Debido al cierre del centro recreativo Los Aposentos, por las restricciones de la pandemia, los comerciantes han visto afectadas su economía y con esta medida pretenden recuperar lo perdido.
Automovilistas se detienen para comprar e incluso comer en los pequeños locales que han armado, pero implica vehículos a la orilla de la carretera o en terrenos aledaños.
Aura Marina Calan, representante de los vendedores, dijo: “no tenemos ingresos de una mensualidad, simplemente vivimos de nuestro negocio”. Comentó, asimismo, que cuando el balneario abra sus puertas regresarán a sus puestos habituales.
«Nosotros ofrecemos buena comida a los clientes, lugares distanciados, así como gel y agua para lavarse las manos, todos estamos sanos, pero necesitamos ganar dinero», explica Calan.
Falta de control
Carlos Simaj, alcalde de Chimaltenango, niega tener una responsabilidad de la ocupación de los vendedores y menos de su posible desalojo.
Asegura que el rector del libramiento es el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), sin embargo, aseguró la existencia de una prohibición en la colocación de negocios en el lugar.
En tanto el CIV y la Constructora Nacional SA (CONASA) no dieron ninguna postura respecto al caso, la empresa dio a conocer que a quien le compete la decisión es a la Municipalidad.