El Atlético de Madrid se proclamó campeón de Liga con la victoria (1-2) ante el Real Valladolid, quien perdió la categoría, undécimo Campeonato Nacional para el cuadro rojiblanco con el sufrimiento pero el alegrón de la última jornada, pese a que cumplió el Real Madrid (2-1) en el descuento contra el Villarreal.
Los de Diego Pablo Simeone vuelven a levantar el título liguero como hicieron por última vez en 2014, tras una temporada que dominaron casi de principio a fin. El Atlético vuelve a entrometerse en el binomio de Real Madrid y Barcelona, gracias a la remontada que firmaron los goles Ángel Correa y Luis Suárez en la segunda parte.
- El colchón se fue perdiendo y tanto Barça como Madrid tuvieron sus opciones de colocarse líder en este tramo final de infarto.
- La Liga estaba escrita como rojiblanca, pero tras esos penaltis ante Alavés y Elche, la derrota ante el Athletic, el empate en el Camp Nou y la última remontada ante Osasuna, el aficionado atlético estaba al borde del colapso con el Madrid en el retrovisor.
El último partido
No cabía otro guion que el de sufrir. Una Liga que se decide en el último partido es lo que tiene y al Atlético le pudo la presión durante muchos minutos. Los nervios marcaron mucho el primer tiempo rojiblanco, fallón con el balón, a la hora de buscar un pase decisivo o un disparo a puerta, con ocasiones eso sí.
Los de ‘Cholo’ no apretaron en sintonía como en los últimos partidos, con ese hambre de coronarse campeones, ni defendieron bien su portería. Con todo, a balón parado y con Luis Suárez, bien pudieron reducir un poco la agonía que provocó el gol de Óscar Plano a los 20 minutos, tras una contra perfecta del Pucela (0-1).
El Valladolid golpeó con calidad en la primera que tuvo para soñar con la salvación y el Atlético siguió desconocido fruto de la tensión. Luis Suárez tuvo un mano a mano forzado en el primer minuto y Saúl la había tenido también de cabeza. Al banquillo rojiblanco llegaba sin embargo el 0-1 del Villarreal al Madrid.
La ayuda de Zidane
La ayuda inesperada de los de Zidane no vino mal a la fe rojiblanca, con otra buena ocasión de Suárez. Weissman también avisó a un Atlético demasiado descolocado sobre el césped del José Zorrilla. Tras el descanso, Correa tomó el mando de las operaciones y enseñó a sus compañeros a jugar sin que temblaran los pies. El argentino dejó un detalle tras otro hasta que firmó el 1-1.
Un punterazo tras deshacerse con calidad de sus rivales despejó el cielo atlético y enseñó el camino al líder desde la jornada 9. En otra señal del destino, aunque caprichoso, el VAR anulaba el 1-1 del Madrid en ese mismo instante. A los de Sergio González, con noticias no tan buenas desde Elche, les comió la reacción rojiblanca y Sergi Guardiola, en esa presión visitante, regaló el 1-2.
El pase atrás fallido lo recogió Luis Suárez y el uruguayo condujo hasta batir a Masip en el mano a mano: el 21º tanto del ex del Barça, un fichaje que sin duda vale una Liga. El Pucela, cada vez más condenado al descenso, se fue arriba y Weissman la tuvo en un rechace de Oblak. Nervios fuera, el Atlético concedió poco y supo jugar con las pocas prisas que había tenido su rival.
Desde Madrid llegaban las noticias del empate blanco e incluso de la victoria con el 2-1 en el descuento de Modric, pero la Liga del maratón de partidos, del sortear al covid, de la ausencia de los aficionados, del sufrir hasta el último día, era rojiblanca. Las lágrimas en el Zorrilla fueron de los dos equipos, unos campeones y otros, el Valladolid, que dicen adiós a Primera.