Sin importar las crisis en el país y las políticas migratorias en Estados Unidos, los migrantes guatemaltecos siempre se las ingenian para mandar más remesas a sus familiares en Guatemala; un esfuerzo que en los seis meses de este año ya va por los US$3,512 millones, y se prevé que supere el monto del 2015.
Elder Interiano/ einteriano@cronica.com.gt
Desde la última década, pareciera una competencia por lograr aumentar el envío de divisas cada año, una cifra anual que va en aumento y que dinamiza la economía guatemalteca, con más dinero fresco para el consumo, a pesar de que algunos expertos consideran que se debería de reencauzar para lograr una mejor inversión.
Las cifras lo confirman, pues, según datos oficiales del Banco de Guatemala (Banguat), indican que en el 2011 enviaron US$4,378 millones, en el 2012 fue de US$4,783 millones, en el 2013 fue por US$5,105 millones, en el 2014 enviaron US$5,544 millones y el año pasado fueron US$6,285 millones.
De acuerdo a estimaciones del Banguat, este 2016 podría cerrar en más de US$7 millardos, pues a junio van creciendo en un 18.9 por ciento y se espera que a final de año quede en un 10 o 14 por ciento; lo cual significa que estaría llegando a más de la mitad de lo que ingresan por exportaciones a Guatemala, otro importante pilar económico.
Historias de esfuerzo y éxito
Antonio Carrera vive hace 15 años en Texas y destaca que mensualmente manda al menos US$300 a US$600 mensuales a sus seres queridos, y que la cantidad varía por la época laboral, o el tipo de trabajo que ha tenido en este tiempo. Sin embargo, agrega que poco a poco fue construyendo su casa y que sus familiares utilizan ese dinero para gastos variados, como pagar servicio de luz y agua, cable, comprar ropa y pagar el colegio de uno de sus hijos.
La economía de Estados Unidos determina el ingreso de divisas a Guatemala, señala Henry Pérez, quien vive desde hace una década en Miami y recuerda que los peores años de su economía fueron cuando todavía no era legal, pero, aun así, con sus jornadas de trabajo en la construcción, casi siempre hizo el esfuerzo por mandar dólares a su esposa e hijos.
La situación de los migrantes es dura, principalmente para los que todavía son ilegales, pues no reciben todos los beneficios de un ciudadano estadounidense, además del constante riesgo de ser deportados a Guatemala, aunque Jorge Pérez (nombre ficticio) dice que el problema es que en el país de la eterna primavera, la situación ha estado peor en distintas épocas, cuando varios familiares empezaron a migrar.
No encontramos trabajo en Guatemala, esa fue la razón principal, al principio tuve un empleo con un bajo salario, por eso mejor decidí manejar un taxi, pero me asaltaron varias veces, luego pasé desempleado casi un año, por eso fue que le hablé a mis primos y me tuve que ir; hoy, al menos, le mando dinero a mi gente para que sobreviva y no pase penas, de lo contrario, ni estudio tuvieran mis hijos, agrega el migrante.
Por otro lado, también hay otros testimonios de gente que ha logrado estudiar en Estados Unidos, superarse en algunos proyectos y hasta poner sus empresas para emplear a otros guatemaltecos, incluso personalidades que son líderes en sus comunidades y que también le apuestan a la política.
Las propuestas
En este contexto, el envío de remesas al país no solo es producto de los chapines que con su éxito lograron el sueño americano, sino que también está matizado por historias tristes, y algunas catastróficas, por paisanos que murieron al intentar pasar la frontera, o mujeres que fueron ultrajadas.
Por ese motivo, tanto analistas como funcionarios de Gobierno consideran que Guatemala debería darle oportunidades a todos los guatemaltecos, para evitar que se vayan del país, y que la consigna debería ser exportar buenos productos, y no personas, como lo han planteado directivos de AGEXPORT.
Por su parte, el ministro de Economía, Rubén Morales, opina que las remesas contribuyen a satisfacer las necesidades de los familiares del migrante, que son utilizadas, principalmente para el consumo, pues es dinero fresco que ayuda a la economía del país, lo cual es bueno.
Sin embargo, agrega que se debe desarrollar la economía, desde lo local, fomentando oportunidades para generación de empleo formal.
Generar una economía más incluyente que permita a más guatemaltecos desarrollarse aquí y no verse forzados a migrar, agrega Morales.
El principal objetivo de la Política Económica 2016-2021 es impulsar el crecimiento económico incluyente y sostenible, trabajamos para crear en Guatemala una economía que, desde los territorios, sea más incluyente, innovadora, sostenible y vinculada a los mercados internacionales, una economía que permita el desarrollo de los guatemaltecos en su país, en su localidad, para que no tenga la necesidad de buscar esas oportunidades en otros lugares, destaca Morales.
Lo cierto es que mientras la situación económica no cambie, Guatemala lidera en el crecimiento de remesas en Latinoamérica, en tanto que en la región sumaron unos US$68.3 millardos durante el 2015.
Este comportamiento se vio reflejado los primeros dos meses de este año, en el cual el ingreso de divisas creció en un 23.9 por ciento más que el del año pasado, o sea US$1,039.9 millones, mientras que en el 2015 fueron US$839.4 millones.
De forma paralela al incremento de las remesas, las deportaciones de guatemaltecos desde EE. UU. cayeron 14.6 por ciento en enero pasado, según la Dirección General de Migración, la contabilizar 2,573 expulsados, contra 3,012 en el mismo lapso de 2015.
Se estima que alrededor de 1.5 millones de guatemaltecos viven en Estados Unidos, pero que solo, entre 300 mil a 400 mil tienen residencia legal.
Otro efecto positivo de las remesas familiares en la economía nacional se observa en el tipo de cambio, que ha disminuido, abaratando el precio de los bienes importados y dinamizando el comercio de esos productos.