El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha condenado «enérgicamente» al Gobierno de Bielorrusia por el aterrizaje forzoso en Minsk de un vuelo cuya ruta prevista era entre Atenas y Vilna con una amenaza de bomba con la finalidad de detener a un periodista bielorruso.
A través de un comunicado, Blinken ha exigido la «inmediata liberación» de Román Protasevich y ha denunciado que este «espeluznante acto perpetrado por el régimen de (Alexander) Lukashenko ha puesto en peligro la vida de más de 120 pasajeros, entre ellos ciudadanos estadounidenses».
Según la información detallada por Washington, los primeros informes sugieren la participación de los servicios de seguridad bielorrusos y el uso de aviones militares bielorrusos para escoltar el avión, acciones que han calificado como «profundamente preocupantes», por lo que «requieren una investigación completa».
«Falsos pretextos»
Además de coordinarse «estrechamente» con la UE y autoridades lituanas y griegas, Blinken ha pedido al Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional que se reúna lo antes posible para examinar estos hechos, ya que existen indicios de que «el aterrizaje forzoso se basó en falsos pretextos».
El avión ha realizado un aterrizaje de emergencia en Minsk tras una supuesta amenaza de bomba, lo que ha permitido la detención del periodista Román Protasevich, uno de los fundadores del canal de Telegram Nexta, que jugó un papel clave en la coordinación de las protestas que siguieron a la reelección del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, denuncia la oposición.
Ya en noviembre pasado, el Comité de Seguridad de Bielorrusia (KGB) incluyó a Protasevich y a otro fundador de Nexta, Stepan Putilo, en su lista de personas implicadas en actos terroristas.
En este sentido, el secretario de Estado estadounidense ha defendido que «los medios de comunicación independientes son un pilar esencial de apoyo al Estado de Derecho y un componente vital de una sociedad democrática», por lo que Estados Unidos condena «una vez más el continuo acoso y la detención arbitraria de periodistas por parte del régimen de Lukashenko».