El Papa ha presidido en la basílica de San Pedro el consistorio para la creación de 13 nuevos cardenales, entre ellos, el español Monseñor Celestino Aós Braco, arzobispo de Santiago de Chile, en una ceremonia marcada por la emergencia sanitaria con la ausencia física de dos de los nuevos purpurados (Monseñor José Advíncula, Arzobispo de Capiz (Filipinas) y Monseñor Cornelius Sim, obispo de Puzia de Numidia, vicario apostólico de Brunei) que estaban conectados virtualmente a través de una plataforma digital.
El rito de la creación de nuevos cardenales se ha celebrado –como todas las ceremonias durante la pandemia– en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro, y no en el altar de la Confesión.
Esta decisión ha repercutido directamente en el número de personas que estaban presentes en la celebración ya que se trata de un lugar con menos espacio.
De hecho, había un número muy reducido de fieles –-en su mayoría personas cercanas a los neocardenales–, que rondaba el centenar y que han respetado en todo momento las distancias de seguridad para evitar posibles contagios.
A este respecto, las entradas emitidas por la Prefectura de la Casa Pontificia se reservaron solo para los acompañantes más cercanos de los eclesiásticos.
Nuevo protocolo
Además, en aras del cumplimiento de las normas vigentes destinadas a contrarrestar la circulación del coronavirus, todos los presentes llevaban mascarilla.
Desde el punto de vista litúrgico, la única verdadera novedad ha sido la omisión del abrazo de paz que los nuevos cardenales reciben normalmente de parte de otros purpurados de más antigua creación.
Como es habitual, en la celebración estaban presentes los párrocos y rectores de las iglesias titulares que se han otorgado a los nuevos cardenales. El primero de ellos, el maltés Mario Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos, ha sido el encargado de dirigir el saludo al Santo Padre.
El ritual de la imposición de la birreta cardenalicia, así como la entrega del anillo y la asignación de la bula cardenalicia ha respetado sus formas tradicionales.
Otra novedad ha sido la eliminación de las visitas de cortesía habituales en estas celebraciones. En el pasado, estas ocasiones daban lugar a grandes aglomeraciones donde los amigos y conocidos de los nuevos cardenales se apiñaban en torno a ellos para rendirles homenaje.
Los nuevos purpurados que tendrán derecho a voto en un hipotético conclave son:
- el obispo maltés Mario Grech nuevo Secretario General del Sínodo de Obispos
- monseñor Marcello Semeraro, nuevo Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos
- monseñor Antoine Kambanda, arzobispo de Kigali (Ruanda)
- Wilton Daniel Gregory, arzobispo de Washington (EEUU)
- monseñor José Advíncula, Arzobispo de Capiz (Filipinas)
- monseñor Celestino Aós Braco, arzobispo de Santiago de chile
- monseñor Cornelius Sim, obispo de Puzia de Numidia, vicario apostólico de Brunei
- monseñor Augusto Paolo Lojudice, arzobispo de Siena, Colle di Val d’Elsa – Montalcino
- Mauro Gambetti, custodio del convento de Asís (Italia).
- Los dos primeros Grech y Semeraro pertenecen a la Curia cardenalicia.
Cardenales sin participación en cónclave
El Papa también ha creado otros cuatro cardenales mayores de 80 años y, por tanto, sin participación en un eventual cónclave. Su nombramiento ha sido una distinción honorífica por su servicio a la Iglesia
Se trata de Felipe Arizmendi, obispo «emérito» de San Cristóbal de Las Casas; Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia; Mons. Enrico Feroci, sacerdote de la Parroquia de Santa Maria del Divino Amor en Castel di Leva (Italia) y ex director de Caritas (Roma) y Silvano Tomassi, ex nuncio y observador del Vaticano en la ONU.
De los 13 creados este sábado, solo 11 estaban presentes.
Cabe destacar que, por otras razones, también vinculadas a las condiciones de salud y a la edad avanzada, en el pasado ha habido al menos cinco precedentes de nuevos cardenales que no pudieron recibir la insignia del Papa en persona: Sebastián Koto Khoarai, de Lesotho, en 2016; el colombiano José de Jesús Pimiento Rodríguez, en 2015; los italianos Loris Capovilla, en 2014, y Alberto Bovone, en 1998, y el dominicano francés Yves Congar en 1994.
Asimismo, otros miembros del Colegio cardenalicio que no han podido viajar a Roma se han unido a la celebración, participando de forma virtual en la ceremonia.
128 cardenales electores
Con este consistorio, el séptimo convocado por Francisco, el colegio de cardenales pasa a estar conformado por 128 cardenales electores de los que 73 han sido creados por Francisco, 16 por Juan Pablo II y 39 por Benedicto XVI.
Esta cifra de 128 excluye al exPrefecto de las Causas de los Santos, Angelo Becciu, que fue obligado a dimitir el 24 de septiembre y a renunciar a sus derechos como cardenal tras haberse visto implicado en un caso de malversación de fondos investigado por el tribunal del Vaticano.
Los nuevos purpurados participan en los organismos de decisión del Vaticano, intervienen en las reuniones para dilucidar los asuntos más importantes de la Iglesia y son los encargados de elegir al futuro Papa en un hipotético cónclave.
Está previsto que este domingo el Papa concelebre con los nuevos cardenales una misa en la basílica de San Pedro, a las 10 de la mañana (hora local) coincidiendo con el primer domingo de Adviento.