El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, tildó este miércoles de «inaceptable» e «indefendible» el comportamiento del eurodiputado húngaro József Szájer, miembro de su partido, que dimitió el domingo después de ser detenido por participar en una orgía ilegal en Bruselas.
A través del portavoz del Gobierno húngaro Zoltan Kovacs, Orban dijo que lo que hizo Szájer «no tiene lugar en los valores de la familia política» de Fidesz, aunque ha aseguró que la agrupación «no olvidará ni repudiará sus 30 años de trabajo«.
Además, señaló que Szájer tomó la decisión «apropiada» al disculparse y dimitir del Parlamento de Europeo. «Hemos tomado nota de su decisión«, comunicó Kovacs a través mediante su cuenta de Twitter.
La fiesta
En un comunicado, Szájer admitió el martes que estaba en la fiesta, a la que asistió una veintena de personas –entre ellas dos diplomáticos–, y que no llevaba consigo su identificación cuando se la pidió la Policía, que le dio «un aviso verbal oficial» y le llevó a su casa.
El hasta ahora eurodiputado aseguró que no consumió drogas y que incluso se ofreció a que se le hiciera un test instantáneo. «Según la Policía encontraron una pastilla de éxtasis, pero no es mía y no sé quién o cómo fue colocada«, subrayó.
«Lamento profundamente haber violado las restricciones por la COVID-19, fue irresponsable por mi parte y estoy dispuesto a asumir la multa que conlleve«, añadió Szájer, uno de los miembros fundadores de Fidesz. «Con mi renuncia el domingo extraje las conclusiones políticas y personales«, recalcó, para a renglón seguido pedir disculpas a su familia, colegas y votantes.
Los hechos
La Fiscalía de Bruselas explicó que fue alertada de una posible infracción de las restricciones por el coronavirus en torno a las 21.30 horas del viernes en un apartamento del centro de Bruselas y que Szájer escapó bajando por un canalón del edificio.
La Fiscalía ha abierto un informe por incumplimiento de las normas contra el coronavirus contra todos los asistentes así como uno por violación de la legislación de drogas en el caso de Szájer.
Hace más de un mes que los bares y restaurantes están cerrados en Bélgica como parte de las restricciones impuestas para contener la segunda ola de contagios que inició el pasado octubre.
Además, las autoridades han limitado a una persona el número de invitados que puede tener un hogar y se impone un toque de queda a partir de las 22:00 horas.