A pesar de que las mujeres ocupan el 46 por ciento de los puestos en las administraciones públicas, únicamente el 31 por ciento ostenta puestos de poder y representan sólo el 20 por ciento de los altos cargos, según ha revelado un informe publicado este jueves por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El trabajo, ‘Igualdad de género en la administración pública’ –publicado junto al Laboratorio de Investigación de Desigualdad de Género de la Universidad de Pittsburgh–, revela que las «persistentes» brechas de género «permanecen» a nivel global y las mujeres aún se enfrentan a techos y muros de cristal que les impiden avanzar hacia los más altos niveles de poder e influencia.
Cierto progreso
La ONU y la Universidad de Pittsburgh reconocen que ha habido cierto «progreso» en cuanto a representación femenina en administraciones públicas de muchos países se refiere, pero esta circunstancia no quita que las mujeres de muchas regiones del mundo aún están «significativamente superadas en número» por hombres cuando se habla de liderazgo y toma de decisiones políticas.
En este sentido, han advertido de que apartar a las mujeres de los procesos y roles de toma de decisiones «críticas», incluyendo la gestión de la pandemia de COVID-19, amenaza la posibilidad de lograr una recuperación «inclusiva» y «verde» tras la pandemia.
Según ambas organizaciones, las mujeres «brillan» como líderes y, cuando ostentan puestos de liderazgo en administraciones públicas, los gobiernos son «más receptivos» y mejoran tanto la rendición de cuentas como los servicios públicos que se brindan a la población, indica el trabajo.
Para muestra, un botón. El informe afirma que cuando las mujeres están en el poder atienden problemáticas olvidadas, como la violencia contra las mujeres, los servicios que se prestan a la infancia o la salud. Frecuentemente, además, se registran niveles menores de corrupción y los partidos políticos están más inclinados a trabajar de forma coordinada.
«Mientras la crisis de la COVID-19 plantea retos sin precedentes a los gobiernos y sus ciudadanos, la toma de decisiones efectiva en las instituciones públicas y los servicios públicos receptivos e innovadores son más importantes que nunca», han destacado la ONU y la Universidad de Pittsburgh, que han insistido en los impactos que la pandemia tiene en mujeres y niñas, como el aumento de la violencia contra ellas o la pérdida de empleos e ingresos.
Su rol en la pandemia
El informe, que ha analizado 170 países, ha revelado que las mujeres tienen un rol «muy limitado» en la toma de decisiones sobre política sanitaria, incluida en la respuesta de las diversas naciones a la pandemia de COVID-19. En concreto, mientras que el 58 por ciento de los empleados de los ministerios de Salud son mujeres, ocupan, de media, sólo el 34 por ciento de las posiciones de toma de decisiones.
Además, la representación femenina también es baja en los grupos de trabajo gubernamentales que se encargan de luchar contra la pandemia, que se ocupan de liderar la respuesta de los gobiernos a la crisis.
- De los 300 grupos de trabajo nacionales examinados en 163 países y territorios, las mujeres ocupan el 27 por ciento de los cargos y lideran el 18 por ciento.
- Únicamente el 6 por ciento de los estudiados hacen gala de la paridad de género mientras que el 11 por ciento –un porcentaje «impactante» para los firmantes del trabajo– no cuentan con ninguna mujer en absoluto.
«Los efectos de la COVID-19 no son neutrales en cuanto al género», ha recordado el administrador del PNUD Achim Steiner que, por lo tanto, ha considerado que «las mujeres deben participar completamente en las instituciones públicas y tener una silla en la mesa cuando los gobiernos están planeando sus respuestas y determinando la mejor manera de salir de la crisis».
«Las decisiones esenciales que se tomen hoy afectarán al bienestar de las personas y el planeta por generaciones. Una recuperación sostenible es posible únicamente cuando las mujeres son capaces de jugar un rol completo al dibujar un mundo post COVID-19 que funcione para todos nosotros», ha agregado.
Muros de cristal, además de trechos
Por otro lado, el trabajo ha hallado que las mujeres que trabajan en la administración pública están «aisladas» en ciertas áreas de trabajo, por lo que se dan de bruces con muros de cristal, además de con techos. Así, el número de mujeres es mayor en los ministerios centrados en asuntos que les impactan, salud y educación, pero permanecen «bajos» en otras áreas.
Por ejemplo, a pesar de que las mujeres están afectadas «desproporcionadamente» por el cambio climático, su participación en ministerios que se encargan de la protección medioambiental está entre las más bajas de las 20 examinadas. Representan el 33 por ciento a nivel global y la paridad en este ámbito es «rara», lo que potencialmente «obstaculiza más» una acción climática eficaz y una recuperación verde.
De forma análoga, en el ámbito de la formulación de políticas socioeconómicas, los datos revelan que las mujeres promedian sólo el 36 por ciento de los puestos de toma de decisiones en los ministerios económicos.
«La igualdad de género y la diversidad son clave para mejorar la función gubernamental y la calidad de vida de todos nosotros», ha insistido la vicerrectora sénior de la Universidad de Pittsburgh, Ann E. Cudd, que ha destacado que la investigación publicada este jueves «ha generado nueva información importante que no sólo destaca el problema, sino que también proporciona la evidencia necesaria para abordar estas disparidades».
En este sentido, el trabajo proporciona una serie de recomendaciones, que incluyen fortalecer y presionar por la aprobación de nuevas leyes, marcos y políticas, como las cuotas, o impulsar un cambio institucional que incluya una reforma de los lugares de trabajo, políticas de Recursos Humanos inclusivas o la penalización del machismo y el acoso laboral.