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Lisbonne, Portugal | AFP | |
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por Brigitte HAGEMANN |
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Los dirigentes de siete países del sur de la Unión Europea, entre ellos el francés François Hollande y el griego Alexis Tsipras, se reunirán el sábado en Lisboa para buscar posiciones comunes sobre el Brexit, el crecimiento o la ola migratoria antes de las próximas cumbres. La reunión llega en un contexto de aumento de los partidos antisistema en Europa antes de las elecciones previstas en Holanda, Francia y Alemania. También estarán sobre la mesa las consecuencias del Brexit y de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Cuatro meses después de otra reunión en Atenas, donde los países del sur hicieron un llamamiento para estimular el crecimiento, Portugal, Francia, Italia, España, Grecia, Chipre y Malta niegan querer crear un frente alternativo dentro de la UE. «No es un club a parte, sino una contribución al conjunto de la Unión Europea que quiere identificar sus prioridades para relanzar el proyecto europeo ante el Brexit», dijo a la AFP una fuente del gobierno portugués. El objetivo es buscar posiciones comunes antes de las cumbres de la UE del 3 de febrero en Malta y del 25 de marzo en Italia, coincidiendo con los 60 años del tratado de Roma, fundador del bloque. Esta cumbre de países del sur de la UE también abordará la seguridad y la defensa, la crisis migratoria y el control de fronteras. Frente a la subida del «nacionalismo, del proteccionismo, del populismo y de la xenofobia», la UE necesita «un nuevo ciclo de crecimiento y de convergencia», dijo el martes el anfitrión de la reunión, el primer ministro socialista Antonio Costa. También habló de la creación de un futuro Fondo Monetario Europeo y de la extensión del plan Juncker de apoyo a las inversiones así como de la «discriminación positiva» a favor de los países más castigados por la crisis, como Portugal y Grecia. – Diferencias demasiado importantes – «Las reglas europeas, fijadas en el marco del pacto de estabilidad, permiten estimular el crecimiento en vez de bloquearlo frenando la inversión pública», explicó a la AFP la secretaria de Estado portuguesa para Europa, Margarida Marques. Para Grecia, la cumbre de Lisboa «contribuirá al diálogo europeo», independientemente de las «ideologías o de las orientaciones políticas de los países que participan», dijo un portavoz del gobierno de Alexis Tsipras, único representante de la izquierda radical. Por su parte el jefe del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, participará por primera vez en esta cumbre tras no haber acudido a la reunión de Atenas. «España no se unirá a una visión que se oponga a la de Bruselas. En general el país trabaja mano a mano con Francia y Alemania», según Salvador Llaudes, especialista de Asuntos Europeos del instituto Royal Elcano de Madrid. De ahí las dudas sobre la capacidad de los países del sur de hablar con una sola voz. «Las diferencias entre naciones son demasiado importantes para constituir un contrapeso dentro de la UE», asegura. En el frente político, la mayoría de protagonistas de esta cumbre están además en un momento de fragilidad. El presidente francés, el socialista François Hollande, «está a punto de irse y su partido no pasará probablemente a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Todo lo que prometa será olvidado a mediados de 2017», augura Adriano Bosoni, un analista del centro de reflexión geoestratégica estadounidense Stratfor. Además, «Francia no está dispuesta a abandonar su alianza con Berlín para convertirse en portavoz de una estrategia de los países del sur». Según este experto, «el nuevo gobierno italiano dirigido por Paolo Gentiloni también es frágil, podría haber elecciones antes de que acabe el año. Y el primer ministro griego Alexis Tsipras lucha por sobrevivir». bur-bh/tsc/pt/pc/acc |