Europa vislumbraba una luz de esperanza este domingo cuando en varios países se registraron las cifras de muertos más bajas en muchas semanas por la pandemia viral, que ya provocó 200.000 decesos y tres millones de contagios en el mundo.
Pareciendo presentir estos datos positivos, varios países empezaron a suavizar las medidas de confinamiento a las que está sometida la mitad de la población mundial, como España, que desde este domingo permite a los niños –encerrados en casa desde hace seis semanas– salir a pasear y jugar en la calle.
En las últimas 24 horas, Francia registró 242 nuevos fallecidos, llevando el balance a más de 22.800; Italia, 260 muertos (más de 26.400), el Reino Unido, 413 fallecidos (más de 20.700) y España, 288, con lo que el balance roza los 23.200.
La tendencia a la baja desde hace varios días, llevó a varios gobiernos a planear medidas de desconfinamiento gradual, pero advirtiendo a los ciudadanos que no se debe bajar la guardia.
«Los niños se levantaron pronto preguntando cuándo íbamos a bajar a la calle», contó Miguel López, padre de dos niños de seis y tres años de Madrid.
Los más pequeños tienen que estar acompañados por un adulto, no pueden jugar con los vecinos, ni alejarse más de un kilómetro del domicilio, todo ello como máximo una hora. Y los parques siguen cerrados.
«Dos metros de distancia [entre niños y terceros] en el centro de Madrid es imposible. Hemos salido temprano para no encontrar a otros niños», explicó una bibliotecaria que no quiso dar su nombre, madre de un niño de cinco años y una niña de ocho, que vive en un piso sin terraza en el barrio de La Latina.
Dudas sobre la inmunidad
El desconfinamiento es un rompecabezas para las autoridades, a la espera de hallar una vacuna o un remedio que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es lo único que permitirá contener la pandemia.
España prolongó la cuarentena hasta el 9 de mayo. El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, presentará el martes un plan para suavizar las medidas a partir de mediados de mayo, pero, si siguen disminuyendo los contagios, a partir del día 2 se permitirá a los adultos pasear o hacer hacer ejercicio, al igual que ocurre en otros países europeos.
En Francia, su homólogo Edouard Philippe desvelará el mismo día su «estrategia nacional del plan de desconfinamiento», que debe comenzar el 11 de mayo, con la polémica reapertura de las escuelas principalmente.
En Londres, el primer ministro Boris Johnson, quien estuvo hospitalizado a causa del virus, retomará sus actividades el lunes. Los británicos esperan el anuncio de sus planes para relanzar la economía y salir del confinamiento.
Argentina, por su parte, que ha registrado 185 muertos por la epidemia, anunció el sábado una flexibilización de la cuarentena para las ciudades con menos de 500.000 habitantes y la posibilidad de salir una hora diaria para todas las personas.
Y en Ecuador, segundo país más afectado por detrás de Brasil en Latinoamérica, con 22.719 casos y 576 muertos, el presidente Lenín Moreno alertó el sábado que la emergencia sanitaria «no ha terminado».
De cara a un desconfinamiento, algunos países emprenden campañas de pruebas serológicas, como Italia, que el 4 de mayo comenzará a realizar test a 150.000 personas para intentar saber más sobre la pandemia.
Sin embargo, la OMS recordó que «no hay ninguna prueba en este momento de que las personas que se curaron de la COVID-19 y que tienen anticuerpos estén inmunizadas frente a una segunda infección». Y advierte sobre la amenaza de una segunda ola mortal de la pandemia.
En Canadá, el primer ministro Justin Trudeau pidió «prudencia» y aseguró que no cuenta con una hipotética inmunidad colectiva.
Cadáveres en los baños
Estados Unidos continúa siendo el primer país del mundo en número de fallecidos por el virus, con más de 53.000.
En Nueva York, la ciudad más golpeada en el mundo con más de 15.000 muertos, el importante sector bancario baraja alargar indefinidamente el teletrabajo y escalonar las horas de llegada a la oficina.
En la capital económica estadounidense, los camiones refrigerados utilizados como morgues temporales trajo terribles recuerdos a Maggie Dubris. «Me acuerdo de la morgue levantada en el World Trade Center» tras el 11 de septiembre de 2001. «Con el mismo sentimiento que algo terrible, con muchos muertos, había ocurrido», cuenta.
En la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, la que más sufre la pandemia en América Latina, otra escena de horror persigue por las noches a un sanitario: «los baños con cadáveres» hacinados ahí a falta de espacio en el hospital donde trabaja.
En este contexto, los dirigentes mundiales tienen dificultades para encontrar una respuesta colectiva a la peor crisis sanitaria y económica desde la Segunda Guerra Mundial.
Al igual que el Consejo de Seguridad de la ONU, paralizado por las divisiones entre Estados Unidos y China y casi mudo desde el inicio de la pandemia. Esta semana tratará de adoptar una resolución para «una coordinación reforzada entre todos los países» y un «cese de las hostilidades» en países en conflicto.
El enviado de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Khalilzad, pidió un «alto el fuego humanitario» en el país.
Por su parte, Rusia, primer exportador mundial de trigo, anunció que suspende las exportaciones de cereales hasta el 1 de julio, para garantizar la estabilidad del mercado nacional.
Rebelión
El viernes, el mundo musulmán dio inicio al mes del ayuno del Ramadán sin oraciones colectivas ni cenas compartidas.
Pero en Irán y Pakistán persiste el temor a un repunte de la pandemia, después de que los fieles acudieran a las mezquitas a pesar de las recomendaciones sanitarias.
Este domingo, las autoridades iraníes anunciaron que el país superó el umbral de los 90.000 contagiados, si bien en las últimas 24 horas se registró el menor número de muertos diario desde mediados de marzo (60), llevando el balance a los 5.710 fallecidos.
Mientras la mitad de la humanidad permanece confinada desde hace largas semanas, empieza a surgir una rebelión, muy minoritaria, en algunos países occidentales, como Estados Unidos, Canadá o Alemania.
Y frente a la peor recesión desde 1945, algunas empresas en cambio sacan beneficio, como los gigantes tecnológicos Amazon, Goolge o Facebook, cuyo tráfico es comparable al de Año Nuevo.