calificación de 1 a 10, ¿Qué puntuación le daría usted a Córdova?: 3
Con esa calificación contundente concluye la entrevista, que refleja la frustración que produce mantener a un Procurador de los Derechos Humanos, a quien muchos señalan de asumir una postura similar a la de los tres monos sabios: no ver el mal, no oír el mal y no hablar del mal…
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