La denuncia es que Pekín quiere imponer su control sobre el territorio autónomo
Las elecciones locales que se celebran este domingo en Kong Kong están registrando un acusado descenso de la participación tras los llamamientos de los opositores a boicotear unos comicios que, acusan, estarían completamente dirigidos desde China en la consecución definitiva de los esfuerzos de Pekín para imponer su autoridad sobre el territorio y eliminar sus competencias autonómicas.
A falta de seis horas para el cierre de las urnas solo un 21 por ciento de la población ha depositado su papeleta, diez puntos porcentuales menos que en 2016 — aunque ese año los colegios abrieron una hora antes — según los datos oficiales recogidos por la cadena RTHK. El presidente de la Comisión de Asuntos Electorales, Barnabus Fung, ha informado de la recepción de 345 quejas durante el desarrolo de los comicios, la mitad de ellas por actos de proselitismo en plena votación.
Estas elecciones son las primeras bajo el llamado «sistema para patriotas» ideado por Pekín. Un total de 153 candidatos, la mayoría favorables al Gobierno chino o a élites empresariales de la China continental, intentarán conseguir alguno de los 90 escaños que componen el Consejo Legislativo del territorio, pero solo 20 de ellos serán ocupados por una elección directa.
En las últimas horas, cinco opositores autoexiliados han insistido en sus llamamientos a la abstención, como Sunny Cheung Kwan Yang quien, desde su web de Facebook, ha pedido a la gente que se «quede en casa» y denunciado la presencia de 10.000 «terroristas armados», en referencia a la Policía, por las calles del territorio. Al activista se han sumado otros disidentes como Nathan Law Kwun Chung y los ex concejales de distrito Timothy Lee Hin Long, Lee Ka Wai y Lau Ka Man, según informa el ‘South China Morning Post’.
La baja participación no parece importar demasiado a la jefa ejecutiva del territorio, Carrie Lam, acusada por la oposición de ser un mero títere de las autoridades chinas y de aceptar sin discusión normativas como la polémica Ley de Seguridad que ahora rige el país y considerada por los disidentes como una herramienta contraria al derecho Internacional para silenciar las críticas.
Tras depositar su voto en el colegio electoral de Raimondi College, Lam declaró que no tiene «ninguna expectativa particular» sobre la participación. «El Gobierno no ha establecido ningún objetivo para la tasa de participación electoral, ni para esta elección, ni para elecciones anteriores, porque hay una combinación de factores que afectarán la tasa de participación electoral en cualquier elección», ha indicado.
Su objetivo primordial, ha insistido, es el de garantizar que Hong Kong sea administrado por «patriotas» en unas elecciones «justas, abiertas, competitivas y honestas» tras criticar las elecciones de hace dos años, donde los opositores, alimentados por meses de protestas contra el Gobierno de Hong Kong, lograron la victoria. «No fueron elecciones democráticas», ha argumentado.