El príncipe Guillermo aseguró este jueves que la familia real británica «no es racista» y matizó que no ha hablado con su hermano, el príncipe Enrique, desde la entrevista que concedieron los duques de Sussex a Oprah Winfrey.
«No somos una familia racista», aseveró el duque de Cambridge, en declaraciones a los medios. De forma paralela, indicó que «planea» hablar con Enrique.
William se convirtió con esta declaración en el primer miembro de la Familia Real en negar las acusaciones hechas por los duques de Sussex, quienes están desde hace un año radicados en Los Ángeles, donde piensan criar a su pequeño hijo y vivir alejados de las responsabilidades que acarrea la vida en Londres.
El posible heredero del trono de Isabel II hizo las declaraciones durante una visita hecha a un colegio en el este de Londres, en su campaña para apoyar la salud mental de los niños.
Fulminante entrevista
Entre otros temas, Enrique y Meghan Markle abordaron el racismo, la salud mental y el tratamiento que les han dado los medios de comunicación y otros miembros de la familia real británica.
Una de las revelaciones más impactantes de la entrevista fueron las conversaciones sobre supuestas «preocupaciones» por el color de la piel del hijo de los duques, Archie, puesto que Markle es birracial. Winfrey matizó horas más tarde que ni la reina Isabel II ni su marido, el príncipe Felipe, hablaron nunca con la pareja sobre el color de la piel del bebé.
La Casa Real británica se declaró «preocupada» por las acusaciones de racismo vertidas en la entrevista y subrayó que las aseveraciones tenían que tomarse «muy en serio», asegurando que la familia las abordaría «de forma privada». El Palacio de Buckingham afirmó, en un comunicado, haberse «entristecido» al conocer los desafíos a los que se enfrentaron los duques de Sussex durante su tiempo en Reino Unido.
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