- …no les preocupan las tendencias ideológicas de nadie en particular sino la posibilidad, aunque sea remota, de que puedan perder parte de sus privilegios. Sobre todo, el miedo a perder la impunidad que les permite estar exonerados de cualquier persecución penal, a pesar de la larga cola histórica de estos dinosaurios en temas de evasión fiscal, despojo de tierras, explotación laboral, beneficios espurios y competencia desleal, así como su involucramiento en el conflicto armado interno, avalando y muchas veces colaborando con asesinatos y desapariciones forzadas.
José Alfredo Calderón E.
Historiador y analista político
¿Durante todo este proceso preelectoral me esforcé por enfatizar algunos elementos históricos que considero claves para interpretar la realidad y escudriñar en sus entrañas. Quedarse con lo visible, la punta del iceberg, no permite hacer una buena lectura de la realidad.
Los actores contra los que dirigimos nuestro rechazo y censura política, si bien son despreciables por sus actos, son solo los ejecutores de otros operadores al más alto nivel, y estos, a su vez, dependen de cabezas que se parapetan en las cámaras empresariales.
La lógica electoral es muy sencilla y funciona así desde 1957, cuando tienen lugar las primeras elecciones post intervención norteamericana, durante el gobierno de facto del coronel Carlos Alberto Castillo Armas (llamado CACA, por sus iniciales). Ese mismo año matan al susodicho y surge el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras –CACIF–, dos hechos con gran incidencia para la vida política posterior de Guatemala.
La lógica electoral de la que se habla fue expuesta por la CICIG cuando dijo que el pecado original del proceso político guatemalteco era el financiamiento electoral ilícito. Al prohibir el financiamiento internacional y el público (Estado), la única fuente que quedó para financiar partidos y candidatos fue la privada. Esta dinámica se mantiene y no es difícil entender el condicionamiento que hace quien pone el dinero.
Otro elemento clave para arrojar luz es que, después de 1957, paulatinamente, el empresariado se dedicó a lo suyo, o sea, hacer negocios y capital; dejando a un segmento “profesional” de personas dedicadas a la política a tiempo completo. A esto le llamaron equivocadamente: la “clase política”, formada por todos aquellos operadores/as de alto, mediano y bajo nivel, cuya función básica es defender los intereses de quienes los patrocinan. Algunos son funcionarios de la burocracia estatal y municipal, otros funcionarios ocupando cargos de elección popular y, los más importantes, que hacen la función de brokers, o sea corredores o negociadores que, sin ocupar un puesto específico, deambulan en el quehacer político generando acuerdos, ataques y defensas, entre otras funciones.
Para finalizar esta introducción metodológica al análisis político, la atención hacia los protagonistas del tinglado electoral es incompleta, si no nos detenemos en observar analíticamente a qué grupo de capital están ligados. No es una lucha entre candidatos sino entre capitales y fuerzas de poder correlacionadas, las cuales, ahora; incluyen al narco como eje transversal en todos los grupos.
Reunir a todos los empresarios en el CACIF es un error fundamental, pues hay una élite mucho más pequeña y poderosa que es la que verdaderamente parte y reparte el bacalao: El G-8; que reúne a los 8 grupos corporativos más densos y poderosos y a unas 22 familias, la mayoría endogámicas.
Si no se entiende la dinámica expuesta, todas nuestras reflexiones tenderán a ver el árbol y no el bosque, al leñador y no a quien lo manda; lo visible y no lo que subyace.
En un artículo anterior mencioné los elementos interpretativos que permiten una lectura profunda de lo acontecido el domingo 25 de junio https://cronica.com.gt/provocatio-tragedia-para-unos-alegria-para-muchos/ Ahora tocan las reflexiones críticas post primera vuelta, de cara al 20 de agosto. Si bien es muy posible un gobierno de Semilla (con retos descomunales, eso sí); ahora se demanda toda la atención en la victoria electoral próxima.
Para empezar, pretender que la derrota de la señora Torres se da por descontada y que el triunfo del Dr. Arévalo será descomunal, es una peligrosa apreciación, más basada en los sentimientos y emociones que en las condiciones reales imperantes en el sistema.
Si bien desde el martes 4 de julio se dio una alineación de los actores político-electorales fundamentales, en favor del voto democrático (que ya decidió quienes van al balotaje) y el carácter impostergable de la 2a. vuelta, diversos agentes del empresauriado más primitivo del país, siguen orquestando ataques con apariencia legal en contra del Movimiento Semilla y su candidato presidencial.
¿Por qué si todas las cámaras empresariales ya sacaron comunicados de apoyo al proceso democrático, persisten sectores “menores” en su accionar perverso? Por ello hice una amplia introducción para entender las diferencias de fondo y forma. Para contestar esta pregunta, debemos hacer otra más importante: ¿Por qué se atreven a tanto los que en el papel son empleados de las élites, cuando estas ya manifestaron –públicamente– su respeto al voto democrático?
Una cuestión es aparentar las formas en el plano políticamente correcto por presiones externas, y otra muy diferente, de fondo, tiene que ver con el plan siniestro del sector más oscuro del G-8, a quienes no les preocupan las tendencias ideológicas de nadie en particular sino la posibilidad, aunque sea remota, de que puedan perder parte de sus privilegios. Sobre todo, el miedo a perder la impunidad que les permite estar exonerados de cualquier persecución penal, a pesar de la larga cola histórica de estos dinosaurios en temas de evasión fiscal, despojo de tierras, explotación laboral, beneficios espurios y competencia desleal, así como su involucramiento en el conflicto armado interno, avalando y muchas veces colaborando con asesinatos y desapariciones forzadas.
Personajes como Consuelo Porras, Rafael Curruchiche, Cinthia Monterroso y el juez Fredy Orellana, para nada son elementos orgánicos de las élites. Son empleados menores que responden a directrices de operadores de más alto nivel quienes, a su vez, reciben instrucciones directas de sus grandes patrocinadores. Esta intermediación permite que los causantes de este desastre no puedan identificarse, salvo quienes nos dedicamos a la investigación acuciosa basada en el análisis estratégico.
Entonces, responder al por qué se atreven y siguen atreviendo a hacer cualquier barrabasada, se contesta fácilmente indicando que mientras sus patrocinadores y operadores al más alto nivel (el presidente principalmente) sigan respaldándolos, el mal no tendrá fin. Por ejemplo, si el pacto de corruptos concede la renuncia de Curruchiche (según algunos rumores) el sistema seguirá intacto.
¿Qué se puede esperar en el ínterin que queda al 20 de agosto?
- Las cámaras empresariales seguirán “comunicando” del diente al labio, mientras permiten que algunos de sus miembros más oscuros sigan patrocinando y alentando las acciones perversas de sus grupos paralelos.
- El departamento de Estado (ya la embajada es decorativa) y el Comando Sur de EE. UU. seguirán atentos e inusualmente activos. Su acción principal es desactivar a algunos agentes nefastos más que participar directamente. El problema con estas ayudas es que tienen un límite político, no son sostenibles y en cualquier momento pueden girar.
- El pacto de corruptos con Giammattei a la cabeza, seguirá insistiendo tras bambalinas en descarrilar a Semilla en su camino a la presidencia. No lo pudieron hacer en primera vuelta y tampoco lo han podido hacer en estos últimos 15 días, pero dado que el amparo de la Corte de Constitucionalidad no afecta la investigación del MP y concluye después de la segunda vuelta, buscarán amedrentarlos, perseguirlos y despojar de antejuicio a Bernardo Arévalo. Después de su previsible victoria, que esperamos sea apoteósica (pues esto abona a dificultar las acciones perversas del pacto criminal) se vendrán nuevos ataques y la continuidad de los ya iniciados.
- La táctica del pacto oscuro será atacar permanente a Semilla para desgastarlo en defensas oficiosas e impedir que haga campaña en condiciones normales. Sin embargo, los ataques terminan fortaleciendo la imagen del partido y los corruptos subestiman la inteligencia de los cuadros de Semilla, quienes no caerán en la estratagema de ese juego.
- La protesta social de calle, es y debe seguir siendo un factor crítico de éxito para allanar el camino a un espacio verdaderamente democrático por medio de un gobierno Semilla. Si el movimiento social hace su papel, ellos podrán enfocarse en la campaña política. Además, las fuerzas oscuras advertirán que la lucha actual trasciende un partido y se ha convertido en un movimiento nacional y democrático.
- Los ataques continuarán pero, paradójicamente, seguirán siendo el puntal del crecimiento de Semilla, dedicándose el equipo a fortalecer la campaña rural y los planes futuros, así como las estrategias legales y políticas para defenderse, contraatacar y posicionarse más en el imaginario colectivo nacional.
Termino con una acotación que me parece clave: La protesta social no debe ser liderada por Semilla (para no distraerlos de la campaña propiamente) sino por los mejores y más preclaros dirigentes sociales, con énfasis en la juventud y mujeres. Ojalá no se repita lo del 2015 y 2017, cuando la efervescencia de emociones no contó con el liderazgo, la dirección y el programa político necesarios.
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